Ryanair frena y da un giro a su estrategia comercial. El boom turístico que se ha vivido en 2022 y 2023, tras la pandemia, llevó a todas las aerolíneas a subir los precios de los billetes de avión. Tanto por la fuerte demanda, como por la inflación, que en el caso de la aviación se vio muy impactada por la subida de precios en los combustibles. Pero este 2024, las compañías aéreas no están notando que la demanda sea tan fuerte como la de los últimos dos ejercicios y en consecuencia, no están ganando tanto dinero. O al menos, no tanto como esperaban. Ryanair, que es la aerolínea que más pasajeros transporta en Europa y un buen termómetro de lo que ocurre en el sector, ha dado cuenta de ello.

La aerolínea low cost ha ingresado menos y ha ganado mucho menos. De hecho, ha reducido sus ganancias casi a la mitad respecto al 2023, un 46%, según las cuentas presentadas al mercado este lunes. Lo que le ha hecho reaccionar y anunciar que sus precios tendrán que bajar drásticamente este año. Y lo harán desde los 42 euros de media en los que se encuentran ahora.

El CEO de Ryanair, Michael O'Leary, ha explicado que los precios de su segundo trimestre fiscal (según su calendario va julio a septiembre, y comprende el verano) serán "más bajos" que el año pasado, en lugar de "estables o más altos" como esperaba anteriormente. “Hemos intentado en las últimas semanas aumentar los precios para los pasajeros, pero estamos encontrando resistencia”, añadía.

Así que dada la situación, la aerolínea se ha visto obligada a reconducir su estrategia y, al igual que hizo en primavera, deberá bajar los precios. La compañía área confiesa que ya en su primer trimestre fiscal (de marzo a abril) los redujo un 15%, desde los 49,07 euros que cobró de media el año anterior hasta los 41,93 euros de ahora.

Un precio medio que seguirá bajando, aunque no ha especificado en qué porcentaje. "Las tarifas están bajando sustancialmente en comparación con el año anterior y continúan deteriorándose", confirmaba O'Leary en la presentación de resultados. Además de bajar los precios, Ryanair no ha sido muy optimista con las previsiones del resto del año, lo que llevó a sus acciones a desplomarse y a contagiar de caídas a todo el sector. Los títulos de la firma irlandesa cayeron hasta un 13% y arrastraron a otras low cost como EasyJet y Wizz Air, que cedieron otro 6%.

Ryanair confía en las reservas de último minuto en agosto y septiembre

“La demanda del segundo trimestre es fuerte, pero los precios siguen siendo más bajos de lo que esperábamos, y ahora esperamos que las tarifas del segundo trimestre sean materialmente más bajas que el verano pasado”. Sin embargo, la compañía reconoce que el resultado final del primer semestre dependerá de las reservas de último minuto de agosto y septiembre.

La aerolínea de bajo coste observa un cambio de tendencia en los consumidores. Concretamente, que tras la fuerte demanda de viajes postpandemia, ahora los viajeros están siendo "un poco más cautelosos" con su dinero. “Hay un poco de resistencia", explicaba el director financiero el lunes. Los pasajeros están tardando más de lo habitual en reservar las vacaciones de verano y Ryanair cree que se debe en parte a la elevada inflación, que se está manteniendo alta más tiempo del esperado.

Por otra parte, el CEO de Ryanair señalaba que a estas alturas del año tienen una visibilidad “casi nula” sobre el tercer y el cuarto trimestre, aunque advertía que en su cuarto trimestre fiscal (de enero a marzo) no se beneficiarán de las ganancias de principios del año pasado, por las fechas en las que se celebrará la Semana Santa de 2025.

“El resultado final del año fiscal sigue sujeto a que no se produzcan conflictos adversos (como los de Ucrania y Oriente Medio), las restricciones de capacidad, la escasez de personal o los nuevos retrasos en las entregas de Boeing”. Aun con eso, Ryanair espera seguir creciendo en pasajeros y alcanzar los 200 millones, un 8% más que el ejercicio anterior.