Los juzgados de primera instancia de Granollers han admitido a trámite decenas de denuncias por incumplimiento de contrato contra la cotizada catalana de autoconsumo en preconcurso Solarprofit, que está citada junto a los clientes para las primeras vistas este mes de marzo, según ha podido saber ON ECONOMIA. Más de 100 denunciantes reclaman que se les devuelva alrededor de un millón y medio de euros, entre todos, porque la empresa no cumplió con los compromisos de instalación, mantenimiento o ayuda para las subvenciones adquiridos de inicio. Pero son solo una muestra de una práctica que tiene al menos a 1.100 afectados, los que se encuentran registrados en una plataforma con reclamaciones a la empresa que podrían alcanzar los entre 11 y 15 millones de euros. Son las cantidades que los clientes gastaron sin haber visto compensado el servicio que contrataron.
No todos ellos se han podido sumar a la demanda, "pero podrían hacerlo en un futuro", advierten fuentes de Cremades & Calvo Sotelo, el despacho que lleva las denuncias. Tal y como avanzó ON ECONOMIA en septiembre del año pasado, la caída de la empresa, que está en preconcurso de acreedores, con una reestructuración de deuda impugnada por los bancos, y despidió al 90% de su plantilla, dejó colgados a cientos, tal vez miles, de clientes que no han recibido los servicios que se presuponían en el contrato.
Varios afectados explicaron entonces a este medio que le habían dejado la instalación a medias, que nadie respondía a las llamadas para resolver dudas o problemas técnicos y que no se tramitaron las subvenciones tal y como prometía la empresa. "Solarprofit entró en problemas financieros porque quiso abarcar más de lo que podía prestar. Vendía un servicio integral que incluía instalación de placas, mantenimiento, solicitud de subvenciones...Y los clientes no han recibido todo esto. Por eso, se denuncia a la empresa y a las financieras que concedieron créditos al consumo y que han incluido a los clientes en listas de morosos cuando han dejado de pagar por un servicio que no han recibido", relatan fuentes de Cremades, que aluden a la ley de protección de datos "que impide que estés en una lista de morosos cuando un crédito está judicializado".
Aunque en un principio se valoró presentar una demanda colectiva, "es algo que en España no está muy desarrollado y un juzgado puede decir que cada contrato es distinto", apuntan desde Cremades. De forma que las demandas se han presentado individualmente y decenas de ellas ya han sido admitidas a trámite, con vistas convocadas ya para los próximos meses y hasta el próximo año.
Entretanto, la empresa presentó en octubre en el juzgado mercantil una reestructuración de deuda que fue impugnada hace unas semanas por los acreedores, informó el BMEGrowth, donde cotiza, entre los que se encuentran BBVA, CaixaBank, Santander e Ibercaja. El plan de quita de deuda, que es de 48,8 millones, debía alcanzar el 70% de cara a 2030. De los 5 planes de reestructuración incorporados en el conjunto, dos de ellos fueron consensuados con los acreedores y tres de ellos se debían viabilizar mediante la ley 16/2022 que permite hacerlo sin consenso. Ahora es el juez quien deberá dictaminar si acepta o no la impugnación.
Tras abordar un 2023 en caída libre por la elevada deuda, los altos costes y la baja rentabilidad de su actividad, la empresa expresaba también en su plan de reestructuración que espera alcanzar un volumen de negocio de 22 millones en 2030, con un ebitda ese mismo año de 3 millones. A la espera de que se cierre el ejercicio 2024, esta facturación supondría una tercera parte de la que consiguió en 2023, cuando facturó 65 millones. Las reclamaciones representan prácticamente una cuarta parte de esa facturación anual. En el primer semestre de 2024, facturó 9,9 millones, casi tres veces menos que los 31 millones del mismo periodo del año anterior.
Según lo que dicte la justicia sobre el incumplimiento de contratos con los clientes y las demandas que se puedan sumar, las indemnizaciones podrían dificultar aún más la viabilidad de una empresa en la cuerda floja.