El grupo Inditex era de los pocos que, a pesar de la liberalización del 2012 sobre el periodo de rebajas, todavía respetaban mínimamente las fechas. Amancio Ortega se acogía a la oficialidad de las fechas, pero ya introdujo cambios el año 2019, adelantando algunos descuentos de Zara a 28 de junio, en vez del 1 de julio. Posteriormente, llegaron el 24 de junio de forma online y el 25 de junio a tienda física durante el año 2020. Y en el 2021, Inditex ya implicó al resto de marcas del grupo, como Bershka o Massimo Dutti.

Este 2023, el cambio todavía es más sustancial y Zara ya no espera pasar San Juan. Este año, la fecha de las rebajas de Zara serán este miércoles 21 de junio por la tarde, a las 21 horas en la app. Para el resto de marcas del grupo como Pull&Bear, Stradivarius, Bershka, Oysho y Massimo Dutti, empezarán a las 19 h en la app, a las 20 h en la web y el 22 de junio en tiendas físicas, igual que el año pasado.

"Hay que generar más tráfico"

Los cambios no son nada casuales. Núria Beltran, presidenta de la Comisión de Retail del Col·legi d'Economistes de Catalunya, especifica que "el hecho de que una cadena como Zara haya empezado hoy las rebajas y no después de San Juan o a 1 de julio, denota necesidad de movilizar las ventas y generar más tráfico en las tiendas". Y la motivación es el grado de prioridades: "La gente gasta más en ocio y tecnología, y quizás no tanto en moda".

La moda: ¿una prioridad?

Pero puede haber otros factores que motivan las prisas, como la feroz lucha por la cuota de mercado actual en todos los ámbitos. Así pues, mientras que la superficie comercial crece, el número de tiendas disminuye y se pierden las tiendas de moda, pero también de equipamiento del hogar y de la persona en los barrios. Una tendencia que no beneficia a nadie, pero los grandes saben aprovechar también el momento para sacar más músculo. Gigantes como Zara cada día son mayores, con una estrategia de concentración empresarial y de digitalización para luchar delante de las grandes plataformas de venta online.

La otra cara son los comerciantes más pequeños, que los cuesta un gran esfuerzo mantenerse en el mercado. Tienen que ofrecer una propuesta muy diferencial y atractiva a los ojos del cliente. Beltran lo tiene claro: "Necesitan cooperar para poder hacer frente a la competencia, reducir costes de gestión y diferenciarse. Los grandes pueden hacer apuestas agresivas con el margen comercial, como las promociones y rebajas, para captar cuota de mercado, porque gestionan grandes volúmenes y parte del negocio es financiero". En cambio, un comerciante con una o dos tiendas, incluso con menos de 25 o 30 tiendas, no puede hacer eso, ya que vive del margen comercial estrictamente. Su lucha es mantener la cuota de mercado y defender el margen bruto.

Y un último indicador a tener en cuenta. El consumo total del último mes mayo, ha subido un 7,5% interanual, de los cuales 4,1 puntos porcentuales corresponden al consumo doméstico y el resto a internacional. Así pues, el consumo de la moda queda en un plan totalmente secundario. Los expertos, sin embargo, alertan de que los condicionantes psicológicos pueden motivar la compra del retail en moda y, sobre todo, después de la pandemia, donde está demostrado que lo que cuenta más es el presente, el aquí y ahora. Por lo tanto, hará falta analizar caso a caso y tener en cuenta que, en un contexto de inflación, hacer negocio en este campo también es posible.