Silicius quiere ganar tamaño por la vía de las fusiones y adquisiciones. La empresa gestionada por Mazabi está abierta a explorar alianzas e integraciones con otras sociedades inmobiliarias para aumentar su dimensión en un momento en que la compra de activos de forma directa es más difícil por el encarecimiento del crédito.
“Estamos hablando con otras socimis para hacer algo más grande, pero de momento no ha surgido nada”, reconoce Juan Díaz de Bustamante, director general. “Nos sentimos más cómodos con aquellas controladas directamente por familias, porque nos entendemos mejor que con las que cuentan con gestores profesionales”, añade. Una socimi es una sociedad inmobiliaria cotizada de activos en alquiler que cuenta con una fiscalidad particular.
Silicius dispone actualmente de una cartera de 39 activos con un valor de 600 millones de euros, aunque sus planes a medio plazo pasan por alcanzar una cartera de inmuebles por 1.000 millones de euros y pasar de cotizar en el BME Growth al Mercado Continuo para ganar liquidez. El aumento de los tipos de interés, sin embargo, ha ralentizado sus operaciones de inversión. “No estamos invirtiendo, porque no estamos encontrando oportunidades en el mercado a pesar de que nuestra estrategia es a largo plazo”, señala Díaz de Bustamante.
Accionariado repartido
Silicius está participada en un 24,17% por la sociedad El Arverjal, el family office de la familia Mencós Valdés. Atalaya Inversiones Financieras, un grupo que agrupa accionistas vascos, controla el 18,9% del capital, mientras que Merlin Properties posee un 17,9%. Finalmente, entre los grandes accionistas figura Unicaja, con el 9,9% de las acciones. El restante 30% del capital está en manos de una sesentena de grupos familiares. La socimi está gestionada por Mazabi, la firma que preside Vicente Gómez de la Cruz y cuyo consejero delegado es Juan Antonio Gutiérrez.
Silicius cerró el pasado ejercicio con unos ingresos de 40 millones de euros, un 39% más que en 2021. La devaluación contable de sus activos en un escenario de aumento de los tipos de interés provocaron una caída de su beneficio del 73%, hasta 14,74 millones de euros. En el primer semestre de este ejercicio, la socimi ha visto como sus ingresos se incrementaban un 4,3% y reportaba números rojos por 10,3 millones de euros.
En paralelo a la búsqueda de oportunidades para acelerar su crecimiento, la sociedad está inmersa en un plan de desinversiones por valor de cien millones de euros con el objetivo de llevar su endeudamiento hasta los 200 millones de euros. “Contamos con más de cuarenta contratos de financiación y una de nuestras asignaturas pendientes es reestructurar toda esa deuda en un solo contrato para hacerlo más operativo, pero preferimos negociarlo con los bancos cuando acabe el ciclo al alza y se estabilicen los tipos de interés”, explica Díaz de Bustamante. A cierre del segundo trimestre, Silicius tenía un endeudamiento del 36% sobre el valor de sus activos.
“La inversión se ha parado en seco; no veo un entorno propicio para invertir hasta la segunda mitad del año que viene”, señala Juan Díaz de Bustamante
Entre las desinversiones realizadas durante este ejercicio se encuentra una superficie de 10.000 metros cuadrados alquilada a Leroy Merlin en el parque Comercial de Nassica (Getafe), un inmueble arrendado a Eroski en San Sebastián y un activo en Parque Oeste Alcorcón.
Hoteles y oficinas son los activos por los que mayor interés tiene la socimi actualmente, según explica su director general. “Si encuentras unas oficinas a un precio atractivo con posibilidad de cambiar su uso a residencial te puede salir una operación de inversión redonda”, señala. En su cartera de 39 activos, el hotelero cuenta con un peso del 30%, al igual que los centros comerciales, que también representan el 30%, locales comerciales en ciudades representan el 20% y las oficinas, alrededor del 17%.
Entre los activos del grupo destaca el Hotel-Teatro Albeniz de Madrid, el hotel Cala Domingos en Mallorca, el parque empresarial Square Garden en Rivas Vaciamadrid y tres centros comerciales (Murcia, Reus y Cádiz), además de un edificio de oficinas en el número 123 de la calle Velázquez de Madrid.
“La inversión se ha parado en seco; no veo un entorno propicio para invertir hasta la segunda mitad del año que viene, aunque en mayo o junio podamos ver ya operaciones interesantes”, concluye Díaz de Bustamante.