Los cavas valencianos encaran la campaña de Navidad con euforia. Se acaban de imponer en los tribunales al Consejo Regulador del Cava, dominado por los catalanes, para poder etiquetar sus botellas con la submarca "Cava de Requena", sin embargo, en realidad, sus bodegas más conocidas crecen por debajo de la media de la Denominación de Origen Cava que reúne al conjunto de los espumosos que se producen en el Estado.
Así, Pago de Tharsys facturó el año pasado 3,73 millones de euros, un 7,8% más que en el ejercicio anterior; Chozas Carrascal, 2,75 millones, un 9,67% más; y Tantum Ergo, 2,28 millones, un 12,25% más, crecimientos que están por debajo del 15% de media en que lo hizo el conjunto de la DO Cava. Esta reúne a los productores de Catalunya, Extremadura, Aragón, La Rioja, País Vasco, Navarra y a los del municipio valenciano de Requena.
Con mucha diferencia, el primer productor de cava valenciano es Marevia, propiedad de las hermanas Hevia Ferrer, accionistas de Freixenet hasta que en el 2018 vendieron su participación a la alemana Henkell. Todavía no se pueden consultar las cuentas de Cavas Marevia del 2022, pero un año antes facturaron 16,88 millones de euros, un 14,73% más que en 2020, cuando todas las bodegas se vieron gravemente afectadas por la pandemia de la Covid-19.
Marevia, de las hermanas Hevia Ferrer, exaccionistas de Freixenet, ejerce la hegemonía del cava valenciano
Cavas Marevia, anteriormente llamada Unión Vinícola del Este, ejerce la hegemonía del cava valenciano. Su marca más conocida es Vega Medien. Es propiedad al 100% de las hermanas Agustina, Montserrat y Carmen Hevia Ferrer desde que, a finales de 2019, compraron la participación de su hermano Enrique –metido en otros negocios, incluso en campos de golf– y de sus primos Ferrer y Bonet, entre los que se encuentra José Luis Bonet, presidente de honor de Freixenet.
El cava valenciano se ha visto beneficiado por el conflicto político catalán para aumentar sus ventas en España si bien su producción es reducida y limitada al municipio de Requena. El año pasado comercializaron 13 millones de botellas cuando en el conjunto de la DO Cava se alcanzaron los 249 millones. Aseguran que podrían llegar a los 30 millones de unidades. Algunos, como Tantum Ergo, presumen a menudo de no poder atender los pedidos porque han agotado las existencias. Por este motivo, los productores de Requena reclaman una ampliación de las hectáreas de cultivo de viña.
Los productores valencianos se han impuesto repetidamente al Consejo Regulador del Cava en el Tribunal Supremo
Son pocos pero han conseguido imponerse en los tribunales al Consejo Regulador del Cava que preside Javier Pagés. A finales de noviembre, la sala del contencioso del Tribunal Supremo rechazó el recurso del Consejo Regulador para evitar que etiquetaran con la submarca "Cava de Requena". Argumentaban que esta denominación crea confusión con la denominación de vinos Utiel-Requena. A finales de 2022, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ya dio la razón a los productores valencianos y, ahora, el Supremo ha confirmado la sentencia. Mucho antes de este pleito, los valencianos también ganaron en el Supremo que se les incluyera dentro la DO Cava.
En la imagen superior, el consejero de Agricultura de la Generalitat Valencina, José Luis Aguirre, de Vox, brinda con representantes de la bodeda Pago de Tharsys por la sentencia del Supremo. Indicó que animará las ventas estas Navidades.
En las elecciones al Consejo Regulador de julio del año pasado, la candidatura conjunta de productores de Requena (Valencia) y Almendralejo (Badajoz) consiguieron por primera vez un representante, el abogado Fernando Medina, que precisamente fue el impulsor de varios recursos contra laso decisiones de este organismo. También es consejero de Dominio de la Vega.
Además de Cavas Marevia, el primer embotellador valenciano, los más conocidos son Tantum Ergo –propiedad de Bodegas Hispano Suizas, presidida por el enólogo Rafa Navarro-, Pago de Tharsys –fundada por Carlota Súria y Vicente García-, Chozas Carrascal –propiedad de la pareja Julián López y María José Peidro-, Aula –propiedad de la cooperativa Coviñas, presidida por José Miguel Medina- y Dominio de la Vega –creada por un grupo de profesionales liderados por Emilio Expósito hace veinte años–. De las dos últimas bodegas, no son consultables todavía las cuentas del año pasado.
Como ellos mismos reconocen, son una "isla" en la DO Cava. Según los datos expuestos el marzo pasado por Javier Pagés (en la imagen superior junto a representantes de empresas), los cavistas de todo el Estado batieron el año pasado el récord de ventas con 249 millones de botellas, un 4,5% más, y una facturación de 2.192 millones de euros, un 15% más.