El grupo de moda nupcial y de vestidos de fiesta Rosa Clará, que lleva el nombre de su fundadora, anunció hace unos días que efectuará la inversión más importando en sus 30 años de historia: la construcción de una nueva sede corporativa, en L'Hospitalet de Llobregat, con un presupuesto de 20 millones de euros. La evolución del grupo Rosa Clará, que ha disparado su crecimiento desde la pandemia, cuando se suspendieron las bodas, contrasta con la de Pronovias, su gran competidor, donde precisamente trabajó Rosa Clará en sus inicios profesionales. Mientras Rosa Clará anuncia la construcción de una nueva sede y planes de expansión en Estados Unidos, Pronovias está inmersa en pérdidas y ha aplicado un expediente de regulación.

Rosa Clará Pallarés (Barcelona, 1959) pasa temporadas en Miami, habitualmente en compañía de su actual esposo, el empresario Josep Artigas Mas, que no exceden de los tres meses para evitar la obligación legal de pagar impuestos en ese territorio. Fuentes de su compañía confirman que Rosa posee un apartamento en Miami y que pasa parte de su tiempo allí para dirigir el "crecimiento del negocio en el continente americano".

Precisamente, hace diez años abrió una tienda de su marca en Miami y, el año pasado, otra en Chicago. Estudian otras ciudades para continuar la expansión, como Los Ángeles, Dallas, Atlanta o Boston. Pero no solo venden a través de sus propias tiendas en este país, sino sobre todo mediante los establecimientos multimarca. En este continente, también se han implantado en Canadá, México y Brasil.

Rosa continúa al pie del cañón. En declaraciones a ON ECONOMIA, sobre su futuro personal, señala que "hay temas del negocio que, de momento, no abandono" si bien "con la incorporación de Manuel Cano como CEO en 2014 y la de mi hijo, hace tres años, he empezado a delegar y la empresa funciona muy bien".

Manuel Cano se encarga de la gestión económica. Con un pasado en la competidora Pronovias, donde era director de operaciones y adjunto al director general, en 2014 se fue a Rosa Clará. Primero ejerció de director financiero y, más adelante, de CEO.

I Daniel Clará (Barcelona, 1991), hijo único de Rosa, ejerce de vicepresidente de la compañía con responsabilidades en las áreas de marketing, ventas y producto. Se licenció en arquitectura, pero se ha dedicado al negocio de la moda. Completó su formación con un MBA en el Babson College de Boston. Al cumplir los 18 años decidió cambiarse los apellidos. Su padre, Rafael Martínez Galve, primer esposo de Rosa, mantiene desde hace más de veinte años pleitos judiciales millonarios –que por el momento ha ganado– en reclamación de parte de los beneficios de la empresa Rosa Clará.

En junio del año pasado, Daniel se casó con la norteamericana Anne-Marie Colling (Hong Kong, 1991), que también es una profesional del sector de la moda nupcial. Sus padres poseen tiendas de vestidos de novia multimarca en los Estados Unidos y, casualmente, eran clientes de Rosa Clará. Anne-Maria ha residido en varios países y se ha formado en las universidades de Indiana, la Sorbona y en el instituto Bocconi de Milán, especializado en moda. Entre los invitados a la boda –en París, con una cena servida en el Museo Rodin por el estrellado chef Alain Ducasse y fin de fiesta en Maxim's- estaban desde el cantante Luis Miguel a Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, y su marido, Carles Vilarrubí. La nuera y los consuegros de Rosa la ayudarán en su expansión americana.

Los orígenes

Hija de Félix Clará y Aurora Pallarés, un constructor y la propietaria de una tienda de muebles, Rosa empezó estudios de Derecho pero se acabó inclinando por la moda. Al principio de la década de los noventa entró en Pronovias, liderada por el multimillonario Alberto Palatchi Ribera, pero salió para iniciar su propia aventura empresarial. El primer paso fue abrir una tienda de vestidos de novia multimarca en el Paseo de Gracia, en 1995, en lo que es el origen del actual grupo.

Pronto se desencadenó un pulso entre los grupos Rosa Clará y Pronovias. En 2002, la compañía de Palatchi acusó a Clará de competencia desleal porque empezó a trabajar con uno de sus proveedores chinos. Palatchi se impuso en los tribunales tres años después, pero, en 2014, Rosa fichó a un directivo clave del competidor, Manuel Cano, que es su actual CEO.

Palatchi abandonó la moda nupcial en 2017 cuando vendió Pronovias por 550 millones de euros en el fondo BC Partners. No obstante, su hijo, Alberto Palatchi Gallardo, de 32 año, lanzó en 2022 otra marca de vestidos de novia que lleva su nombre si bien todavía no ha conseguido situarla en beneficios.

Pronovias, actualmente propiedad de los fondos Bain y MV Credit, sigue siendo el líder de la moda nupcial en España pese a sus dificultades económicas. En 2023 facturó 135 millones de euros, un 8,9% menos que en el ejercicio anterior. Las pérdidas se elevaron a 98 millones. El dato positivo es que redujo la deuda, al pasar de 277 millones de euros a 131 millones en un año con la capitalización del pasivo. También han puesto el foco en la expansión en Estados Unidos.

Rosa Clará logró unas ventas el pasado año de 71 millones de euros y un ebitda de 15,5 millones, que la compañía califica de “récords históricos” en un reciente comunicado sin aportar más datos económicos sobre sus resultados. Las cuentas de White Factory Holding, la sociedad de cabecera del grupo, todavía no son consultables. El grupo cuenta con 4 centros desde los que gestiona la producción y distribución, 140 tiendas exclusivas y 4.000 puntos de venta en los más de 80 países en los que tiene presencia. Declara emplear a más de 500 personas de forma directa y 1.000 indirecta.

Rosa es la administradora única de White Factory Holding, también la única propietaria desde hace más de una década y la cara de la marca. Ha recibido multitud de distinciones por su papel en el mundo de la moda, entre ellas la Creu de Sant Jordi, que recibió en 2017 de manos del entonces presidente Carles Puigdemont. Pero siempre ha evitado la política. Cuando en 2015 presentó una edición limitada del cava nupcial Anna de Codorníu by Rosa Clará, con botella de color blanco, advirtió a los periodistas que "nunca hablo de política, fútbol o religión en la empresa". Y se definió como "europeísta sin fronteras".

Rosa Clará en el momento de recibir la Creu de Sant Jordi en 2017 / Gencat.cat

Sector de la moda nupcial

Hay decenas de empresas dedicadas a la moda nupcial, muchas creadas en los últimos años, sobre todo en Madrid, pero ni mucho menos tienen la dimensión de Pronovias o Rosa Clará. Otros nombres catalanes destacados son Yolancris, Cortana o Santos Costura, pero es en Madrid donde el fenómeno de las diseñadoras nupciales va a más: Romancera, Castellar Granados, Sole Alonso, Navascués, Claudia Llagostera, T.ba, Reguillo Studio, Alejandra Svrac , Helena Mareque, Lorenzo Caprile... Incluso creadores gallegos, otro territorio con tradición, han abierto taller en la capital como Inuñez Atelier, Flor Fuertes o Jorge Acuña.