La subida de tipos de interés del último año, hasta el 4%, está haciendo que cada vez más familias y empresas tengan dificultad para pagar sus créditos y que la morosidad haya empezado a repuntar tras varios meses a la baja. El Banco de España ponía de relieve hace solo unos días que la tasa de mora subió en mayo por segundo mes consecutivo y alcanzó el 3,59%. Bankinter, que fue el primer banco en presentar resultados, también notificó que sus préstamos en mora habían subido un 9% en nuestro país durante el último año, en concreto, desde que el BCE empezó a subir el precio del dinero en julio del 2022.
Sin embargo, el Banco Santander, el segundo de los grandes que ha presentado cuentas al mercado, ha informado de todo lo contrario, su ratio de mora —el porcentaje de créditos dudosos sobre el total de sus créditos— ha subido en casi todos los mercados en donde opera menos en España. Y eso, que el banco que preside Ana Botín siempre se ha caracterizado por tener la morosidad más alta del país, sobre todo desde que compró el Banco Popular en 2017.
El banco cántabro ha cerrado junio con una ratio de mora del 3,11% en España frente al 3,27% de diciembre, cuando cerró el ejercicio anterior, o el 3,83% de hace justo un año, antes de que Christine Lagarde empezara a subir tipos. La entidad sorprende al ir a contracorriente del sector, ya que ha conseguido reducirla en casi un 19% en los últimos doce meses y situarse por debajo de la media. Mientras que en Bankinter, que habitualmente presenta la tasa de morosidad más baja entre sus competidores, ha ocurrido lo contrario.
El dato de Santander España, de hecho, compara favorablemente con el del resto de países donde opera el banco, porque a excepción de Brasil y Argentina, le ha subido en todos. Así, a nivel grupo, la mora de Santander asciende del 3,05% al 3,07%. Sus préstamos con más de 90 días de impago (los de fase 3) suben en 1.000 millones de euros y los que están en vigilancia especial porque acumulan algún retraso en el pago (fase 2) también ascienden en otros 9.000 millones en el último año.
“La tasa de mora está prácticamente estable, algunos países han ido mejor de lo esperado, como Brasil. Y en España la calidad crediticia es muy estable”, comentaba este miércoles José García Cantera, director financiero del grupo Santander, durante la presentación de resultados. Sin embargo, el banco ha querido cubrirse las espaldas con más dotaciones para insolvencias por si la situación empeora y las ha subido un 21% respecto al año pasado.
España: más beneficios, menos crédito
Santander España también ha sorprendido por su beneficio, pues se trata del país donde el banco ha ganado más dinero en los primeros seis meses de este 2023. En concreto, 666 millones de los 5.241 millones que ha ganado a nivel grupo, el 13% del total. Normalmente, el banco obtiene su mayor beneficio en Brasil, que en esta ocasión se ha quedado por debajo con 645 millones en el semestre.
El resultado de Santander en España se ha visto beneficiado por la subida de tipos, pero también por este motivo, es el país donde más ha reducido su cartera de crédito (un 6%). Según explica el banco en su informe financiero, los créditos se han visto afectados por la menor demanda de empresas y las amortizaciones anticipadas (especialmente en hipotecas) dado el contexto de elevados tipos de interés.
La cartera de crédito en España ha descendido en unos 15.000 millones, desde los 253.000 millones hasta los 238.000, aunque solo 9.000 lo explica el segmento de Corporate & Investment Banking, indicaba el director financiero en presentación de resultados. El resto se explica con las amortizaciones de hipotecas, que están disparadas. Las familias prefieren quitarse una parte de la deuda con ahorros antes que pagar más por sus préstamos.
Así, en el primer trimestre, Santander registraba en España una media de 60 millones de euros en amortizaciones al mes y en el segundo trimestre de 350 millones. “Tenemos cinco veces más amortizaciones que antes”, añadía el CFO. De hecho, el Código de Buenas Prácticas, al que se pueden sumar las familias que estén hipotecadas a tipo variable ya empieza a registrar muchas más solicitudes que a principio de año, en concreto 33.000.
Finalmente, el directivo comentaba que la nueva producción hipotecaria también ha caído, pues a cierre de junio tenían 59.500 millones de hipotecas de hogares frente a los 57.800 millones de hace un año, aunque “gran parte”, insistía, se explica por la amortización anticipada.