Cada vez comemos menos pescado. Su consumo ha descendido hasta los 18,53 kilos por persona al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación correspondientes al pasado agosto, cuando en 2013 alcanzaba los 27,2 kilos por persona. El consumo de pescado se ha reducido casi una tercera parte (32%) en España en la última década.

Desde Fedepesca, federación estatal que representa a 7.000 de las poco más de 9.000 pescaderías existentes, recuerdan que los precios de los productos pesqueros han subido por debajo de la media de los productos frescos en los últimos 18 meses, por lo que son “una buena opción contra la inflación”. No obstante, eso no ha frenado la caída del consumo, generalizada en todas las comunidades.

El presidente del Gremi de Peixaters de Catalunya, Àlex Goñi, apunta que en los tres primeros trimestres de este año, hasta septiembre, han reducido las ventas un 16% respecto el mismo periodo del año anterior, pese a que los productos pesqueros ahora son, de media, un 18% más baratos.

La caída del consumo y de los márgenes comerciales han contribuido a la progresiva desaparición del número de pescaderías aunque, según sus profesionales, hay más motivos: cambio de hábitos de alimentación, desconocimiento por parte de la población de los diversos tipos de pescado, dificultades para continuar con los negocios familiares…

Según datos de Fedepesca, entre 2007 y 2020 cerraron 3.347 empresas en España dedicadas al comercio especializado de productos pesqueros, el 26,49% del total. A finales de 2020, el último año del que el Instituto Nacional de Estadística (INE) dispone de datos, existían 9.285 empresas que vendían pescado a los consumidores finales. Estos establecimientos ocupan a más de 23.000 personas, con una edad media de entre 48 y 52 años, de las que el 52% son mujeres.

Pese a que la tan alabada dieta mediterránea incluye el consumo de pescado, Àlex Goñi señala que se está perdiendo la cultura del pescado, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Para intentar remediarlo, la Generalitat acaba de lanzar una campaña para promover el consumo de pescado de proximidad.

Goñi señala que muchos negocios familiares se encuentran con dificultades de sucesión porque los hijos no están dispuestos a continuar con una actividad que supone un gran “sacrificio” por los largos horarios y poca rentabilidad.

Luisa Álvarez, directora de Fedepesca, precisa que este sector ha estado “históricamente discriminado al no estar incluido en el sistema público de Formación Profesional” que, en cambio, sí se ha ofrecido a otras profesiones “como es el caso de la hostelería, que disfruta de oferta pública de FP desde los años sesenta”. Además, incide en “la falta de prestigio social que merecen estos sectores, como garantes de la dieta sostenible y saludable y de la gastronomía pesco mediterránea”, así como en “los horarios comerciales que suponen una barrera para la incorporación de jóvenes, a pesar de que se trata de un sector demandante de empleo”.

Fedepesca reclama al gobierno central la eliminación del IVA a los productos pesqueros. En la actualidad es del 10%, el mismo tipo que también se aplica a la carne. Duplica el de países como Francia o Italia. Califican la posible reducción del IVA del pescado de “fiscalidad saludable” por las propiedades que se le atribuyen.

Ofensiva de la restauración

Fedepesca mantiene un conflicto con Hostelería de España, que representa a bares y restaurantes, desde que impugnaron el Real Decreto que posibilita que las pescaderías ofrezcan degustaciones a los clientes en sus establecimientos. Los restauradores alegaron que esto supone competencia desleal.

En la última junta directiva de Fedepesca se manifestó “incredulidad” y “decepción” por la oposición de Hostelería de España para que puedan ofrecer degustaciones de sus productos. Las pescaderías recuerdan que se trata de una actividad permitida por la legislación europea, que ya se aplica en algunas comunidades y en otros sectores como las pastelerías y panaderías, que desde hace más de 30 años sirven productos que se consumen dentro de sus propios establecimientos. Estos últimos establecimientos incluso disponen desde 1992 del correspondiente epígrafe fiscal.

Recuerdan que, en sus orígenes, la actividad de bares y restaurantes era el servicio dentro de sus establecimientos pero que se les permitió formulas como el take away y el delivery, con lo que los clientes consumen sus platos en sus propios domicilios. Además, a diferencia del resto de comercios, disponen de terrazas en la vía pública y ofrecen otros servicios como la lectura gratuita de prensa que pueden suponer una “competencia” para otros sectores. Por este motivo, insisten en que no entienden su oposición a que las pescaderías puedan ofrecer degustaciones en el punto de venta.