Las fortunas catalanas acostumbran a ser discretas, evitan la ostentación y, en muchos casos, incluso las apariciones en la escena pública para preservar su imagen. Son los ricos sin cara, de los cuales no aparecen fotografías en los medios de comunicación a pesar de poseer emporios económicos con miles de trabajadores.
No son como José Elías, presidente de Audax Renovables y propietario de La Sirena, reconvertido en youtuber, protagonista en TikTok, siempre dispuesto a explicar lo que hay que hacer para triunfar en la vida. A diferencia de Elías, que es una fortuna de primera generación –un nuevo rico, como se les llama coloquialmente–, muchos de los millonarios sin cara forman parte de linajes empresariales, con una riqueza que les viene de herencia.
Estos son casos de empresarios o linajes catalanes que aparecen en los rankings de grandes fortunas, pero de los que cuesta encontrar fotografías porque evitan la exposición pública:
• Los reyes del porcino. Los propietarios de Vall Companys, el primer productor de porcino de Europa, constituyen el caso más recalcitrante. No hay fotografías públicas de los leridanos Josep, Óscar y Meritxell Vall Esquerda, ni realizan declaraciones a la prensa ni participan en las redes sociales. Este hermetismo les viene de familia. Tanto su abuelo, Josep Maria Vall Companys, como su padre, Josep Vall Palou, siempre evitaron a los medios, pese a que de este último se publicó una fotografía porque intervino en un acto empresarial. Cuando falleció a finales de 2015, el entonces alcalde de Lleida, Àngel Ros, lo describió en una necrológica en el diario Segre como "un empresario discreto, que huía del protagonismo, de la ostentación y de la búsqueda del reconocimiento social que los éxitos empresariales y la trayectoria le habrían permitido". Hasta 2018, el gigante Vall Companys no contrató los servicios de una agencia de relaciones públicas coincidiendo con un problema de reputación de una de sus participadas. En aquel momento, el grupo se abrió a los medios, pero no la familia propietaria.
• El heredero Carulla. Artur Carulla Mas, representante de la tercera generación de la familia fundadora de Gallina Blanca, llegó a la presidencia de Agrolimen (sociedad holding), así como de Affiity Petcare i The GB Foods, en 2020 sin que se informara a la prensa. Ni siquiera se han difundido fotografías del presidente del principal grupo de alimentación catalán, con una facturación de cerca de 2.300 millones de euros y 5.000 empleados. Su padre, Artur Carulla Font, de 75 años, también es discreto, pero no se ha podido zafar de los fotógrafos porque es un habitual de las jornadas del Cercle d’Economia. Sin embargo, no todas las ramas de esta familia son tan reservadas. Mariona Carulla Font, expresidenta de la Fundación Palau de la Música-Orfeó Català, siempre ha estado dispuesta a ponerse ante los focos.
• Antiguo accionista de Danone. Aunque circulan un par de fotografías, antiguas, de Ricardo Portabella Peralta, siempre ha sido uno de los ricos catalanes más escurridizos, en parte también porque reside en el extranjero. Habitual de los rankings de grandes fortunas, es nieto de Lluís Portabella Comte-Lacoste (Figueres, 1894 - Palau-Sator, 1981), que dirigió la filial española de Danone durante 40 años y que fue uno de sus accionistas. En el 2015, Ricardo Portabella intercambió la participación que le correspondió de la filial española de Danone por acciones de la matriz francesa. Su holding de cabecera es Anpora, con sede en Luxemburgo, donde reúne inversiones financieras, en el inmobiliario y hoteles. El pasado verano cedió la presidencia a su hijo Ricardo Portabella Jarosilova, de 26 años, tan discreto como su padre.
• El promotor de la Segarra. José Llorens Torra irrumpió en los rankings de los más ricos hace una década cuando los periodistas de Madrid se preguntaron quién era este promotor de grandes superficies comerciales que se levantaban en torno a la capital. En realidad, hacía mucho tiempo que estaba en la élite empresarial si bien la prensa económica no lo había detectado en su radar precisamente por su discreción. Nacido hace 80 años en Sedó, un pueblecito de la Segarra, su imperio se expande por una veintena de países. Su buque insignia es Epsa, dedicado a la subcontratación de obras, materiales de construcción y minería. También tiene intereses en los sector agrario e inmobiliario. Ahora está detrás de la promoción del megaproyecto logístico Cosmar, en Seseña (Toledo), con una inversión de 1.000 millones de euros. De Llorens Torra se puede encontrar una fotografía antigua, pero no de sus hijos: cuatro mujeres –la mayor es Anna Llorens Torné- y un hombre –Ramon Llorens Torné, consejero delegado de Epsa.
