Patrizio Bertelli, presidente de la firma de lujo Prada, acaba de constituir una empresa en Barcelona para preparar su participación en la Copa América de vela que se disputará en otoño del próximo año. Este magnate italiano, de 76 años, es el armador del Prada Luna Rossa, el barco que representará a Italia en la competición.
Bertelli acaba de constituir Luna Rossa Challenge 2024 SL, con sede social en un despacho del edificio El Dau de la Diagonal de Barcelona, para desarrollar las “actividades oportunas” que requiera su equipo deportivo. Estas actividades van desde la logística a los patrocinios. En el consejo de administración, además de Bertelli (presidente) también aparecen en calidad de consejeros los experimentados regatistas italianos Marco Bertolotti, Massimiliano Sirena y Giulio Giovanella.
Según informaciones de la prensa deportiva italiana, Bertelli se ha tomado muy en serio la próxima edición de la Copa América después de quedar en segunda posición en el anterior campeonato, disputado en 2021 en Auckland (Nueva Zelanda).
A finales del año pasado, Bertelli renunció al puesto de CEO de Prada –aunque retuvo la presidencia– entre otros motivos para tener más tiempo para las regatas. Cedió esta responsabilidad a Andrea Guerra, ex primer ejecutivo del gigante mundial de las monturas de gafas Luxxotica, pero con la intención de que, más temprano que tarde, su hijo Lorenzo se sitúe al frente.
Lorenzo es el primogénito de Patrizio Bertelli y Miuccia Prada, de 73 años, heredera de la marca familiar fundada por su abuelo Mario en 1913. El matrimonio es la novena fortuna italiana. Además de Prada, también explotan marcas como Miu Miu, Church’s o Car Shoe.
Desde que dio un paso atrás en Prada, Patrizio Bertelli cada vez está más centrado en la náutica y en el Luna Rossa. Ha viajado a Barcelona últimamente y se establecerá en la ciudad meses antes de empezar la competición.
Las empresas del patrón neozelandés
No es el único armador de la Copa América que ha creado una empresa en la ciudad para preparar la competición. El primero fue el neozelandés Grant Dalton, patrón del Emirates Team New Zeland. Como ganador de la anterior edición de la Copa América, le corresponde la organización del próximo campeonato y, por tanto, también la designación de la sede. Eligió la propuesta de Barcelona. Desde el pasado año figura al frente de dos sociedades constituidas en esta ciudad: Team New Zeland Barcelona SL, para los preparativos de su equipo; y ACE Barcelona SL, siglas que corresponden a America’s Cup Event, que es la entidad que se encarga de la organización del campeonato.
En estas dos sociedades aparece como directivo Albert Vilumara, economista y auditor de cuentas con cerca de veinte años de experiencia en PwC. Como business director, es el responsable de la gestión económica, financiera y fiscal de ACE Barcelona. Esta entidad recibe fondos públicos y privados.
De los 70 millones presupuestados para la organización, la Generalitat y el Gobierno de España acordaron una aportación a partes iguales de 30 millones de euros. La Diputación de Barcelona y el Consorcio de Turismo de Barcelona aportarán otros 5 millones. Los 25 millones restantes se prevé que se generen mediante la explotación comercial del evento. No obstante, si no se consiguiesen estos ingresos, el importe está avalado por Barcelona & Partners, la agencia de inversión del lobby empresarial Barcelona Global.
Un informe de la Universitat Pompeu Fabra estimó que la celebración de la Copa América del próximo año generará un impacto económico de 1.239 millones de euros.