El fabricante de turismos Seat se juega este viernes el futuro del Cupra Tavascan, el SUV más grande de la gama Cupra. Y, con ello, los resultados económicos del grupo español de este, pero también de los próximos años. Los países de la Unión Europea votarán este viernes sobre la imposición de aranceles definitivos a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China por considerar que reciben subsidios ilegales que les hace competir de forma injusta con la industria de la UE. Hungría (que cuenta con una fábrica del grupo Volkswagen) ha confirmado este jueves que no ha cambiado de opinión y votará en contra de la propuesta de la Comisión Europea (CE), aseguró este jueves el ministro magiar de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó. Aunque los aranceles ya se están cobrando, no afecta por igual a todos los mercados europeos.

La votación se producirá en la mañana de este viernes, confirmaron fuentes diplomáticas a EFE, después de que se haya aplazado en dos ocasiones (25 y 30 de septiembre) para dar más tiempo a las consultas entre la Comisión Europea -que tiene la potestad de negociar en asuntos comerciales en nombre de los Veintisiete- y el Gobierno chino, tras la visita a Bruselas del ministro de Comercio chino, Wang Wentao, del pasado 19 de septiembre.

En una primera votación no vinculante a mediados de julio, España votó a favor de la medida junto a Francia, Italia y otros nueve países, mientras que Alemania y otros diez se abstuvieron y Hungría, Eslovaquia, Malta y Chipre votaron en contra. Sin embargo, se han producido algunos cambios de relevancia.

Sánchez, intermediario

El canciller alemán, Olaf Scholz, insistió este miércoles en la necesidad de continuar las negociaciones con China para evitar el aumento de aranceles de la Unión Europea a sus vehículos eléctricos, y alertó de que cada vez se estrecha más el círculo de socios comerciales con medidas proteccionistas contra la Unión Europea. BMW se sumó ayer a los otros dos grandes gigantes de la automoción alemanes, el Grupo Volkswagen y Mercedes, que se han posicionado en contra con que se apliquen los aranceles a los chinos. Por parte de España, Pedro Sánchez se ha acercado a la postura de su homólogo alemán, Olaf Scholz, y durante un viaje oficial a China pidió a Bruselas que reconsidere su posición. Incluso, el presidente del Gobierno de España se ofreció como mediador en el conflicto entre las dos potencias comerciales.

Aunque en aquel momento Sánchez no hizo mención, en el trasfondo están las presiones del sector porcino, pero también de Seat, que está directamente afectada por la imposición de aranceles a los coches eléctricos que, fabricados en China, se venderán en España. El grupo automovilístico con sede en Martorell (Barcelona) ha diseñado la estrategia de la electrificación de su marca Cupra con la premisa de que el primer SUV puramente eléctrico y el más grande de la gama, el Cupra, Tavascan, se ha empezado a  fabricar en China. Lo que implica que deberá pagar los aranceles, aunque la Comisión Europea ha aceptado aplicar al vehículo -diseñado en Barcelona- un tipo del 21%, inferior a los eléctricos de fabricantes chinos que se hayan montado en ese país. Un problema que se extiende a otras empresas europeas como Dacia, del Grupo Renault, que fabrica el Dacia Spring, a Citroën, del Grupo Stellantis (Citroën C5x) y BWM (iX3). Pero también a la estadounidense Tesla, pues muchos coches que comercializa en Europa vienen de China.

Intensificar los esfuerzos

Scholz se reunió este miércoles con el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, quien defendió la investigación llevada a cabo por Bruselas que determinó que las ayudas de Pekín a algunos fabricantes son indebidas y distorsionan la competencia leal. Ambos acordaron en cualquier caso "intensificar los esfuerzos" para encontrar una solución. Según indicaron fuentes comunitarias esta semana, incluso si la propuesta para imponer los aranceles sale adelante, continuarán los contactos en busca de una solución negociada.

Francia también se ha manifestado antes de la reunión de este viernes. El presidente de la República, Emmanuel Macron, se distanció este miércoles de la posición alemana y ha defendido la propuesta de la Comisión Europea (CE) de imponer aranceles a los vehículos eléctricos de China, iniciativa a la que se opone el Gobierno germano y que votarán el viernes los países comunitarios. "Cuando actúas en el mismo mercado con gente que compite contigo, con tanto nivel de subsidios que hacen que el mercado esté desequilibrado para tus empresas, tienes que corregirlo. Por eso apoyo la iniciativa de la Comisión Europea sobre los vehículos eléctricos de China", dijo Macron en el segundo Diálogo Global de Berlín, horas después de haberse reunido con Scholz.

Propuesta de Bruselas

ByD

Bruselas ha propuesto aplicar a los eléctricos fabricados en China un arancel adicional de un máximo del 36,3% a estas importaciones, que se sumaría a la tasa habitual del 10% a los coches eléctricos chinos. En total, por encima de un 45%. El arancel máximo se aplicaría a la compañía china SAIC y a todas las no incluidas en las pesquisas que no han cooperado con la investigación del Ejecutivo comunitario. A otras empresas incluidas en la investigación, BYD y Geely, se les impondrán aranceles del 17% y el 19,3%, respectivamente, mientras que los fabricantes chinos que cooperaron en la investigación, pero que no se incluyeron en ella afrontarán por su parte un arancel adicional del 21,3%.

Para que la propuesta de Bruselas prospere deben pronunciarse a favor un 55% de los Estados miembros que representen a un 65% de la población europea (si esa misma cantidad de Estados miembros se pronuncia en contra, la iniciativa decaería), informa EFE. Si no se alcanza ese margen, la CE puede afinarla -cambiando, por ejemplo, los porcentajes de aranceles adicionales- y volver a plantearla a los Estados miembros.

En respuesta a la investigación europea, China inició una propia sobre las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE, que para España representan una factura de exportaciones de casi 1.900 millones de euros en el primer caso y, de 91 millones, en el segundo.