El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, ha cerrado la puerta este martes durante la presentación de resultados de la empresa a un regreso a Catalunya coincidiendo con la relajación del procés y con los pactos del Gobierno y los partidos catalanes para facilitar la vuelta de empresas catalanas. "No se ha hablado de la sede social", ha sentenciado con firmeza y brevedad.
La empresa ha ganado un 20% más que el año pasado y ha alcanzado beneficios récord de 1.986 millones, al tiempo que ha invertido un 50% más hasta alcanzar los 2.944 millones, con el foco puesto en la transición energética y en España. "Es uno de los mejores resultados de la compañía, no nos escondemos", ha defendido Reynés, que ha comentado los comentarios más destacados de la actualidad de la empresa.
Así, ha sido preguntado por la entrada de Blackrock en el capital de Naturgy a través de la compra del fondo GIP. "Los gestores de GIP serán los que gestionarán los activos de GIP, cuando se culmine la operación", ha apreciado, aunque ha señalado que es "actividad de accionistas" que no le toca a él valorar. Y lo mismo con la posible intervención del Gobierno para intervenir en la operación: "La decisión es del Gobierno".
El dirigente ha asegurado que la empresa no estudia frenar ningún proyecto por el gravamen extraordinario, ya que están "todos en marcha", pero sí que ha expresado su deseo por un "marco regulatorio menos cambiante".
Preguntado por la operación Géminis, a partir de la cual Naturgy pretendía dividir su empresa en una división para la energía regulada y otra para el mercado libre, Reynés ha asegurado que es una operación que "tiene sentido, pero no se dan las condiciones para llevarla a cabo".
El presidente también ha valorado los contratos de la empresa con Yamal, la compañía a la que compra gas natural licuado ruso. "Tenemos un contrato firmado en 2013 que empezó a ser operativo en 2018 a partir del que pagas y te llevas la mercancía. Honramos a nuestros contratos, pero desde el inicio de la guerra no hemos comprado ni un solo kilovatio más de lo que dice nuestro contrato", ha sentenciado.
En el repaso de los resultados, Reynés ha destacado que "la correlación entre los precios del gas y de la energía se han mantenido" y que después de la gran subida de 2023, "los precios han ido disminuyendo sensiblemente". "Por otro lado, la regulación se ha intensificado y hemos mejorado nuestra situación en Latinoamérica", ha valorado el presidente, que ha insistido en la importancia de "caminar hacia la descarbonización sin poner en riesgo la cadena de suministros".
Intensa actividad regulatoria
"Ha sido un año de intensa actividad regulatoria en España y en Europa", ha destacado Reynés, que ha pedido "tiempo" para completar la transición energética, que avanza al ritmo esperado en la compañía con una reducción del 30% de emisiones desde el año 2007. "Estamos comprometidos con la transición energética, pero pedimos tiempo para hacerla, que nos lo tiene que dar la sociedad, los medios y la regulación", ha dicho.
En el camino de la descarbonización, Reynés ha destacado que la energía eólica e hidráulica tienen más peso para la compañía que la fotovoltaica, mientras que ha destacado también el potencial de crecimiento del biometano, al señalar que tiene potencial para ocupar la mitad del gas que se consume en España. "Tenemos nuestras redes preparadas para trabajar con biometano", ha dicho Reynés.
Por último, el presidente ejecutivo de la empresa ha valorado la caída de la demanda energética en España con dos perspectivas. La primera, que "la caída de la demanda es positiva si tiene que ver con una mayor eficiencia", pero no tanto "si se da por una caída de la actividad industrial". "Existe una caída de la inversión industrial y esta parte nos debería preocupar por la competitividad del país", ha completado.