Antes de final de año, los viajeros de Vueling podrán llegar a los aeropuertos españoles y subirse a avión sin necesidad de mostrar su identificación oficial. La compañía y Aena iniciarán el sistema de reconocimiento facial en diversos aeropuertos de la red española para que los usuarios de Vueling puedan hacer todo el ciclo de traslado por el aeropuerto gracias a los controles biométricos. Es decir, podrán hacer el check in, dejar su maleta, pasar por el control de seguridad, acceder a la puerta de embarque y subir al avión únicamente ‘por su cara’. “Confiamos en ponerlo en marcha antes de final de este año”, asegura Javier Álvarez, director de IT del grupo Vueling. La tecnología, desarrollada por los equipos de innovación de Vueling, está lista y falta concretar en qué aeropuertos se instalará, "seguramente en siete u ocho", incluido El Prat, el aeropuerto base de Vueling, concreta Álvarez. “El cliente desde que llegue al aeropuerto hasta sentarse en el avión podrá ir con las manos en los bolsillos”, comenta. “Es un proyecto en el que hemos estado trabajando los últimos 2 años, primero desde un punto de vista más innovador y luego cuando ya hemos comprobado que es una tecnología que funciona y es segura, lo aterrizamos en los aeropuertos juntamente con Aena que es el responsable de las infraestructuras”, asegura el director de IT, de quien dependen todas las áreas de innovación de la compañía aérea, incluidos los hubs de Zaragoza y de Viladecans (Barcelona), donde tiene las oficinas centrales

Javier Álvarez sabe que, al principio, el proceso “tendrá un nivel de aceptación por parte de los clientes relativamente pequeño, como pasó con todas las innovaciones de digitalización que hemos implantado en los servicios al cliente”, pero a la que observen y comprueban que es segura, verán como todo son ventajas”. Vueling tiene claro que todo proceso tecnológico será siempre una oportunidad opcional para el viajero porque “no vamos a sustituir el ciclo habitual del aeropuerto, o sea, el que quiera ir a un mostrador y hablar con un asistente de la compañía lo podrá hacer”. El directivo del área de innovación recuerda como los recelos iniciales también existieron con la implantación de los quioscos para el check in y ahora “lo usa la mayor parte de los pasajeros” porque se ahorran las colas de espera en el mostrador.

El proyecto, que ha salido de los equipos de innovación que Vueling tiene en Viladecans (Barcelona) y Zaragoza, se ha testeado con el gestor Aena, que “está muy interesado en que la experiencia de los clientes en el aeropuerto sea lo más ligera y segura” y "los ingenieros de Vueling han diseñado un proceso sencillo, seguro, que no generará incidencias, en definitiva, que funciona bien". El control biométrico, además de ser una iniciativa para mejorar la experiencia del cliente, es en definitiva tener una compañía adaptada a los nuevos tiempos y estar ya en la parrilla de salida, “preparados”. Lo comenta Javier Álvarez señalando que Vueling es una aerolínea nativa digital y eso es esencial porque la innovación está “en nuestro ADN”.

Zona de reconocimiento facial / Aena

El sistema biométrico se ha desarrollado en Vueling, pero eso no quita que tratándose de aspectos relacionados con la seguridad, hay parte del proceso en el que también ha intervenido Aena, concretamente porque hay que preservar la identidad de los viajeros y los datos biométricos deben almacenarse en la base de datos de Aena, no de la compañía. Vueling únicamente tendrá acceso a los datos que necesita para el vuelo y Aena al resto. Para acceder al servicio, el usuario de Vueling deberá registrarse en la web de la compañía con sus datos de identificación y su imagen, pero la información quedará en manos de Aena, “ello permitirá que si el pasajero usa otra compañía aérea, sus datos ya estarán registrados”, a pesar de que como en otros sistemas de control de identificación la información tiene fecha de caducidad y habrá que renovarlos cada cierto tiempo.

El gestor aeroportuario ha trabajado con un grupo de empresas tecnológicas formado por Easier, IDEMIA, Indra, Materna-ips y Mobbeel. La prueba piloto para la implantación de este proceso se realizó en 2022, en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, y obtuvo el reconocimiento a la mejor iniciativa tecnológica por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y Amadeus. Hasta ese momento, las pruebas de testeo del control biométrico se realizaban únicamente en alguno de los procesos de control -como hizo Aena con Air Nostrum a finales de 2019, en Menorca-, desde que el viajero llega al aeropuerto hasta que sube al avión, “pero no era todo el recorrido completo”. El siguiente paso será conseguir que otras compañías y otros gestores aeroportuarios se sumen a la iniciativa, porque de momento el sistema sirve para salir de los aeropuertos españoles, pero no deja de ser un proceso unidireccional, porque en otros aeropuertos europeos no disponen de la infraestructura de control biométrico.