Dice el refrán que a la tercera va la vencida. Para el proyecto industrial del D-Hub Nissan, sus impulsores QEV y B-Tech, esperan que el dicho popular se cumpla con una exitosa salida a bolsa, en el mercado Euronext Ámsterdam, el próximo martes, día 3 de octubre. La operación aseguraría, según apuntan en QEV, captar la financiación privada necesaria, de como mínimo unos 23 millones de euros, para respaldar el plan de negocio de QEV Tech, que prevé cuadruplicar ingresos en 2023 hasta unos 60 millones de euros y aspira a vender más de 16.000 vehículos eléctricos al año a partir de 2027 y alcanzar los 1.000 millones de facturación, poniendo finalmente en marcha el plan industrial de producción de vehículos eléctricos en Catalunya. Por ahora, una tarea ardua.
El proyecto del D-Hub Nissan lleva alrededor de un año bloqueado, tomando posesión de los espacios industriales de Zona Franca -en las antiguas instalaciones de Nissan en Barcelona- pero sin poder arrancar. La salida a bolsa de QEV es fruto de la fusión de la compañía que dirige Joan Orús con Spear Investment, una compañía con propósito especial de compra (spac, por sus siglas en inglés), promovida por AZ Capital y STJ Advisors y centrada en convertirse en un socio valioso para la nueva empresa QEV N.V., que mantendrá la sede fiscal en Montmeló (Barcelona). La compañía se estrenará en los mercados con una valoración implícita de 209 millones de euros.
QEV ha promovido la fusión y la salida a bolsa para dotarse de la financiación privada necesaria para optar a las ayudas del PERTE VEC eléctrico, que en su primera convocatoria ha concedido a QEV unos 65 millones de euros, y que la empresa de Montmeló espera incrementar con otros 30 millones que ya ha solicitado en el segundo PERTE VEC que ha lanzado recientemente el Gobierno español. Así, la fusión con Spear Investment da una entrada de capital procedente de cuatro líneas de inversión: el compromiso de accionistas de Spear que han apoyado la operación; la entrada de nuevos inversores privados a través de una inversión privada en capital público -lo que se conoce financieramente como private investment in public equity, pipe-; una nueva inversión de Inveready -actual accionista indirecto desde 2021 a través de la private equity GAEA Inversión-, y una línea garantizada por los promotores de la spac. Según los términos del acuerdo, que se ratificó el pasado 27 de septiembre, se espera que el 100% de los actuales accionistas de QEV Technologies mantengan su inversión en la empresa mediante el canje de sus acciones por títulos de la entidad resultante, y que ostenten alrededor de un 75% de la nueva compañía. Unos términos que esperan concretar este martes tras la salida a bolsa y el interés que suscite QEV N.V. entre los nuevos y actuales inversores privados.
El movimiento financiero estratégico para QEV Technologies se ha forjado con unas expectativas ajustadas para el propósito de fabricar vehículos eléctricos, con la marca Zeroid, en la Zona Franca de Barcelona, si bien su director, Joan Orús, sostiene que la cartera actual de clientes de QEV Technologies incluye contratos con compañías de renombre para su marca eléctrica. Además, la empresa está inmersa en negociaciones avanzadas para convertirse en proveedor de vehículos eléctricos de última milla y suministrador de autobuses eléctricos para grandes empresas nacionales e internacionales. Orús expuso recientemente que el mercado de vehículos comerciales ligeros y autobuses eléctricos se está acelerando a un ritmo vertiginoso a medida que las empresas tratan de electrificar sus flotas y suministrar sus productos y servicios de forma sostenible. Según el directivo, la electrificación de las cadenas de suministro y las redes de transporte mundiales ha creado un entorno de oferta limitada y ahí es donde Zeroid puede encontrar una oportunidad, puesto que las instalaciones de la antigua Nissan proporcionarán una capacidad de producción altamente competitiva -el espacio da cabida para fabricar 160.000 unidades anuales-.
A finales de 2022, la marca cerró un encargo para Bimbo México para fabricar 1.500 furgonetas eléctricas para el reparto de sus productos. Estas unidades se están fabricando en China. En previsión, los trabajos de adecuación en las instalaciones de Zona Franca ya se han iniciado, lo que ha permitido la contratación de una parte de los extrabajadores de Nissan. Pero el proceso de iniciación de la fabricación total en Barcelona podría retrasarse ya a mediados de junio de 2024, según los sindicatos. Tampoco se descarta que, en sus inicios, la planta opere para el ensamblaje final de los modelos provenientes aún del mercado asiático, y que el volumen de trabajo se complete con las mismas tareas de montaje para marcas de terceros.