El año pasado, los múltiples cuerpos de seguridad de España contabilizaron más de 375.000 infracciones penales, lo que supone un 72% más que antes de la pandemia. El Ministerio del Interior afirmó que el 90% de estos delitos provenían de ciberestafas o fraudes informáticos, haciendo especial hincapié en las compras por internet. Tras estos datos, la Secretaría de Estado de Seguridad invirtió 5 millones de euros para implementar tecnología tanto en la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad como en las unidades de Policía Nacional y Guardia Civil especializadas en la prevención y persecución de los ciberdelitos.

El verano es una de las estaciones donde más expuesto se está de ser víctimas de los ciberdelitos dado al gran uso que se hace de internet y las compras que se realizan a través del ciberespacio. "Los ciberdelincuentes utilizan técnicas cada vez más perfeccionadas para tratar de engañar a las víctimas" señalan desde la escuela tecnológica Ironhack, donde promueven que la ciudadanía tenga conciencia de los retos de ciberseguridad. Por ello señalan los cinco métodos más comunes de ciberestafas.

  • Phishing: una técnica en la que los estafadores se hacen pasar por entidades como bancos, empresas, o servicios en línea, con el objetivo de obtener información confidencial de las personas. En general, la realizan a través de un correo electrónico o creando sitios web fraudulentos que imitan la apariencia de páginas de entidades para engañar a las víctimas.
  • Estafas de soporte técnico: una estafa donde los delincuentes simulan ser técnicos de soporte de empresas, como proveedores de servicios de internet o compañías de software. Contactan a las personas por teléfono o a través de anuncios emergentes en línea, afirmando que hay un problema con el dispositivo y ofreciendo ayuda para solucionarlo. El objetivo es obtener acceso remoto al dispositivo de la víctima o persuadir para que proporcione información confidencial o realice pagos por servicios innecesarios.
  • Ciberestafas de inversión: estafas dirigidas a personas interesadas en invertir dinero en línea para obtener ganancias. Los estafadores prometen altos rendimientos u oportunidades de inversión exclusivas, pero en realidad buscan obtener dinero de las víctimas sin proporcionar ningún beneficio real. Pueden utilizar sitios web fraudulentos, campañas de marketing engañosas o incluso crear criptomonedas falsas para llevar a cabo estas estafas.
  • Ransomware: un tipo de software malicioso que infecta los dispositivos de las víctimas y cifra sus archivos, impidiendo el acceso a los mismos. Posteriormente, los estafadores exigen un rescate, por lo general en criptomonedas, a cambio de proporcionar la clave de desencriptación necesaria para restaurar los archivos. Esta es una forma lucrativa de estafa que puede afectar a individuos y empresas por igual.
  • Ciberestafas de romance: conocidas como romance scams. Estas estafas se dirigen a personas que buscan relaciones amorosas a través de internet. Los estafadores crean perfiles falsos en sitios de citas o redes sociales, establecen relaciones emocionales con sus víctimas y luego solicitan dinero bajo diferentes pretextos, como emergencias médicas, problemas financieros o para poder reunirse personalmente. Estas estafas pueden ser muy engañosas y emocionalmente perjudiciales para las personas afectadas.

Tasa de criminalidad en España

“Es importante estar atento y tomar precauciones cuando hacemos uso de internet para protegerse de las ciberestafas o de cualquier otro ciberdelito. Es imprescindible verificar la autenticidad de las fuentes, no clicar en enlaces desconocidos, evitar proporcionar información personal o financiera sensible a través de canales no seguros y utilizar soluciones de seguridad confiables para proteger cualquiera de tus dispositivos. En caso de ser víctima de estafa o no estar seguro de cualquier situación en internet, el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), pone a disposición el número 017 para consultas ciudadanas”, comenta Daute Delgado, Ironhack Lead Instructor de Ironhack.

Cabe destacar que España es uno de los países europeos con una tasa de criminalidad más baja (16,1%), según el informe que ofreció el Ministerio del Interior, frente al 79,5% en Reino Unido, el 60,7% en Alemania, el 53,9% en Dinamarca o el 74,8% en Bélgica, a pesar de esta fuerte subida de ciberdelincuencia.