Las clases de matemáticas se han reformulado en los últimos años. Las aulas de escuelas públicas, concertadas y privadas han introducido un nuevo sistema para aprender a sumar, restar, multiplicar o dividir que pasa por utilizar un programa informático, pero también escrito. Así pues, ahora ya no se aprende únicamente con una libreta y un bolígrafo, sino con la ayuda de un ordenador y un programa conocido como Innovamat. Pero no es sólo el doble apoyo en lo que se refiere a la novedad del aprendizaje, sino también el sistema con el que se pretende entender cómo saber calcular.
A modo de ejemplo: para hacer una resta como 10-2, no nos preguntamos cuánto va del 2 al 10, que serían 8, sino que aplicamos todo un laberinto informativo para llegar a la misma respuesta, 8. Según profesores consultados para ON ECONOMIA que han preferido no dar su nombre, "se trata de descomponer, una manera diferente de enseñar las matemáticas que pasa por la manipulación para llegar a la extracción". El profesorado considera que la metodología está pensada para ir subiendo durante la etapa escolar y, por tanto, acaban alcanzando todos los argumentarios con una base que ofrece todos los recursos necesarios. Por otra parte, especialmente en etapas infantiles, no sólo aplica metodología a través de una pantalla, sino también con recursos físicos del mismo Innovamat.
2.100 escuelas estudian con Innovamat
Andreu Dotti, cofundador y CEO de Innovamat, nos lo detalla mejor: "En 2017 nació Innovamat como tal enfocado con tres grandes objetivos que son hacer entender al niño el por qué de lo que aprende, cómo saber utilizar las matemáticas en distintos contextos y aportar recursos a la escuela que ayuden a la personalización de cada uno ante la diversidad que existe entre alumnos”. El éxito de Innovamat, de Sant Cugat del Vallès, ha sido rotundo: más de 2.100 escuelas con este sistema, 350 profesionales a jornada completa -entre técnicos, pero también doctores en matemáticas o profesores-, y una facturación de 16,7 millones de euros en el último ejercicio del 2023. Pero la aspiración es ir a más.
Próximo mercado: Estados Unidos
Actualmente, son proveedores en Catalunya y el resto del estado español con escuelas de Madrid, País Vasco, las Islas Baleares o el País Valencià, entre otros. Y cerca de 30% de la facturación viene ya de fuera con países como Chile, Italia o México. El próximo reto de Innovamat es crecer en Estados Unidos y, según Dotti, afirma que "se está invirtiendo más de lo que se ingresa con el objetivo de crear una organización de referencia del aprendizaje en matemáticas exportable por todo el mundo". Para los padres y madres que les coja de nuevo, Dotti establece un paralelismo sencillo: "Antes estaba la editorial Santillana o Vicenç Vives y las mismas editoriales están cogiendo competencias en este sentido y nosotros hacemos lo mismo, pero sólo con las matemáticas". Los productos actuales van en dos líneas: la directa que dan como propuestas para las escuelas y la ligada con las familias en cuadernos, una aplicación y, próximamente, trabajan en un juego de cartas ligado a las matemáticas.
Escuelas públicas, privadas y concertadas
Pero si volvemos aquí, más allá de países, los clientes deben mirarse según la tipología de escuela. En el caso de la pública en Catalunya, cada centro decide qué parte del material de Innovamat que ofertan compran o quieren adquirir. Por ejemplo, un instituto público puede comprar la parte digital de Innovamat, pero no todo el software porque deciden hacerlo ellos mismos. En ese caso, el Departament d'Educació es quien establece los contactos empresariales con ellos para contratar los servicios. Pero lo hace a través de la Fundació Bofill, que se define como una entidad sin ánimo de lucro creada en 1969 con el objetivo de promover la transformación y el cambio social de nuestro país. "Somos un laboratorio de investigación y propuestas centrado en el ámbito de la educación que trabajamos para impulsar investigaciones, debates e iniciativas para generar oportunidades educativas y combatir las desigualdades sociales. Actuamos con libertad y con plena independencia en relación a las administraciones públicas, los partidos políticos, las confesiones religiosas y los intereses económicos. La Fundació Bofill, de acuerdo con el mandato de sus fundadores, no rehuye ninguna de las cuestiones que pueden contribuir a construir una sociedad más justa y democrática", destacan en su portal de presentación desde esta Fundació .
De hecho, en esta relación que subrayan con la administración pública, es la Fundació Bofill quien otorgó el último contrato de diciembre de 2022 a la subcontratación del Servicio de programación didáctica y su correspondiente plataforma web de soporte para el programa MATH TUTORING a Innovamat a través de una convocatoria abierta.
"No somos una empresa tecnológica"
La educación interesa y, sobre todo, últimamente. Innovamat se concibe, obviamente, como una empresa, pero puntualiza que en ningún caso es una tecnológica ni una start-up: "Somos una organización centrada en la ciencia y la undécima de doctores en matemática que trabajan a jornada completa lo corroboran", añade Dotti. El objetivo no es la digitalización de esta asignatura, sino cómo se explican las matemáticas: "Antes, haciendo un paralelismo, seguían una receta de cocina y ahora pretendemos que se entiendan los pasos de la receta para no memorizar y ya está. El cálculo mental debe basarse en estrategias y no en el porque sí. Obviamente deben llegar a memorizarse las tablas de multiplicar, pero es importante ver con qué estrategia se llega", concluye Dotti.
Otra cosa es cómo lo entienden los padres que muchos están en pleno proceso de cambio: "Mi hijo me llega con un problema de cálculo y no sé qué responder porque primero tengo que entender cómo ahora enseñan a sumar. Sin embargo, lo estamos consiguiendo", asegura Estel Giralt, madre de tres hijos, el mayor de 9 años. Precisamente, padres y madres consultados lo ven como un negocio, pero lo relativizan: "El Innovamat son las editoriales de libros de hace unas décadas que también tenían algunas la exclusividad de publicar todo lo que acababa siendo distribuido en diferentes escuelas. Ahora, estamos en la era digital y toca el Innovat y otras aplicaciones, a nosotros nos resulta muy educativo", añade Pere Deulofeu, padre de una niña de 10 años. Pero hay criterios y matices sobre esta forma de hacer entender las matemáticas: "Hasta segundo y tercero de primaria, puedo entender aplicar el Innovat, pero nosotros, desde casa, nos hemos pasado ya al método tradicional porque llega un momento en el aprendizaje que seguir por ahí ya no se aguanta e, incluso, no entienden bien las cosas. Saber memorizar y calcular de forma propia es imprescindible. No todo es un juego", asegura Maria Qaudras, madre de una niña de 12 años.
Desde Innovamat, subrayan separar la primaria de la secundaria y abrir la mirada a los problemas que "el Informe PISA ha puesto sobre la mesa como la falta de profesores, sobre todo en secundaria, un sistema polarizado y la pérdida de alumnos en el caso catalán", matiza Dotti.