¡Feliz jueves! Esta semana es un poco más corta, pero están pasando muchas cosas en el ámbito empresarial. Y no son menores. El martes, Cementos Molins aprobó retornar la sede a Catalunya y se convirtió en la primera gran empresa, de las que trasladaron su domicilio social en 2017 después del referéndum del 1 de octubre, en devolverla.
El mismo martes, el fundador de Glovo, Oscar Pierre, declaró ante el juez de instrucción por delito contra los derechos de los trabajadores. La empresa de reparto de comida y otros productos a domicilio ha seguido teniendo a sus riders con contratos de autónomos a pesar de la ley del Gobierno que lo prohibía, motivo por el cual ha acumulado multas y sentencias en contra.
En la declaración ante el juez, Pierre defendió que el modelo de trabajo de Glovo es legal, como explicó Sara Casas. Pero entonces tuvo que responder por qué el día antes, el lunes, anunció que finalmente, después de años de tira y afloja con las administraciones y la justicia, anunció que contrataría a los repartidores. Pierre lo calificó de "coincidencia en el tiempo".
La medida sorprendió porque supone un giro de 180 grados en la estrategia de Glovo y, al darse a conocer el día antes de la declaración, se interpretó como un anuncio pensando en el juicio. El CEO de la empresa lo negó y aseguró que buscaba la "paz social" y ahorrarse conflictos con la Inspección de Trabajo y los tribunales. Esta paz social le costará mucho dinero: 100 millones, según cálculos de la propia empresa, que se restarán de su ebitda.
Por si todo eso no fuera poco, su competidor Just Eat anunció que ha demandado a Glovo por competencia desleal y le reclama 295 millones en daños y perjuicios. El motivo es el mismo: el modelo de contratación de los repartidores. Todo ello –el anuncio de Glovo, la denuncia y el cálculo de costes de la legalización de los riders- provocó que las acciones de Delivery Hero, matriz de Glovo, cayeran hasta un 15%.
Esta semana han pasado más cosas a nivel empresarial, y hemos puesto el foco en algunas historias de éxito y en los directivos que han sido protagonistas.
Las empresas de la semana
Almirall cumple 80 años:
La farmacéutica catalana controlada por la familia Gallardo ha celebrado este miércoles su 80 aniversario, como ha explicado Maria Teresa Coca. La última gran apuesta de Almirall ha sido la dermatología, en la cual ha invertido 1.000 millones de euros en la última década, equivalente al 12% de su facturación. El acto conmemorativo del aniversario lo celebraron en el centro de I+D de Sant Feliu de Llobregat, toda una declaración de intenciones, con la presencia del consejero delegado, Carlos Gallardo, así como de su padre y su tío, Jorge y Antonio Gallardo, a los cuales acompañó Salvador Illa, que un día después del anuncio de retorno de Molins, defendió que la estabilidad institucional favorece la inversión.
Celsa busca socio:
Desde que un grupo de fondos de inversión se quedó a la siderúrgica catalana Celsa sonaba que buscaban un socio industrial. Sin embargo, siguieron con la actividad después de que el consejo, presidido por Rafael Villaseca, fichara como CEO a Jordi Cazorla. El viernes pasado, la empresa anunció que, ahora sí, inicia la búsqueda de un inversor español con vocación industrial que alcance el 20% de las acciones. La empresa catalana ha contratado a Grant Thornton y Citigroup para que la acompañen en el proceso. La primera empresa tendrá que determinar el valor de mercado de la operación y el banco será asesor en la colocación. Celsa ha iniciado el proceso después de poner en marcha el plan de eficiencia diseñado por la consultora Bain y cerrar la ampliación de capital.
Samara, el autoconsumo que crece:
Muchas empresas que apostaron por el negocio del autoconsumo energético lo están pasando mal, después de las bajadas de precios de la electricidad. Pero no todas. Un caso opuesto a los que estamos acostumbrados a leer es el de Samara, que prevé triplicar facturación, hasta superar los 9 millones de euros, como explicó su CEO, Manel Pujol, a Germán Aranda. Lo que no quiso aclarar es si seguirían en pérdidas, que el año pasado superaron los 3 millones de euros. Samara se encuentra en plena expansión por toda la España peninsular, que está financiando con una ronda de inversión de 10,5 millones de euros que cerró en septiembre y que también le servirá para empezar a instalar aerotermias, sistemas de climatización eficientes 100% eléctricos.
Scopely, el videojuego que apuesta por Barcelona:
El del videojuego es un sector que, sin hacer mucho ruido, se ha hecho un hueco importante en el ecosistema empresarial catalán y no para de ganar peso. Un buen ejemplo es Scopely, empresa fundada en Los Ángeles y que, cuando buscaba sede en Europa, apostó por Barcelona, "tanto por el talento, como las universidades, la calidad de vida y, por descontado, también por el clima", explicó Hugo Pibernat, máximo representante de la empresa en el Estado, a Sara Casas. Scopely, empresa creadora de los videojuegos Monopoly Go!, Scrabble y que ha desarrollado también los de Marvel y Star Trek, tiene más de 2.000 trabajadores a nivel mundial, de los que cerca de un millar están en España.
Los directivos protagonistas
Pocos empresarios pueden decir que han creado un líder mundial de un sector, y menos todavía desde un origen humilde y rural. En 1969, Joan Planes i Vila fundó la primera empresa de lo que sería el grupo Fluidra, líder del sector de las piscinas y el wellness, y que dirigió durante más de 30 años. Pudimos entrevistarle para que nos explicara qué hace ahora y nos diera su visión de la economía, la empresa y el mundo hoy. Planes se dedica a dos fundaciones, una para ayudar a comunidades y colectivos desfavorecidos en el mundo de la cultura y también a partir del agua, y otra para reavivar su pueblo, Estamariu (Alt Urgell), a nivel económico. Y todavía tiene tiempo para hacer pilates.
El Grup Bon Preu ha incorporado cuatro independientes a su consejo de administración para profesionalizarlo y prestar más atención a algunos aspectos, como la sostenibilidad. El fichaje que ha hecho para este último ámbito es Marta Subirà, que fue directora general de Políticas Ambientales y secretaria de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Govern, cargos que ocupó durante una década, entre 2011 y 2021. De hecho, también preside la comisión de sostenibilidad de Bon Preu. Subirá forma parte de otros consejos y asesora en materia no solo climática, sino también de ESG, movilidad y biodiversidad.
En las últimas semanas hemos informado en exclusiva de las últimas novedades respecto del futuro Museo Carmen Thyssen de Barcelona. Hace unos días, Josep Maria Casas explicó que el fondo de inversión Stoneweg cerró la compra del edificio donde se ubicará, el del Cine Comedia de la Gran Vía, por más de 75 millones de euros. Quien firmó la compra fue Jaume Sabater, CEO de Stoneweg, el directivo clave para que este proyecto avance, ya que negoció primero la promoción del museo, su instalación en el Comedia y, finalmente, la compra del edificio. Natural de Portbou (Alt Empordà), Sabater ha desarrollado su carrera a medio camino de Barcelona, Andorra y Suiza.
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