El Banc Sabadell tiene por delante meses de lucha contra la opa hostil que le planteó a principios de mayo el BBVA. En el banco catalán son conscientes de que la gran batalla se librará tras el verano, pues en los meses de otoño y ya a finales de año y principios de 2025, será cuando los diferentes estamentos tienen que dar su veredicto y, sobre todo, cuando sus accionistas tendrán que decidir. Pero eso no quiere decir que estos casi dos meses en el Sabadell hayan estado de brazos cruzados; al contrario, han empezado a cargar las armas a base de negocio, imagen y contactos con inversores.
Fuentes financieras y empresariales explican a ON ECONOMIA que la entidad que preside Josep Oliu ha acelerado la maquinaria comercial en las últimas semanas. No hay cifras todavía, pero se verán antes de final mes, cuando presente los resultados del primer semestre. Las fuentes explican que la actividad ha sido frenética, los equipos de banca de empresas han salido a buscar más negocio y se han hecho esfuerzos para atender con premura a las que han acudido a las oficinas buscando apoyo.
También explican que el Sabadell ha cerrado algunos acuerdos con instituciones para facilitar crédito a sus socios. Por ejemplo, hace menos de dos semanas, firmaron con Club Cámara de Madrid una alianza, como socio de referencia, para “dar apoyo directo al tejido empresarial de la región”. Quien está rubricando estos acuerdos es Carlos Ventura, director general de empresas y de red del Sabadell, que está siendo una de las piezas clave en esta ofensiva pues este veterano directivo es quien mejor conoce la estrategia que ha llevado al banco a ser referente en empresas.
La parte comercial es importante en la ofensiva de la entidad porque presentar una gran mejora del resultado puede animar su acción, reducir la prima de la opa y, además, manda el mensaje de que el Sabadell en solitario tiene aun mucho recorrido. Este es el argumento que ha esgrimido desde el principio, ya desde que el consejo de administración rechazó la propuesta de fusión inicial, decisión que provocó que Carlos Torres y su consejo decidieran presentar la opa sin el apoyo de la cúpula del Sabadell.
Pero la lucha se libra en más frentes. Otro es el de la opinión pública, que si bien el Sabadell tiene de cara, es a priori el menos importante y, además, todo se olvida: hace semanas ya que ningún político ni empresario relevante se manifiesta contra la operación. Pero siguen ahí, y lo está liderando el propio Oliu, según admiten fuentes próximas al banco.
El presidente del banco se ha prodigado muy poco públicamente en los últimos años –antes presentaba los resultados anuales, pero hace años que solo se le ve en la junta y en un acto de la Cambra de Sabadell–. No obstante, últimamente se está dejando ver. El pasado martes, entregó un premio en la noche de Pimec, de la que si bien el Sabadell es patrocinador –como CaixaBank y otras empresas– hacía años que no iba, y este martes vuelve a aparecer, esta vez en un acto de la Fundación Banc Sabadell, que ahora preside.
Estas apariciones no solo le dan visibilidad sino que además permiten a Oliu coincidir con políticos, empresarios y presidentes de instituciones con las que le conviene estar bien. En la cena de Pimec –a la que corresponde la imagen del artículo– tenía que estar Pedro Sánchez, aunque finalmente no acudió, pero Oliu sí que se vio con Jordi Hereu, Pere Aragonès, Jaume Collboni y Cani Fernández, presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que tiene que analizar la opa.
La batalla de los accionistas y el caso Villarejo
El tercer campo de batalla es quizá el más importante: el de los accionistas, inversores y analistas. Si Ventura y Oliu son, respectivamente, las piezas destacadas en los dos primeros, en este son César González-Bueno y el equipo de relación con inversores. Su actividad no es tan intensa porque aun queda hasta que tengan que decidir si van o no a la opa y muchos decidirán por la rentabilidad que vean en ese momento.
Los principales argumentos están dados y los resultados del segundo trimestre ayudarán, pero esta es una contienda que jugarán sobre todo a partir de septiembre. Una clave puede ser el caso Villarejo, tras la investigación al BBVA. La entidad catalana puede jugar esta carta, sobre todo con los fondos más exigentes con la buena gobernanza, empezando por BlackRock. Fuentes del sector recuerdan que si los bancos se pusieron las pilas en ESG fue por exigencias de los fondos –que a su vez, las recibían de sus accionistas– y no por voluntad propia.
Blackrock, el mayor fondo de inversión privado del mundo, es muy importante, y no solo porque sea el primer accionista de ambas entidades (con un 5,9% del BBVA y un 6,8% del Sabadell), sino porque tiene un código ético estricto en casos como el del banco vasco y, además, al ser un líder, su decisión puede arrastrar a fondos más pequeños.
En las próximas semanas seguirá la ofensiva y las presentaciones de resultados semestrales serán una muestra de ello, tanto por las cifras que enseñen al mercado como por lo que digan. Luego vendrá agosto, cuando, si se para la batalla, será para retomar fuerzas y encarar un último cuatrimestre decisivo.