Cada vez se ven más mujeres en los centros de trabajo, gimnasios o disfrutando de su tiempo libre que llevan un termo Stanley. Y de todos los termos de esta marca norteamericana destaca uno, el Stanley Quencher, reconocible por su variedad de llamativos colores. Se ha convertido en un fenómeno mundial. Precisamente gracias a este termo, la centenaria Stanley ha pasado de facturar 73 millones de dólares (68 millones de euros) en 2019 a 750 millones de dólares (695 millones de euros) el año pasado. ¿Cuál es el secreto?
Durante más de un siglo, Stanley fabricó cantimploras y termos para los obreros americanos. Los utilizaban para llevar agua o café a su puesto de trabajo. Por su resistencia, también han sido utilizados por los militares a partir de la Segunda Guerra Mundial. Y por camioneros, cazadores, pescadores y excursionistas en general. Hasta hace pocos años era un artículo básicamente masculino.
En 2016 Stanley lanzó un nuevo termo, el Stanley Quencher, para abrir su estancado mercado hacia las mujeres, pero no funcionó. Incluso dejaron de reponer y comercializar este modelo en 2019, aunque poco después nombraron a un nuevo presidente: Tarence Reilly, que hasta entonces era el responsable de marketing de Crocs, aquellos zuecos de goma de variopintos colores que se expandieron por todo el mundo. Y Reilly aplicó una estrategia similar con el Stanley Quencher tanto por lo que se refiere al producto –se ha comercializado en más de 100 colores, con continuas novedades– como por la forma de convencer a las clientas: redes sociales, especialmente TikTok, influencers, famosos y la colaboración con otras compañías como Starbucks.
El secreto del Stanley Quencher es que ha dejado de ser un simple termo para convertirse en un accesorio de moda según destacan los medios económicos norteamericanos. Sus clientas lo combinan con el color del vestido, las uñas, el coche o eligen un determinado color según el ánimo o el tipo de actividad. No tienen un solo termo, tienen muchos, que usan según la ocasión.
Stanley ha conseguido disparar su facturación global gracias a uno de sus modelos. Llevaba años con unos ingresos de entre 70 y 75 millones de dólares y con su clásica botella de metal de color verde, para hombres, como producto más vendido. Sin embargo, en 2020, coincidiendo con la llegada de Tarence Reilly, su producto más demandado ya fue el Stanley Quencher y las ventas se duplicaron año tras año. Según datos del canal de televisión económica CNBC, en 2020 alcanzó los 94 millones de dólares; el 2021, 194 millones; en 2022, 402 millones; y el año pasado cerró con cerca de 750 millones.
Ediciones limitadas
Alrededor de este termo se ha generado un fenómeno en las redes sociales. Todo empezó en 2019 cuando Ashlee LeSueur, cofundadora de Buy Guide, recomendó el Quencher en esta popular guía de compras. Reilly vio el filón y se asoció con LeSueur. Luego llegó TikTok y una afinada estrategia comercial que incluye ir sacando modelos de edición limitada para animar a sus fans. Por ejemplo, el pasado 31 de diciembre pusieron a la venta en Estados Unidos diversos tipos de Quencher decorados con motivos de San Valentín –pese a que todavía faltan días– por unos precio de entre 20 y 45 dólares que se agotaron rápidamente, pero inmediatamente se estaban revendiendo en eBay y Mercari por más de 100 dólares cada uno.
Continuamente van sacando nuevos colores o motivos que se agotan rápidamente. Esta fiebre también ha llegado a España. En Amazon se pueden encontrar decenas de modelos. El más caro es el Stanley Quencher H2.O FlowState Tumbler 40oz Orchid, de color morado, por 150,69 euros más gastos de envío (18,18 euros). Si se compraba este fin de semana, el tiempo de espera previsto para recibirlo en casa se sitúa entre el 29 de febrero y el 7 de marzo.
El Stanley Quencher de 40 onzas (1,18 litros), el más demandado a escala mundial, es un termo de acero inoxidable reciclado con tapa de tres posiciones y una pajita para absorber el líquido sin necesidad de abrir el recipiente. Tiene un asa para llevarlo de la mano y, por su diseño, se puede colocar en los portavasos de los automóviles.
Compañía centenaria
Stanley es una empresa norteamericana, pero su producto estrella, el Quencher, se fabrica en China. Esta compañía se fundó en Great Barrington (Massachusetts) en 1913 cuando el ingeniero William Stanley Jr. patentó un termo de acero inoxidable de doble capa al vacío que, a diferencia de los de aquella época, de cristal, era resistente y conservaba el frío o el calor mucho más tiempo. Pero el fundador no vio el éxito porque falleció en 1916. La compañía ha conservado su nombre, pero cambió diversas veces de propietario y de sede hasta que, en 2002, Pacific Market International (PMI), se la llevó al otro lado del país, a Seattle.
Curiosamente, antes de que Stanley entrara con fuerza en Europa con su Quencher, lo hizo en Latinoamérica, especialmente en Brasil y Argentina donde cuenta con socios locales. En Argentina, de la mano de Parallel, comercializan una réplica del Quencher para tomar mate. Han modificado el tapón para el cebador. Pese a la crisis que atraviesa el país, el Stanley argentino para el mate es un éxito de ventas, también entre la comunidad argentina residente en España.
Otras empresas han colocado termos en el mercado dirigidos al público femenino pero con poco éxito. Incluso Xiaomi se ha atrevido con estas botellas térmicas de acero inoxidable, aunque su punto fuerte en este caso no sea la tecnología empleada.