El grupo Seat advierte de que la decisión de los 27 Estados miembros de la UE de mantener los aranceles al coche eléctrico fabricado en China pondrá en peligro su empleo. En un comunicado remitido este viernes, señala que la medida tendrá importantes consecuencias negativas tanto para la empresa como para la industria automovilística europea en general. “El riesgo para el negocio es enorme, ya que los nuevos aranceles sobre el Cupra Tavascan perjudicarán enormemente la estabilidad financiera de la empresa y podrían amenazar también los puestos de trabajo”.
Además, el grupo automovilístico considera que esta decisión “podría interrumpir la producción prevista de 530.000 vehículos con motor de combustión interna en Martorell, el equivalente a 90.000 al año, y otros emplazamientos de la UE. Esto perjudicará la competitividad de España y de la Unión Europea y pondrá en peligro a toda la industria”. Por todo ello, el comunicado señala que Seat “está trabajando activamente con el Grupo Volkswagen, para minimizar las posibles consecuencias de esta resolución para el Cupra Tavascan”.
“La compañía hará todo lo posible para evitar que estos derechos adicionales afecten al precio del Tavascan, como parte de su compromiso con clientes y socios. Como primera prueba de este compromiso, el precio del coche se mantendrá sin cambios para todas las entregas en 2024”, señala la dirección de Seat, que seguirá analizando los diferentes escenarios y emprenderá todas las acciones disponibles con el objetivo de reducir los deberes impuestos y su impacto, junto con el Grupo Volkswagen.
El nuevo SUV eléctrico de la marca, que se ha puesto a la venta en septiembre, se fabrica en exclusiva en una planta del grupo Volkswagen en China, aunque se comercializará en Europa. La medida aprobada por Bruselas supone gravar estos coches con 30,6%, un 10% por el impuesto que se cobra a los coches que proceden del país asiático, como el nuevo recargo, del 20,6%, aprobado este viernes, pero que lleva en vigor desde mediados de junio.
Difícil de comprender
El comunicado señala que, “como empresa europea profundamente comprometida con la región, Seat rechaza firmemente esta decisión, que resulta difícil de comprender, especialmente si se compara con los aranceles más favorables aplicados a competidores no europeos”. En una referencia velada a los modelos de Tesla que se fabrican en Estados Unidos, pues los que se montan en China, sufren los mismos aranceles que el Tavascan.
En el comunicado, que se ha consensuado con la dirección del Grupo Volkswagen, agradecen a los gobiernos de la UE que hayan rechazado estas medidas punitivas (Alemania ha endurecido su postura y ha votado en contra y España ha cambiado su anterior voto a favor del arancel a abstenerse este viernes), “pero contamos con que la UE en su conjunto apoye a la industria del automóvil”.
En este sentido, Seat hace un llamamiento a la Comisión de la UE y al Gobierno chino para que prosigan de forma constructiva las negociaciones en curso con vistas a una solución política. El objetivo común debe ser evitar cualquier derecho compensatorio y, por tanto, un conflicto comercial. Hasta que se aplique la decisión a finales de octubre, todavía es posible una solución negociada que evite los derechos compensatorios sobre las importaciones de BEV procedentes de China.
Derechos compensatorios
Seat se guarda posibles acciones en favor de posibles derechos compensatorios de la UE sobre las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China y su impacto en el negocio de su empresa y en la industria automovilística española. En este sentido, denuncia que el enfoque de la Comisión Europea sobre China pasa por alto el impacto más amplio sobre la producción europea. “Una reducción en el número de vehículos Cupra Tavascan eléctricos de batería podría poner en peligro la capacidad de Seat para cumplir con los objetivos de flota de CO₂ en Europa”.
Además, el grupo automovilístico considera que esta decisión “podría interrumpir la producción prevista de 530.000 vehículos con motor de combustión interna en Martorell, el equivalente a 90.000 al año, y otros emplazamientos de la UE. Esto perjudicará la competitividad de España y de la Unión Europea y pondrá en peligro a toda la industria”.
En el comunicado, la dirección de Seat defiende la necesidad de un entorno normativo en Europa en el que la industria del automóvil salga reforzada en la transformación hacia la e-movilidad y la neutralidad climática.