La Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI) ha cumplido diez años. Se trata de la primera organización de agentes inmobiliarios que no actúa en representación del vendedor sino del comprador. Su actual presidenta, Helena Gallardo, asegura, con datos, que no ofrecen servicios elitistas dirigidos únicamente a clientes extranjeros o con alto poder adquisitivo.
Según los datos de AEPSI, un 47% de sus clientes dispone de un presupuesto de compra de entre 300.000 y 500.000 euros, y otro 42%, de entre 100.000 y 300.000 euros. Con este rango de inversión, “queda claro que nuestros servicios no van dirigidos a ricos o muy ricos”, precisa Gallardo.
Como presidenta de los personal shopper inmobiliarios, Gallardo indica que se ha propuesto “desmitificar” que estos profesionales ofrezcan servicios elitistas, para extranjeros o dirigidos especialmente a inversores. Así, el 78% de los clientes que les contratan son locales y sólo el 22% proceden de otros países. Y más del 60% buscan un hogar para vivir, no para ponerlo en el mercado de alquiler.
Gallardo precisa que el “perfil mayoritario” del cliente que acude a un PSI es el de una pareja con hijos que busca una casa para vivir, pero que, por sus ocupaciones laborales y responsabilidades familiares, dispone de poco tiempo para mirar viviendas. Añade que a menudo son clientes que efectúan la primera compra de una vivienda, que buscan un profesional porque ellos son conscientes que no conocen el mercado. También los hay que acuden a un PSI “escarmentados” por una mala experiencia anterior.
Los personal shopper inmobiliarios afirman que, con su ayuda, se puede reducir entre el 5% y el 20% del importe de la compra de una vivienda
Afirma que con la contratación de un PSI “se ahorra dinero, tiempo y se evitan problemas”. Asegura que los compradores pueden reducir entre un 5% y un 20% el importe de la compra si acuden a estos profesionales en vez de las agencias inmobiliarias o directamente a los propietarios. Pero subraya que el ahorro no se puede cuantificar sólo en un importe en euros sino en un conjunto de factores que incluyen tiempo y seguridad jurídica.
Respecto a los particulares que compran directamente al propietario, recuerda que todo el mundo tiene su trabajo, familia, obligaciones y que, además de encontrar al dueño de la vivienda, deberá buscar un arquitecto que le haga un informe rápido o un técnico para el estudio hipotecario y “todo esto va sumando”. Añade que antes de comprar, estos clientes deberán tener en cuenta diversos aspectos –económicos, jurídicos, fiscales, urbanísticos e, incluso, emocionales– cuando difícilmente una persona es capaz de absorber toda la información necesaria y tomar una decisión rápida.
A diferencia de las agencias inmobiliarias, que habitualmente cobran un porcentaje de la operación, los PSI aplican unos honorarios fijos. Gallardo señala que si fuese un porcentaje incurrirían en un conflicto de intereses. Subraya que el trabajo de los personal shopper es que “el cliente compre lo más barato posible” y que eso no repercute en los honorarios.
Advierte que muchas viviendas del mercado tienen problemas ocultos. Pueden estar fuera de la ordenación urbanística, con obras ilegales, deficiencias estructurales, afectaciones o con impuestos mal liquidados por parte del vendedor. Recuerda que quien compra a alguien que acaba de heredar y no ha hecho bien la liquidación de impuestos, puedes acabar haciéndose cargo de la deuda.
También investigan la situación de la comunidad o si hay problemas vecinales. Recientemente, descartaron una operación en Igualada porque, pese a que la vivienda estaba perfecta, se encontraba al lado de donde se efectúan botellones juveniles los fines de semana. También han descartado pisos afectados por plagas, ruidos o otras deficiencias que no se perciben a simple vista.
AEPSI cuenta en estos momentos con 90 afiliados en toda España. Gallardo precisa que han recibido un alud de peticiones, que se han desechado porque solo aceptan a los API que representan al comprador. “No puede ser que un profesional se ponga el sombrero de agente del comprador o del vendedor según le convenga”, señala. Sus asociados disponen de una formación específica en diversas materias que incluyen el urbanismo, las finanzas y el Derecho inmobiliario.
Recalca que adoptaron esta denominación profesional para hacerla más cercano a la gente, porque conocen a los personal shopper de los artículos de moda, pero que, en realidad, únicamente son agentes inmobiliarios del comprador. Esta figura existe desde hace décadas en los Estados Unidos, pero en España aún son pocos.