Repsol ha comenzado a producir electricidad en Antofagasta Fase 1, su mayor parque eólico hasta la fecha y uno de los más grandes de Chile, que se sitúa en la comuna de Taltal, en la región de Antofagasta, y cuenta con una potencia total instalada de 364 megavatios (MW). Con una inversión de cerca de 400 millones de euros, Antofagasta Fase 1, que entrará en operación comercial en las próximas semanas, es el primer proyecto renovable desarrollado totalmente por Repsol en Chile, según ha informado este lunes el grupo presidido por Antonio Brufau.

El parque se ha construido en 19 meses y su producción anual alcanzará 750 gigavatios hora (GWh), el equivalente al consumo anual medio de 220.000 hogares chilenos. En la misma región chilena, Repsol planea la construcción de la 'Fase 2', que añadirá aproximadamente 450 MW a su cartera de activos renovables. Así las cosas, Antofagasta Fase 1 y Antofagasta Fase 2 son propiedad al 100% de Repsol.

La compañía española inició su actividad en Chile a través de la 'joint venture' Repsol Ibereólica Renovables Chile --sociedad participada al 50% por Repsol y el Grupo Ibereólica Renovables--, con la que opera los parques eólicos 'Cabo Leones III', de 188 MW, y 'Atacama', de 166 MW, ambos ubicados en la provincia de Huasco, en el desierto de Atacama. En la actualidad, la compañía tiene cerca de 4.000 MW renovables operativos y una cartera global de proyectos de 60.000 MW en distintas fases de desarrollo.

Beneficio neto de 1.756 millones

Repsol cerró 2024 con un beneficio neto de 1.756 millones, un 45% menos que el año anterior. La empresa explicó tras la presentación de los resultados que los resultados estuvieron influidos "por un contexto geopolítico complejo, menores precios del crudo, del gas y de la electricidad, márgenes moderados en el refino y bajos en la química". El resultado ajustado fue de 3.327 millones de euros, un 34% menor.

A pesar del descenso de beneficios, la multinacional consiguió mejorar en un 30% el rendimiento para accionistas, a quienes abonó 0,90 euros brutos por acción hasta alcanzar 1.928 millones de euros en dividendos para el total de sus aproximadamente 500.000 accionistas.

La empresa propondrá a la próxima junta de accionistas que se pague un dividendo complementario el 8 de julio que lleve a los accionistas a percibir 0,975 euros brutos por acción. Asimismo, también propondrá una reducción de capital mediante la amortización de acciones propias. 

A lo largo del año pasado, la empresa realizó inversiones netas por 5.700 millones de euros durante el ejercicio, superior a los 5.102 millones de 2023, que se deberán reducir a entre 3.500 y 4.000 millones el próximo año, para el que espera desinversiones por valor de 2.000 millones de euros.  La deuda neta del grupo, por su parte, pasó de los 2.096 millones de euros en 2023 a los 5.008 millones al cierre de 2024.