Este miércoles 30 de abril se cumple un año de la filtración con la que se conoció que el BBVA había propuesto al Sabadell retomar los planes de fusión que habían aparcado en 2020. El banco que preside Carlos Torres lo confirmó al mercado ese mismo día y solo uno después, el 1 de mayo, hizo pública la carta enviada al Consejo de Administración del banco catalán con todos los detalles de la oferta.
El banco de Josep Oliu tardó unos días en meditar la propuesta y finalmente, en la tarde del 6 de mayo, la rechazó, repitiéndose así lo ocurrido cuatro años atrás. Pero a diferencia de entonces, el BBVA tenía un plan B y decidió lanzar una opa hostil sobre el Sabadell tres días después, el 9 de mayo. Desde entonces, todo el sector financiero está pendiente de la operación, que por no ser amistosa ha despertado una oleada de críticas entre políticos, sindicatos, asociaciones, patronales y otras instituciones.
Y es que, en España apenas ha habido opas hostiles y además, no han tenido éxito. Es el caso de la de Banco Bilbao sobre Banesto y la de Gas Natural sobre Iberdrola. Por ello, en los últimos doce meses, se ha producido un gran revuelo sobre esta nueva opa hostil. Sin embargo, lo que más preocupa es lo que vendrá después. Y es que, si sale adelante, habrá una nueva fusión bancaria.
En los últimos años ha habido numerosas fusiones y algunas de ellas de gran calado, por lo que el mapa bancario ha dado un giro importante. CaixaBank absorbió Bankia y se alzó como el banco líder. Unicaja hizo lo propio con Liberbank y se colocó en quinta posición. Y entre medias se sitúan el Santander, BBVA y Sabadell que también han sido protagonistas de otras muchas adquisiciones en los últimos años. De tal manera que las cuatro entidades más grandes tienen actualmente el 70% de cuota de mercado y si desaparece uno de ellos, serán tres. Poniendo en riesgo la competencia.
Se trata de un asunto complejo y por ello, el organismo que se encarga de velar por la Competencia en España, la CNMC, lleva un año estudiando la operación y aún no ha dado su veredicto. En noviembre comunicó que había riesgos y necesitaba más tiempo para decidir si autoriza al BBVA a comprar al Sabadell y con qué condiciones para evitar que haya riesgo de exclusión financiera, o monopolios y duopolios en ciertas zonas donde los clientes se puedan ver afectados. Sobre todo las empresas y en concreto las pymes, donde el Sabadell y el BBVA tienen de forma conjunta una alta cuota de mercado.
Sin embargo, tras casi doce meses de estudio, se prevé que este lunes el organismo que preside Cani Fernández de por fin su veredicto y que el BBVA tenga una respuesta. Esto le permitirá decidir si quiere continuar con la operación o si la retira. Pues ya ha advertido que si las condiciones son muy duras, optaría por lo segundo.
En el sector financiero se espera que las condiciones de la CNMC al BBVA sean asumibles. Donde si hay más riesgo es con el gobierno español, que de manera reiterada y en público, ha advertido que no le gusta la opa y la revisará con lupa. El ministro económico Carlos Cuerpo será el siguiente en pronunciarse sobre la operación y tendrá 15 días para decidir si inicia una fase tres y la lleva al Consejo de Ministros, que a su vez tiene un mes para aprobar las condiciones que imponga Competencia, o imponer otras más severas.
Y este escenario es el que más teme la entidad de La Vela, que se siga alargando y no se resuelva hasta bien entrado el verano. Pues la prima que ofreció a los accionistas del Sabadell ya es negativa y si tiempo pasa sigue jugando en su contra.
El BBVA ya advirtió a la SEC del peligro de CNMC y Gobierno
El BBVA, que ya ha actualizado varias veces el folleto de la opa al Sabadell en la SEC, el regulador de los mercados en Estados Unidos, advirtió recientemente de nuevos riesgos en la operación. En concreto, que las condiciones o remedies que le impongan desde la CNMC o desde el gobierno español para poder absorber el banco catalán y que no haya problemas de competencia, pueden impedir que alcancen los beneficios que esperaban con esta opa e incluso las sinergias anunciadas, que son de 850 millones.
El banco reconoce que "su capacidad para materializar plenamente los beneficios y sinergias previstos al completar la opa, podría verse limitada” si la CNMC o el Consejo de Ministros aprueban la operación con compromisos. Será esta semana cuando se irán despejando las dudas.