• Gigantes del acero. Bamesa es la gran empresa familiar catalana del sector metalúrgico después de que Celsa pasase a manos de los fondos acreedores. Esta empresa proveedora de acero plano para la industria de la automoción está controlada (en el 99%) por las cinco ramas de la familia Arasa Figueras, liderada en la actualidad por Jordi Arasa Figueras. Tienen plantas en España, Portugal, Francia, Chequia, Rumania, Marruecos y Turquía, donde está su principal activo.
• Imperio de la refrigeración industrial. Cuando Wallbox empezó a cotizar en el Nasdaq en 2021 trascendió que Marta Santacana Gri (Barcelona, 1966) controlaba una participación valorada en 200 millones y, precisamente a raíz de eso, saltó a los ranking de los ricos. Si no había aparecido hasta entonces era porque había conseguido pasar desapercibida. Es imposible encontrar una fotografía suya en Internet. Lidera la empresa familiar Eurofred, fundada por su padre, Jordi Santacana Tort, que está especializada en la distribución de equipos de climatización, refrigeración y aire industrial, sobre todo para el sector horeca. Mediante el honding Anangu Grup, participa en varias sociedades entre las cuales destacan las cotizadas Meridia Real Estate i Airtificial, así como los fondos Barlon Capital y Nauta Capital. El pasado verano vendió las instalaciones del club de tenis Sant Gervasi –en el término de Sant Just Desvern– a Sergi Ferrer-Salat.
• Antiguos fabricantes de cemento. Las familias Fradera y Romeu poseían cerca del 74% de las fábricas de cemento Uniland cuando en 2006, poco antes de estallar la burbuja inmobiliaria, vendieron esta participación a Portland Valderribas –del grupo FCC- por 2.200 millones de euros. Las cinco ramas de la familia Fradera, emparentadas con otras históricas estirpes como los Güell, diversificaron sus inversiones. Tres de estas ramas operan a través de Lumbier de Inversiones, socia de cotizadas de Francia y los Estados Unidos. Controlan un emporio inmobiliario pero sin aparecer personalmente en los medios.
• Fundadores de Caprabo. Pere Carbó, Jaume Prat y Josep Botet abrieron el primer supermercado Caprabo (marca formada con las primeras sílabas de los apellidos de los fundadores) en 1959. Tres años después, salió Prat y, en su lugar, entró Silvio Elías. Más de 40 años después, en 2007, Eroski compró esta cadena por 1.200 millones de euros. Los antiguos propietarios retuvieron la propiedad de parte de los locales comerciales y pusieron en marcha Caboel (que también responde a sus apellidos) para invertir en el sector inmobiliario. Curiosamente, mientras que las familias Botet y Carbó han adoptado un perfil más que discreto, Elías se ha mantenido en la escena pública: fundador de la cadena de supermercados ecológicos Veritas –donde tiene como socio a los Botet-, directivo del FC Barcelona –con los presidentes Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu– e impulsor del club social para mujeres Juno House entre otras iniciativas.
Existen destacados empresarios que en el pasado tuvieron una gran exposición pública pero que, en la actualidad, han desaparecido de los medios por varios motivos. Por ejemplo, Xavier Bernat Serra fue la cara visible de Chupa-Chups hasta que, en 2006, su familia la vendió a la multinacional italiana-holandesa Perfetti van Melle. Desde entonces, los cinco hermanos Bernat Serra profieren moverse fuera de los focos mediáticos a pesar de su actividad inversora a través de Bernat Family Office. Su activo más conocido es la monumental Casa Batlló del Paseo de Gracia, que en 2022 les generó unos beneficios de 12,45 millones de euros.
En sentido contrario, también hay linajes y empresarios que después de décadas de alejamiento voluntario de los medios, de golpe, su fotografía ha aparecido en las portadas. Este es el caso, por ejemplo, de David Nogareda Estivill, de 58 años, presidente de Hipra, la farmacéutica de Amer dedicada a la sanidad animal que se atrevió a desarrollar la vacuna contra la Covid-19. A David Nogareda se lo ha fotografiado en compañía de los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès, también con ministros y consellers de salud si bien, hasta hace tres años, solo se podía encontrar un par de fotografías suyas, con gorra y gafas de sol, porque había ganado alguna de las competiciones de coches antiguos de las que es aficionado.