El grupo siderúrgico Celsa invertirá 166 millones de euros en los próximos dos años con el objetivo de implementar mejoras operativas e incrementar el ebitda recurrente. Esta inversión se financiará mediante una ampliación de capital por parte de los actuales accionistas, que son los antiguos fondos acreedores, con lo que demuestran así “su compromiso con el futuro de la firma”, según anuncian este miércoles en un comunicado.

Para cubrir esta inversión, el consejo de administración de Celsa Steel, presidido por Rafael Villaseca (en la imagen superior, junto a Jordi Cazorla, el CEO), ha convocado una junta general extraordinaria de accionistas para el 28 de octubre, en la que se prevé aprobar una ampliación de capital de 166 millones.

Celsa está llevando a cabo un Plan de Creación de Valor con el apoyo de Bain & Company, la consultora que contrataron a principios de año. Este Plan cuenta con diversas iniciativas de mejora e inversiones, destinadas a incrementar la competitividad de la compañía en áreas estratégicas (comercial, logística, compras, producción…), con lo que prevén un “importante retorno en todas las actuaciones”.

Las iniciativas contempladas por el equipo de Celsa y de Bain se financiarán gracias a esta ampliación de capital. Como resultado de la ampliación se prevé la aportación inmediata de 81 millones de euros que se destinará a inversiones y mejoras en España a través de Barna Steel. Los restantes 85 millones de euros se aportarán en una segunda fase, e irán destinados a las inversiones y mejoras en las filiales del grupo en Polonia, Noruega y Gran Bretaña.

Denuncia contra el anterior presidente

Desde junio, la sociedad de cabecera del grupo se denomina Celsa Steel SA, con domicilio social en Castellbisbal (Barcelona). En la última junta general de accionistas se acordó llevar el anterior presidente, Francesc Rubiralta, miembro de la hasta entonces familia propietaria, ante los tribunales por "eventuales responsabilidades" en la generación de la deuda. Precisamente, la elevada deuda fue el motivo por el que los fondos acreedores se hicieron con el control de la empresa tras una resolución judicial.

Según las cuentas de 2023, Celsa cerró el ejercicio con un beneficio neto de 459 millones y una facturación de 4.765 millones. Tras los elevados niveles de deuda arrastrados por la compañía, los fondos de inversión tomaron el control entre propuestas de rescate del Estado. Según aseveró en la presentación de las cuentas el presidente, Rafael Villaseca, "Celsa ha salido de la UCI, pero sigue en el hospital". 

Celsa es una de las mayores acereras de Europa y "líder en la producción de acero circular de bajas emisiones" según señala la compañía. Cuenta con 120 centros de trabajo en el mundo y da empleo a 10.000 trabajadores de manera directa y a 70.000 de manera indirecta. Entre la veintena de accionistas actuales destaca Deutsche Bank, SVP, Attestor, Cros Ocean, Anchorage, GoldenTree  o Sculptor.