El Banco Santander ha puesto fin a su aventura con el fondo Blackstone al reducir por debajo del 10% su participación en Quasar, la sociedad que creó en 2017 para dar salida a los activos inmobiliarios del Banco Popular tras quedarse con la entidad. Según han explicado este jueves a EFE fuentes próximas a la operación, adelantada por Bloomberg, el futuro de Quasar queda ahora en manos de Blackstone, que, desde un primer momento, tuvo una participación mayoritaria, del 51 %, y desde hace tiempo tomó el control de la sociedad.

En agosto de 2017, apenas dos meses después de adjudicarse el Popular, el Santander anunciaba un acuerdo con el fondo Blackstone para vender el 51% de su negocio inmobiliario, tanto inmuebles como créditos, que serían traspasados a una nueva sociedad. La transacción implicó la creación de Qasar, a la que el Popular traspasó activos con un valor contable de unos 30.000 millones y el 100% de Aliseda. La valoración de los activos en España era de aproximadamente 10.000 millones.

Después de eso, con un plan de negocios difícil de cumplir en un entorno de tipos bajos, el grupo que preside Ana Botín empezó a marcar distancias y, a finales de 2020, dejó que Blackstone se hiciera con el control de la sociedad al renunciar a nombrar consejeros. En paralelo, el banco fue ajustando poco a poco el valor de su participación, que inicialmente era de 1.700 millones.

Con unas pérdidas acumuladas superiores a 4.000 millones a cierre de 2023, el Santander decidió a cierre del primer semestre de 2024 rebajar a cero su participación del 49% en Quasar, totalmente provisionada en sus cuentas. A partir de entonces, la salida del Santander del capital de Quasar era más que evidente y, aunque ni el banco ni Blackstone quisieron hacer comentarios a la noticia, a día de hoy estaría ya por debajo del 10%, con lo que la entidad pone punto y final a su aventura.