Tan solo un mes después de anunciar el cierre de su fábrica en Castellbisbal y una semana y media después de comunicarlo a los empleados, RdM ya tiene "entre 12 y 15" candidatos a comprar los terrenos y hacer nueva industria para salvar los empleos, 4 de ellos con propuestas más avanzadas, según ha podido saber On Economia por fuentes sindicales. "Tenemos que ser precavidos. Puede que los 237 empleos no se salven, pero esperamos que sea un número elevado", cuentan las mismas fuentes, que detallan que el Departament d'Indústria "ha sido muy activo" a la hora de mediar y buscar posibles compradores. 

Entre los sectores interesados están el energético, el papel y el cartón (al que pertenece RdM) y fondos de inversión que lo venderían para otra industria. El objetivo, como de costumbre en estos cierres, "es evitar las naves logísticas, que dan menos empleo y peor remunerado", cuentan las mismas fuentes, que se han reunido con representantes de la empresa y se muestran optimistas con el futuro de los terrenos. 

El pasado día 21, recibieron como un jarro de agua fría el comunicado del cierre por parte de Reno Medici (RDM Barcelona), que suponía el despido de 237 trabajadores a pocos metros de Eurohueco, que también anunció el cierre en el mismo polígono unas semanas antes con 150 trabajadores afectados, un total de 387 despidos entre ambas plantas. La empresa expresó entonces que "la prioridad de la dirección es iniciar las negociaciones con los representantes de los trabajadores para alcanzar las mejores condiciones sociales posibles para todas las partes involucradas" y así está siendo. 

El ejemplo reciente de Danone, que vendió a Bonpreu su fábrica de Parets del Vallès en noviembre para salvar parte de los 157 empleos que se perdían con el cierre, sirve como precedente para una negociación que, de todos modos, "puede ser larga", avisan las fuentes sindicales. 

A mediados de enero, y según publicó El Economista, la empresa detalló que se había acumulado stock de producto tras una considerable caída de la demanda que ha afectado a la actividad de la fábrica y, finalmente, propiciado su cierre. Alegó asimismo "desafiantes condiciones de mercado, incluyendo un cambio en patrones de consumo, presiones inflacionarias y un complejo entorno geopolítico exacerbado por el conflicto entre Rusia y Ucrania". 

Mantendrá, sin embargo, su actividad en la fábrica de Paprinsa, en Mollerussa, Lleida. El grupo cuenta con factorías también en Italia, Países Bajos, Francia, Alemania y Suecia.

La fábrica lleva abierta desde finales de los 60, cuando era propiedad del grupo finladés Stora Enso, que se la vendió al fondo de inversión Quantum por 10 millones. Quantum sacó tajada y se la vendió después por 40 millones a RdM en 2018.

En 2021, el fondo Apollo Global Management, con un valor de 92.000 millones de dólares, compró el 67% de RdM Group por 365 millones de euros y pasó a tener el control de la empresa. Hoy RdM emplea a 2.300 personas y produce 960.000 toneladas de papel. 

En el caso de Eurohueco, la vecina fábrica de artes gráficas propiedad de la británica Walstead desde 2015, anunció su cierre también a principios de febrero, tal y como avanzó On Economia.  Walstead es considerado uno de los principales grupos impresores de Europa, con unas ventas anuales globales de 525 millones de euros y un resultado operativo (ebitda) de 47 millones. El grupo dispone de 15 centros de impresión y 3.700 empleados. En España opera con Eurohueco, Rotocobrhi y Rhapsody Media -también en Tres Cantos- que se dedica a la gestión de contenidos, es decir, maquetación, gestión de color, retoque fotográfico y creación de contenido digital.

La planta de Eurohueco está especializada en tareas de impresión offset y grabado al hueco, y un importante volumen de trabajos destinados a la exportación, en concreto un 59% se destinaba a Francia y un 38% se quedaba en España. Desde Castellbisbal, el grupo británico da impresión de grandes tiradas, catálogos y revistas de alta calidad; con una capacidad que le permitía, por ejemplo, imprimir el catálogo de productos IKEA desde 1996.

La empresa, con unas instalaciones de 22.500 m² en un terreno de 40.000 m², ofrece servicios que van desde la preimpresión hasta la distribución final de los productos. Tiene una estructura fabril configurada por 4 máquinas de impresión en grabado al hueco, una máquina de impresión offset de 48 páginas contra fibra, y 5 líneas de encuadernación en grapa de alta velocidad. El 65% de la producción actual eran folletos.