Los productores de cava, agrupados bajo la Denominación de Origen Cava, han cerrado 2022 con un récord de ventas, al alcanzar los 249 millones de botellas vendidas, un 4,5% más que en 2021, y con una facturación de 2.192 millones de euros, un 15% más. Se trata de las mejores cifras cosechadas en su historia, según han anunciado este jueves en una rueda de prensa en Barcelona.
El presidente de la D.O. Cava, Javier Pagés, ha dado a conocer este jueves las cifras de cierre de 2022, un año "muy positivo" en el que se han superado los pronósticos lanzados por él mismo en diciembre, cuando auguró un crecimiento del 3% en ventas. Así, 2022 ha confirmado la "recuperación" del sector y se suma a un 2021 que ya registró un "crecimiento espectacular", con cifras superiores a las de prepandemia.
Las botellas expedidas -es decir, ya con marchamo puesto, pero no necesariamente vendidas- también han alcanzado un récord, al situarse en los 254 millones de botellas, si bien en este caso el crecimiento es del 0,69%. Las exportaciones representan el 69 % del total de ventas y los principales países consumidores son Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido y Suecia, que se posiciona entre los cinco primeros clasificados al registrar un aumento superior al 35%.
El mercado español supone el 31% de las ventas
Otros territorios que crecen con fuerza son Suiza (50%), Brasil (24,3%), Estonia (22,1%) y Lituania (21,9%), si bien la lista de mercados alcanza los 150 países. El mercado español (31% del total de ventas) también se ha comportado "mejor de lo esperado", al crecer un 13,5 % principalmente por el canal de hostelería (un 30% más en volumen), coincidiendo con la recuperación del turismo y la restauración tras un 2021 todavía condicionado por la covid-19.
Pagés también ha subrayado que el cava es el único espumoso que ha crecido en volumen en el canal de alimentación en España. Ha afirmado que "el cava es muy aceptado en todo el mundo" y que eso hace que se alcancen ventas récord pese a las "condiciones muy volátiles" de la economía mundial: la incertidumbre bancaria, los elevados precios de la energía o los problemas de suministro de materias primas tras la invasión rusa de Ucrania.
Preguntado por los pronósticos de 2023 ante la sequía en Catalunya, Pagés se ha mostrado positivo y ha asegurado que "va a ir bien", aunque no ha querido dar cifras de previsiones por prudencia. Asimismo, ha avisado de que la sequía supone una amenaza para el sector, que tendrá que acostumbrarse a los efectos del cambio climático, y ha abogado por encontrar soluciones como "apostar por variedades que necesitan menos agua".