El terremoto generado por la quiebra de Credit Suisse todavía se siente en los mercados internacionales. Pese a que la compra del segundo mayor banco de Suiza por parte de UBS, competencia directa de Credit Suisse, ha neutralizado la problemática de la quiebra, aún existen varios cabos sin atar en la compañía liderada por Ulrich Körner. Y en esas, uno de los mayores problemas que surgen tras el hundimiento de la entidad bancaria y la rápida compra de UBS es la posición de los bonistas de AT1 de Credit Suisse.
Tal y como apunta Agencia Efe, la posición en la que han quedado estos inversores podría abrir un nuevo frente, en esta ocasión, judicial, en la compañía con sede en Zúrich. Y es que, estos inversores, pese a estar en un escalafón superior a los accionistas de una compañía, son los mayores damnificados por la compra de Credit Suisse por parte de UBS.
¿Por qué los bonistas de Credit Suisse con los más damnificados?
De entrada, los propietarios de los bonos AT1 por valor de 16.040 millones de euros de la firma helvética han visto como estas inversiones han sido reducidas a cero tras la adquisición de Credit Suisee por parte de UBS por más de 3.000 millones de euros. Esto ha generado discordia entre los propietarios de estos bonos que, si bien también se habrían visto afectados en otras circunstancias, estos, por la condición de los AT1, no deberían ser los más perjudicados por la compra de UBS.
De entrada, los bonos AT1, también conocidos como CoCos (abreviación de “convertibles convencionales"), son un instrumento de inversión en deuda de una compañía que se crearon en 2008, a raíz de la crisis financiera. La importancia de estos vehículos de inversión reside en que los bancos que colapsaron en dicha crisis podrían absorber pérdidas, lo que hacía menos probable un rescate financiado por los contribuyentes.
Pese a que es una inversión en deuda de una compañía, esta entraña más riesgo que la inversión en otro tipo de bonos. Si un prestamista se mete en problemas, los AT1 pueden convertirse rápidamente en capital o amortizarse por completo. Pese a ello, y ante el mayor riesgo que tienen, los CoCos ofrecen un mayor rendimiento que otros vehículos de inversión, lo que al mismo tiempo ubica a quienes poseen estos bonos por encima de los accionistas en el orden jerárquico de una compañía quebrada.
Los bonistas de AT1 no recibirán ninguna compensación
Y es aquí dónde reside la polémica en Credit Suisse. En las últimas horas, los tenedores de estos bonos han pasado a la primerísima escena después de que se conociera que estos no iban a recibir ninguna compensación, mientras que los accionistas sí. En lo que respecta al orden jerárquico de una compañía, los propietarios de los AT1 están por encima de los accionistas en Bolsa de una empresa a la hora de recibir una compensación en caso de quiebra. Pese a esto, y dado que el hundimiento de Credit Suisse no ha sido común, este no sigue las normas tradicionales de una quiebra, por lo que los accionistas sí que tendrán una compensación económica (aunque muy inferior al valor real del banco suizo), mientras que los propietarios de los AT1 no.
Es por ello por lo que, al menos, una firma de abogados, la británica Quinn Emanuel Urquhuart & Sullivan, está en conversaciones con uno de los inversores en estos bonos para presentar una demanda, tal y como afirman fuentes conocedoras del caso a Efe. “Hemos reunido a un equipo de abogados de Suiza, Estados Unidos y Reino Unidos, ya en conversaciones con varios poseedores de AT1 que suponen un importante porcentaje de los bonos emitido por Credit Suisse”, señala un comunicado de la firma británica.
Pese a que las autoridades suizas ven pocas posibilidades de que las demandas de estos poseedores de bonos AT1 lleguen a buen puerto, la compañía británica ha adelantado que mañana celebrará una reunión informativa con bonistas para analizar las posibilidades de la demanda.
El mercado de los bonos podría verse perjudicado
Este caso, además de por a relevancia que ha adquirido al tratarse de Credit Suisse, genera expectación en el mercado de los bonos de Europa, el cual, mueve más de 276.000 millones de euros. En esta ocasión, el hecho de que los propietarios de los CoCos de la firma helvética no consigan nada, podría poner en entredicho la teórica posición aventajada de los bonistas frente a los accionistas de Bolsa de las empresas.
Pese a que nadie ha salido bien parado del hundimiento de Credit Suisse, ni tampoco de la compra de UBS, los bonistas se han convertido en los mártires de una quiebra que se sale fuera de lo común. Tanto es así que, estos, que en otras circunstancias deberían tener cierto amparo, son los más damnificados del terremoto bancario que sacudió al mercado europeo el pasado miércoles.
Por el momento, los bonistas abren la posibilidad a un posible frente judicial en Credit Suisse. Aunque las autoridades de la firma helvética no confían en que haya posibilidades para estos inversores, los propietarios de los bonos AT1 pelearán por una compensación que se ajuste a su posición en la empresa.