Tiendas, supermercados, farmacias, restaurantes, taxis…. España es un país de pymes y estos, los pequeños comercios, serían los más perjudicados si la opa del BBVA sobre el Sabadell sale adelante. Según la CNMC, al unirse los dos bancos superarían el 30% de cuota de mercado en datáfonos o TPV. Y aprovechando esa posición de dominio, se impondrían unas condiciones comerciales peores que las actuales, principalmente de mayores comisiones.

Actualmente, el líder del mercado por TPV es CaixaBank que tiene un 30% y sus principales competidores son el Sabadell (con una cuota del 20% o más) y BBVA, cuya cuota también roza el 20%. Pero si se fusionan dos de estos bancos, desaparece un jugador del mercado y nace un líder con la máxima cuota (cerca del 40%) y capacidad para fijar precios. Por otra parte, dos bancos concentrarían más del 60% de cuota de mercado y se reduciría la competencia.

Esto ocurriría con la fusión de BBVA-Sabadell, si el primero compra el segundo alcanzaría “cuotas superiores al 30% a nivel nacional en el mercado de adquirencia con TPV, constituyéndose como líder nacional, al concentrarse el segundo y el tercer operador y, eliminar por tanto, una fuerza competitiva importante”, indica la CNMC en un informe remitido este miércoles, donde expone los riesgos de la operación.

El organismo señala que después del análisis realizado, observa “índices de concentración elevados que indican potenciales problemas de competencia, de acuerdo con las Directrices de la CE”. Y es que Bruselas, que además ultima su análisis sobre la opa, establece como límite una cuota de mercado superior al 25% o un incremento de más del 10% (desde la cuota actual) para echar para atrás la fusión.

"BBVA tendría capacidad para empeorar condiciones comerciales"

En el informe, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia dice también que si hay fusión “no se puede descartar que la entidad resultante, tras eliminar a un competidor importante, tendrá un incentivo y la capacidad para empeorar las condiciones comerciales de estos servicios mediante el incremento del precio al comercio que demanda servicios de adquirencia (sea online o a través del uso del TPV), ya sea a través de un incremento de comisión por uso o bien una mayor tarifa mensual”.

En definitiva, los establecimientos y comercios (tanto físicos como online) que utilizan estos TPV como servicio de pago serían los más perjudicados porque tendrían menos bancos donde comparar tarifas y se arriesgarían a peores condiciones. A no ser que la CNMC, que es el organismo que vela por la competencia, impongan determinadas condiciones.

En el documento, la CNMC indica que el BBVA se ha comprometido a ciertos compromisos para evitar que esto ocurra. Los compromisos no se desvelan, pero Competencia los ve insuficientes y cree que no solucionarían el problema. “La propuesta para resolver el riesgo de empeoramiento de condiciones a los demandantes de los servicios de adquirencia (TPV) resulta insuficiente, ya que adolece de concreción y no permite concluir que puede resolver de forma completa y efectiva el problema identificado”.

En la fusión de CaixaBank-Bankia, donde el primero absorbió al segundo, ocurrió algo parecido y el banco catalán terminó alcanzado una cuota superior al 30%. En este caso, el compromiso acordado fue una desinversión. Así, CaixaBank vendió primero a Comercia Global Payments el negocio de adquirencia de Bankia por 260 millones de euros.

Pero Comercia Global Payments es una joint venture que la propia CaixaBank tiene con Global Payments para el negocio de los TPVs. Así que el banco alcanzó un acuerdo con su socio y le vendió un 29% del 49% que controlaba, quedándose con un 20% de participación en la joint venture, que sigue bajo control conjunto de las dos empresas.