La empresa tecnológica especializada en la lucha contra la piratería en línea Red Points ha devuelto su sede social a Catalunya, concretamente a Barcelona, tras seis años en Pamplona, según el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de este martes. La noticia se ha sabido una semana después de conocerse que el pacto entre PSOE y Junts para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno menciona el regreso a Catalunya de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación en los últimos años. Sin embargo, la decisión de Red Points es anterior a este acuerdo y se formalizó a primeros de mes en el Registro Mercantil.
Fraude, falsificaciones y piratería
La compañía, que nació hace aproximadamente una década con el objetivo de proteger contenidos y marcas contra la piratería y las falsificaciones en internet, alcanzó la rentabilidad a finales de septiembre y prevé cerrar el año con Ebitda positivo. Laura Urquizu, socia y consejera delegada de la empresa barcelonesa, explicó que el año pasado el negocio hizo un cambio de rumbo y los socios apostaron por ganar dinero. "Al final una start-up es un experimento, es una idea que se pone en práctica y nosotros vimos que ya no éramos un experimento. Decidimos aparcar el crecimiento y fuimos a buscar retorno, que ya hemos logrado". ¿Cómo lo hicisteis? "El truco fue empezar a medir cada euro que invertíamos y el retorno que nos daba", apostilló la empresaria.
Sobre si estaba en la hoja de ruta el break even y la posterior rentabilidad, Urquizu aclaró que hace un año y medio, aproximadamente, nadie hablaba de ello y añadió que incluso era "cutre" pronunciar la palabra rentabilidad. Sin embargo, la crisis del coronavirus, la guerra en Ucrania y las subidas de tipos provocaron un frenazo en las valoraciones, que obligaron a "replantearse el ecosistema". "Somos rentables desde septiembre y esto te da muchas alegrías", argumentó la directiva.
Segmentación del negocio
Laura Urquizu conoció a sus socios a principios de 2014, hace aproximadamente una década, aunque la empresa se fundó dos años antes. Anteriormente, había estado dirigiendo equipos tecnológicos que se dedicaban a la transformación digital y a la automatización de procesos. Llevó adelante el primer fondo de start-ups en capital semilla en 2007 en España. "Aquí había empresas interesantes, pero faltaba la pata de inversión", matizó hace un par de meses. "Asesoré a grupos de inversión y al final lo dejé todo y me fui al otro lado", rememoró.
En 2014 Red Points contaba con 10 trabajadores, pero el sector de la piratería ya estaba a la orden del día. Ahora cuenta con prácticamente 300 empleados, siendo el 35% de la plantilla desarrolladores. Según la directiva, la clave del éxito del negocio es que supieron segmentar el mercado por verticales. "Las falsificaciones no han hecho nada más que crecer, hemos visto una tendencia más allá de marketplaces, ahora vemos proliferación de webs y perfiles falsos. El fraude se ha sofisticado mucho con la inteligencia artificial y las redes sociales".
Red Points cuenta con oficinas en Barcelona, Nueva York y en China con el apoyo de ACCIÓ. ¿Un consejo para los emprendedores? "Nosotros nunca hemos trabajado para las rondas, hemos trabajado para el negocio".