El Sindicato de Trabajadores (STR), reconocido por su progresiva entrada en el sector de la industria química y farmacéutica, ha conseguido voz y voto dentro del grupo Grifols. El STR ha obtenido, por primera vez, representación al comité de empresa del centro de producción que el fabricante de hemoderivados tiene en Parets del Vallès (Barcelona), y que es la planta referente del grupo en España, con 1.466 empleados. Después de las elecciones sindicales, celebradas esta semana, STR tiene dos de los 23 puestos de representación sindical. En el mismo comité, la CGT tiene 8 delegados, seguimiento de CCOO y UGT, con 5 cada uno, y 3 pertenecen a LO USO.
Los dos delegados comprometidos con la candidatura del sindicato STR, formada por nueve trabajadores, llegan al comité con una reivindicación básica: establecer un convenio de empresa. Actualmente, el grupo se acoge al convenio general de la industria química, pero se han añadido algunos pactos específicos para el conjunto de los trabajadores. Ahora, para el STR, el objetivo es "establecer un convenio propio con el fin de actualizar estos pactos y alcanzar acuerdos más adecuados a la realidad de los trabajadores y de la empresa", explica Jordi Margalef, secretario de comunicación del STR.
Maximizar la producción
Dentro de estos pactos, últimamente, han saltado las alarmas de los trabajadores de Parets cuando la dirección de la compañía ha querido "imponer jornadas de trabajo durante los 365 días del año". Esta medida, que afectaría gravemente a las condiciones de vida de los empleados de producción, según el STR, ha sido rechazada rotundamente por la plantilla y el comité de empresa. "La eliminación de los descansos pactados, especialmente en periodos clave como el mes de agosto y las fiestas de Navidad, es inaceptable", argumentan desde el sindicato.
Por esta razón, en las últimas semanas, con el lema Las vacaciones no se negocian, el comité de empresa ha llevado a cabo varias actuaciones. Entre ellas, la plantilla ha protestado ante las instalaciones para defender lo que reivindican como "derechos básicos, que la empresa busca eliminar sin ofrecer ningún tipo de compensación". Para el sindicato STR, estas movilizaciones son una respuesta contundente a una propuesta que busca maximizar la producción a costa del bienestar de la plantilla y defienden un derecho básico: el con respecto a los periodos de descanso, fundamentales para la conciliación y la salud laboral.
"La entrada del STR en Grifols no solo representa un paso importante para nuestro sindicato, sino que también es un reflejo del crecimiento ininterrumpido que estamos experimentando en la industria española; y refuerza la presencia del STR en el sector farmacéutico y tecnológico hospitalario", ha manifestado Margalef.
Jubilación anticipada y jornada de 37,5 horas
La representatividad del STR en el sector petroquímico, químico, farmacéutico y hospitalario tiene detrás varias reivindicaciones. El Sindicato de Trabajadores hace años que hace bandera de la necesidad que los trabajadores de los complejos petroquímicos -con especial incidencia en lo que hay en Tarragona- tengan derecho al llamado coeficiente reductor de la edad de jubilación. Se trata de una figura prevista al ordenamiento legal que permite adelantar la edad de jubilación en aquellos sectores donde las tareas que hacen sus trabajadores están sometidas a circunstancias de toxicidad y penositat. Sectores como la minería, entre otros, ya tienen reconocido este derecho que se aplica a partir de los 52 años. La campaña del STR para adelantar la jubilación de los trabajadores del sector petroquímico empezó en el 2022.
El sindicato también reivindica la reducción de jornada a 37,5 horas y reclaman medidas reales para incrementar la productividad, que pasan por formación, incentivos, bienestar laboral y políticas de conciliación.
Además, entre sus luchas, últimamente, ha sido un sindicato muy activo contra la propuesta del Gobierno de hacer permanente el impuesto a las compañías energéticas. Como a uno de los sindicatos con más presencia en la petroquímica de Tarragona, y ante el aviso que lanzó Repsol sobre la paralización de una de sus más importantes inversiones en Catalunya, el sindicato STR inició una ronda de contactos con los partidos políticos para reclamar que se detuviera la aprobación de este impuesto sobre los beneficios de las empresas energéticas.