La saturación de algunos aeropuertos europeos, que están funcionando al límite de su capacidad, está afectando a España y sobre todo, a Barcelona. Por ello, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) asegura que el gran reto que tienen la industria aérea en este momento, es acabar con las ineficiencias en la gestión del tráfico aéreo en Europa. Si bien, los retrasos de vuelos se han disparado un 55% durante los meses de verano, el periodo en el que más operaciones se realizan por las vacaciones de verano.
El dato, de hecho, es el peor en 25 años, alcanzando los 4,6 minutos de retraso (de media) frente a los 3 minutos de 2023 o de 2019. No se veía una cifra tan alta desde 1999, cuando se rozaron los 6 minutos de retraso.
Así lo ponía de relieve este martes el presidente de ALA, Javier Gándara, en una presentación a medios donde hacía balance de la situación del sector aéreo y adelantaba las perspectivas para la temporada de invierno, que en la aviación se extiende desde finales de octubre y hasta marzo. Gándara señalaba que entre julio y agosto, "en lo alto del verano" los retrasos en toda Europa fueron un 55% superiores a los que había prepandemia, en 2019, pese a que el tráfico aéreo en Europa sigue un 2,6% por debajo.
"Si se observa la tendencia histórica y se ve la media de minutos de retrasos en el verano de 2024, se aprecia que es la más alta desde 1999. Claramente, tenemos un problema de capacidad de gestión del tráfico aéreo en Europa. Está localizado en determinados países como Francia o Alemania, y en parte ha venido provocado por el hecho de que durante en la pandemia, probablemente no se hicieron las inversiones necesarias para ampliar la capacidad y adelantarse a este incremento del tráfico".
Consecuencia de ello, continuaba el presidente de ALA, son los retrasos que se están dando por la congestión del sistema, que está llegando a niveles "no vistos en mucho tiempo". Y advertía, "si no hacemos algo, irán a más". Por ello, la Asociación sigue insistiendo en que es fundamental que todos los Estados miembros inviertan en capacidad y tengan los medios suficientes para dar respuesta a la demanda existente de tráfico aéreo.
"Afortunadamente en España se han hecho los deberes", aseguraba Gándara. Enaire ha hecho una serie de inversiones importantes incluso durante la pandemia. Entre otros motivos, porque la demanda de vuelos en España está disparada y el tráfico aéreo ya está por encima de los de 2019. Pese a ello, "existen ciertos retrasos". Aunque, el presidente de ALA señalaba "que la inmensa mayoría de los retrasos que sufrimos en España no se provocan por España, sino en el resto de centros de control y resto de países, sobre todo en Francia".
En los problemas de capacidad afectan varias cuestiones: el número de controladores, la tecnología y las inversiones que se han hecho. Por ello, "no es algo en lo que el gobierno de España pueda intermediar si el problema está en Francia o en Alemania". Sin embargo, las aerolíneas sí hacen una petición y es que "se exija al resto de gobiernos que hagan los deberes". Principalmente, porque en España hay una elevada dependencia de Francia.
"España en su conjunto depende mucho, pero aún más un aeropuerto como el de Barcelona-El Prat, donde el 70% de su tráfico aéreo sobrevuela el espacio francés. Y si hay un problema de cualquier tipo (como de huelgas, que han sido muy habituales) tienes un impacto desproporcionado", apuntaba.
De cara a la temporada de invierno, que en la aviación comienza la última semana de octubre y finaliza en marzo, las aerolíneas tienen disponibles más de 130 millones de plazas para volar desde España, una cifra que supera en un 12% la del año pasado. ALA prevé que este invierno se bata un nuevo récord de pasajeros y que a partir de 2025, se siga creciendo, pero a menor ritmo que en 2023 y 2024.