Desde este 1 de junio, el grupo Sorigué se encarga del mantenimiento de 350 edificios municipales de Barcelona, un contrato del Ayuntamiento para los próximos cuatro años por un importe conjunto de cerca de 23,5 millones de euros. Y desde el 1 de abril pasado, también se encarga del mantenimiento de las aceras y espacios públicos de cuatro distritos de la ciudad –Eixample, Sants-Monjuïc, Sarrià-Sant Gervasi y Nou Barris– por 3,6 millones de euros anuales.

Con anterioridad, Sorigué se adjudicó el mantenimiento de las fuentes ornamentales de Montjuïc, de los edificios de la Anilla Olímpica, del Parque Zoológico, la Línea 9 del metro... o, incluso, la construcción de algunos tramos de ejes verdes y 'superilles' en la etapa de la alcaldesa Ada Colau.

El grupo fundado por Julio Sorigué Zamorano (Cervera, 1933) acapara contratos municipales en Barcelona si bien el verano pasado vendió la empresa CLD, concesionaria de los servicios de recogida de residuos y limpieza vial de tres distritos de la ciudad. El comprador fue la francesa Prapec, pero nunca se informó del importe de venta. De esta manera, Sorigué salió del negocio de los residuos para centrarse en su core business: mantenimiento, infraestructuras, ciclo del agua y, cada vez más, en las energías renovables.

Fundador y propietario

Julio Sorigué es lo que los estadounidenses llaman un self-made man, un hombre que ha levantado un imperio económico desde cero. En 1954, hace precisamente 70 años, empezó como pequeño empresario de la construcción en Binéfar (en la comarca aragonesa de La Litera). El primer contrato fue la pavimentación del camino que pasaba frente a su casa. Diez años después, constituyó la empresa Julio Sorigué Zamorano SA (dos décadas más tarde simplificó el nombre a Sorigué SA), con sede en Lleida, para dedicarse a la construcción y, especialmente, a las carreteras. Pero el gran salto llegó en 2005 con la compra de ACSA, hasta entonces una constructora propiedad de Aguas de Barcelona especializada en obras hidráulicas. Así, el grupo Sorigué pasó a ser la segunda constructora catalana y con un peso creciente en España.

Sin hijos que lo sucedan, Julio Sorigué cedió en 2012 la presidencia ejecutiva del grupo empresarial a Ana Vallés Blasco, su sobrina, que ya formaba parte del consejo de administración y que también dirige la Fundación Sorigué, dedicada al arte y a proyectos de inserción de personas con discapacidad intelectual. No es una fundación más. Julio Sorigue y Josefina Blasco Clemente, su esposa, han formado con el paso del tiempo una destacada colección de arte contemporáneo, que iniciaron a partir de pinturas de Ramon Casas, Isidre Nonell, Marià Fortuny y otros pintores catalanes de los siglos XIX y XX. Posteriormente, la ampliaron con obras de todas las disciplinas y artistas actuales como Bill Viola, William Kentridge o Antonio López. Los expertos aseguran que es la colección privada con más obras de este último artista manchego, autor del célebre retrato La familia de Juan Carlos I y de las esculturas de los actuales reyes Felipe y Letizia.

Casa Real

Ana Vallés, presidenta del grupo, mantiene una privilegiada relación con la Casa Real: es patrona de la Fundación Princesa de Girona, precisamente en representación de Sorigué SA, y la reina Letizia visitó en enero pasado el museo de la Fundación Sorigué (ver imagen superior), conocido con el nombre de Planta. Está situado en el complejo La Plana del Corb, en Balaguer (Lleida), donde Sorigué combina la actividad de los áridos, la industrial, la agricultura y, también, la cultura y la acción social. La reina Letizia recorrió la exposición La vida en emergencia, del madrileño Juan Zamora, que fue premio Princesa de Girona en 2017.

En realidad, Ana Vallés es una experta en arte. Forma parte de los patronatos de los museos MNAC, MACBA, Fundación Joan Miró... también de la Feria ARCO y ha estado vinculada al Museo Reina Sofía. Y claro, preside la Fundación Sorigué, propietaria de un valioso fondo artístico que cede temporalmente a museos de todo el mundo. Pero también domina los negocios. Titulada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, desde que llegó a la presidencia de Sorigué se han aplicado los primeros planes estratégicos en la historia de este grupo y se han abierto otras áreas de actividad. Es miembro del consejo asesor de Banco Santander en Catalunya.

Por los consejos de administración de las empresas del grupo, incluida Finycar –la matriz, con sede social en Madrid–, están o han pasado otros miembros de la familia –como José María Sorigué Pérez, consejero delegado, o las hermanas Mir Sorigué– pero es Ana Vallés la que está al frente. También se encuentra Luis Villena Contreras, consejero delegado, sin relación de parentesco con los anteriores. ON ECONOMIA se ha puesto en contacto con la empresa pero han declinado facilitar cualquier información sobre la familia y sus actividades.

Agua y renovables

En los últimos tres años, el grupo Sorigué apuestó por las inversiones en renovables. En verano de 2021 adquirió el 60% d'Ecotelia, centrada en plantas fotovoltaicas, que en aquel momento operaba a la Rioja, Euskadi, Navarra, Aragón y Madrid. A raíz de esta operación, creó una nueva área de negocio y se transformó en una empresa de servicios energéticos –en una ESE–. Como tal, ofrece un servicio integral a los clientes: desde la auditoría energética a la ejecución de la obra e, incluso, con soluciones de financiación. Y en 2022 incorporó a la empresa Sunenergy.

En febrero pasado, finalizó su primer parque fotovoltaico en Catalunya, situado en Sant Pere Sallavinera (Barcelona), y ya ha planificado dos más en las comarcas de Tarragona. Ha previsto iniciar las obras antes de acabar este año. Y el año pasado entró en el negocio del biogas, con una planta en Balaguer.

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Julio Sorigué recibió en 2013 la Creu de Sant Jordi / Generalitat de Catalunya

En el sector del agua, recientemente renovó el contrato de mantenimiento preventivo de las estaciones, desaladoras y red de distribución de Aigües Ter-Llobregat, empresa pública de la Generalitat, que suministra a un área de 5 millones de personas. En Madrid trabajan para el Canal de Isabel II, que es su principal cliente.

Si bien Catalunya supone mucho más de la mitad de su negocio, tienen contratos en todas partes. En Madrid, se encargan del mantenimiento de las sedes de varios ministerios, así como de la del Senado o Ifema. En Andalucía, llevan la gestión técnica de la Ciudad de la Justicia de Sevilla y el mantenimiento de diversas instalaciones públicas, como la Universidad de Huelva, precisamente desde este junio. Y en Aragón, el año pasado desplegaron una política de compras de empresas para hacerse fuertes en esta comunidad: así, adquirieron Lasaosa, de infraestructuras hidráulicas con sede en Huesca, y otras tres sociedades en la provincia de Teruel del sector de los materiales de construcción.

Desarrollan una gran actividad en innovación y son uno de los firmantes del “Manifiesto por una economía con propósito”. Aún mantienen actividad agrícola a través de su filial Agro Sorigué. Un dato más desconocido es que es el quinto accionista de Parlem, la operadora de telefonía liderada por Ernest Pérez-Mas, mediante Evolvia, con un 6,34%. Y como curiosidad, son el principal sponsor del Nàstic de Tarragona. Precisamente, este domingo, el Nàstic se juega el playoff de ascenso a la Segunda División contra el Ceuta con una camiseta que lleva el nombre de Sorigué en el pecho.