Orchestra Scientific, un spin-off del Institut Català d'Investigació Química (Iciq), está probando una "tecnología puntera" propia para purificar CO₂ en la bodega Familia Torres. El método utilizado por la start-up —con sede en Tarragona— consiste en capturar dióxido de carbono de procesos industriales y purificarlo para su reutilización o comercialización. De esta forma, se potencia la economía circular sostenible y se alcanzan emisiones cero o incluso negativas, según la compañía.

En el caso de la prueba que lleva a cabo en la bodega Torres, Orchestra Scientific concentra el CO₂ capturado durante la fermentación de los vinos y la bodega reutiliza este CO₂ biogénico como gas inerte en los depósitos de vino para evitar la oxidación. "Estas pruebas permiten al equipo del spin-off demostrar la eficacia y eficiencia de su tecnología en entornos operativos reales y a una escala industrial relevante", explican los responsables del Institut, que depende de la Universitat Rovira i Virgili, en Tarragona. La start-up nació a partir de una investigación fundamental llevada a cabo por el grupo ICIQ dirigido por el profesor José Ramón Galán-Mascarós. 

Reducción de emisiones y ahorro en derechos  

El proceso que aplica Orchestra Scientific evita las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorra en derechos de emisión y dispone de CO₂ como producto para los procesos. Destaca el equipo de la compañía que el sistema se realiza en procesos industriales a precios disruptivos del mercado, sin generar residuos. El CO₂ es uno de los gases de efecto invernadero más conocidos y "preocupantes" debido a su impacto en el calentamiento global y su persistencia en la atmósfera durante un siglo, pero también tiene múltiples aplicaciones en diversas industrias, explican desde el Iciq.

Con el trabajo que realizaran en la bodega Torres, el equipo del spin-off considera que "se abrirá el camino para la comercialización en industrias con bajas emisiones de CO₂ que necesitan CO₂ de alta pureza". Por ello, Orchestra Scientific está buscando sus primeros clientes en el sector agroalimentario, así como socios para probar, escalar la tecnología y explorar nuevas aplicaciones. En el área agroalimentaria, la start-up destaca que su método puede recuperar CO₂ de calderas de ACS o industriales y darle un nuevo uso al CO₂, en aplicaciones agronómicas, de producción y envasado de alimentos, por ejemplo.

En diversidad de sectores

Además, el potencial va mucho más allá: gracias a su escalabilidad, la tecnología seguirá evolucionando a través de más pruebas y su implementación en el mercado en sectores más grandes con emisiones intensivas, como el acero, el cemento, los productos petroquímicos y la producción de biogás, según destaca la compañía.

Dicen de su sistema que el CO₂ capturado se puede adaptar a diferentes concentraciones, alcanzando incluso una calidad apta para alimentos y bebidas. Insisten en qué, "a diferencia de las soluciones existentes", su método está diseñado para operaciones de pequeña y mediana escala, proporcionando una alternativa a la compra de CO₂ a proveedores de gas a precios fluctuantes. Además de tratarse de una solución sostenible que no genera subproductos.