La cosecha de sal en el delta de l'Ebre podría llegar a las 120.000 toneladas, por encima de la media habitual. Estas son las previsiones de Infosa, empresa que explota las salinas de la Trinitat, en la punta de la Banya, justo al inicio de los trabajos de recolección de la sal esta misma semana. A diferencia de la desesperación en la cual vive inmerso la gran mayoría del sector primario, el ambiente seco y la falta de precipitaciones durante los últimos meses han resultado clave para favorecer una segunda campaña consecutiva de sal "muy buena". Hasta el punto de prever recuperar los stocks de seguridad de la empresa que el temporal Glòria redujo ostensiblemente.
Escasas lluvias y ambiente seco en la zona de la punta de la Banya. Bastante viento y muchas horas de insolación. Esta conjunción climática, admite al gerente de Infosa en la ACN, Joan Sucarrats, es el factor principal que explica una cosecha que se prevé "muy buena", si bien no será "extraordinaria" como la del año pasado. Eso, sin embargo, siempre que las condiciones se mantengan durante las tres próximas semanas durante las cuales está previsto que se alarguen los trabajos de recolección.
"Llevamos dos años con una sequía importante que a nosotros, en este caso, nos va bien porque favorece mucho la evaporación y la cristalización de la sal, ha asegurado Sucarrats, apuntando que durante las últimas campañas han trabajado también para introducir mejoras en el movimiento de las aguas, la cristalización y en otras infraestructuras del proceso productivo.
Producción elevada de sal
Si las previsiones se cumplen, pues, de las balsas de la punta de la Banya podrían salir hasta 120.000 toneladas de sal, superando de largo la media de entre 95.000 y 100.000 toneladas que iba saliendo durante los últimos tiempos. Aunque no volverá a ser la campaña extraordinaria del año pasado, con un récord de 140.000 toneladas recolectadas, la empresa respira cierto optimismo ante la repetición de una producción elevada.
"Tenemos ahora dos años buenos, que ya nos tocaba, porque veníamos de dos años muy complicados: los del Glòria y el Filomena", ha asegurado Sucarrats. Eso, ha explicado, tiene que permitir ahora a la compañía recuperar los "stocks de seguridad" que se vieron seriamente reducidos por los efectos de los temporales.
El 70% se exporta a la UE y los Estados Unidos
No solo por la reducción de la producción de sal que supusieron los aguaceros, sino también por la dificultad en acceder a las instalaciones de la punta de la Banya a raíz de la rotura de la barra del Trabucador. La empresa puso sobre la mesa un proyecto alternativo de transporte marítimo que ha acabado parado después de que el Gobierno lo desestimara por las afectaciones ambientales que suponía.
Sucarrats ha recordado que tuvieron que recurrir a la compra de sal de fuera para poder mantener sus compromisos comerciales. "Pasamos dos años difíciles", asegura. Los resultados de estas dos últimas campañas dan la posibilidad de recuperar este stock de seguridad que tiene que ayudar a hacer frente a un posible "año malo" en el futuro próximo y dar "tranquilidad y estabilidad desde el punto de vista del mercado".
Según datos de la misma compañía, un 70% de la sal producida en el delta del Ebro va directamente hacia la exportación, principalmente a países de la Unión Europea, pero también hacia los Estados Unidos, destino donde se envía más de un 20% de la producción "Los últimos años han ido creciendo los mercados de exportación", sostiene Sucarrats, constatando un incremento constante de la demanda. "Tenemos más un problema de producción que de demanda", remacha.