Las empresas afrontan un 2024 con muchos retos, como la desaceleración económica que se espera, la transición energética y la irrupción de la inteligencia artificial. Para algunas de ellas, además, será clave para su presente y futuro, por los cambios que tienen que acometer y de los que depende el rumbo que termine tomando la compañía. Es el caso de Celsa, Seat, IAG, Naturgy, Ferrovial, OpenAI y, la más obvia por su importancia y el terremoto que está viviendo, Telefónica.

Estas son las empresas que, para ON ECONOMIA, serán protagonistas este 2024, pero seguro que hay otras que nos sorprenden con cambios estratégicos, grandes operaciones corporativas o relevos importantes en sus cúpulas.

Telefónica entra en un año clave en el que cambiarán parte de sus accionistas de referencia. 2024 se le presenta lleno de retos, tanto a nivel interno como en el sector de las telecomunicaciones. La compañía que preside José María Álvarez-Pallete tendrá que lidiar con la entrada del Gobierno en su capital para convertirse en el nuevo máximo accionista y la incursión de la operadora Saudi Telecom Company (STC). Entre el organismo público de la SEPI y la teleco saudí se repartirán casi el 20% de Telefónica, si finalmente la empresa de Oriente Medio recibe la luz verde para completar su compra.

Pallete, Telefonica. Europa Press
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Imagen: Europa Press

Una compleja situación dentro del accionariado de Telefónica que también se traducirá en cambios en el consejo de administración, máximo órgano de decisión de una de las compañías estratégicas del país. A las intrigas más corporativas se suman otras que afectan a su negocio y al de todo el sector de las telecomunicaciones. Una es la regulación europea, criticada en diferentes ocasiones por el presidente de la teleco española al considerarla "obsoleta" y pedir competir en igualdad de condiciones con grandes plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime y HBO.

Por otro lado, el mercado es cada vez más competitivo y operadoras como la rumana Digi siguen rascando cuota de mercado y ganando portabilidades a base de promociones agresivas con las que otras grandes empresas no pueden competir. Además, la compra de Vodafone en España por parte del fondo de inversión Zegona pone a otro jugador en el terreno cuyos movimientos habrá que seguir de cerca.

Pero la operación clave que marcará el próximo ejercicio será la fusión de Orange y MásMóvil, de la que se espera que Bruselas dé su aprobación para mediados de 2024. De la suma de ambas saldrá una compañía del mismo tamaño que Telefónica que le competirá de tú a tú en número de clientes por primera vez. Tras un nuevo ajuste de plantilla y la renovación del convenio pactado con los sindicatos in extremis, el gigante que preside Pallete tendrá que lidiar con todos estos frentes en el año de su centenario.

Celsa, año uno post-Rubiralta

Otro claro nombre propio de este año será Celsa. Tras la entrada de los fondos de inversión en su accionariado y la salida de la familia Rubiralta, se espera que sus nuevos dueños, capitaneados por Rafael Villaseca desde la presidencia, encuentren un socio industrial que tome las riendas. A partir de ahí, todo está abierto: desde la venta parcial o total a dicho socio o a otro inversor, la integración en otro grupo, la venta de activos, etc.

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Rafael Villaseca, presidente de Celsa. Imagen: Europa Press

Lo que pase no solo marcará el futuro de la empresa catalana y su plantilla, sino que además dejará ver si la valoración que se hizo y que llevó al juez a dictaminar que cambiara de manos por la deuda de Celsa con los fondos, fue acertada o, como defiende Francesc Rubiralta, infravaloró la compañía. Deutsche Bank Attestor, Sculptor, Golden Tree, Capital Group, Cross Ocean y SPV tienen más que ganar que perder, pero este año marcará su destino en Celsa.

Seat y el reto de la electrificación

Seat no es solo la gran marca de coches española, sino que tiene la mayor fábrica del sector en España, en Martorell (Barcelona). Este año, la planta se enfrenta a un gran reto: su electrificación. Las obras para transformar la línea 1, que fabrica los modelos Ibiza y Arona, en una línea para producir coches eléctricos empezarán en verano, lo que provocará que estos dos coches se tengan que fabricar en otra línea, que se saturará, pues la marca prevé incrementar su producción el año que viene por encima de los 400.000 coches fabricados este año.

El proceso de electrificación es lento, pues hasta 2026 Martorell no empezará a escupir modelos eléctricos; concretamente, el Cupra Raval y el VW I2all. Además, la compañía está levantando una nueva planta anexa a su fábrica actual para ensamblar baterías para los coches eléctricos. Todo un reto, el de la electrificación, que comporta otro de carácter laboral: Seat calcula que cuando produzca los coches eléctricos sobrarán entre 2.500 y 2.800 de los 11.000 empleados que tiene Martorell. Habrá, pues, recortes, si bien pueden ser en los próximos años.

Naturgy y el plan pendiente para los fondos

Naturgy también tiene un reto este año, o mejor dicho, es Francisco Reynés quien lo tiene. En realidad, es el mismo que hace un año, y con algo más de fuerza respecto a unos fondos, GIP y CVC, a los que derrotó en 2023 en su intento de quitarle poder y nombrar a un CEO. Pero el panorama político, que esperaba que mejorara, no lo ha hecho, y los fondos siguen queriendo lo mismo: una puerta de salida.

Reynés esperaba poder resucitar el proyecto Géminis, de escisión de la compañía en dos –una para negocio regulado y otra para el libre–, que Teresa Ribera paró, si había un cambio en la Moncloa o en el Ministerio de Transición Ecológica, pero nada de eso pasó tras las elecciones del 23 de julio. GIP y CVC se habían resignado a la espera de una ocasión para recuperar Géminis o de otro plan, y vista la situación, tendrá que ser esta segunda vía. Habrá que ver si Reynés la encuentra o convence a los fondos o hay una nueva batalla en la mayor gasística española.

IAG, Ferrovial, OpenAI y los deberes pendientes de las empresas

IAG tiene en la compra de Air Europa y su fusión con Iberia una de esas historias que se van arrastrando en el tiempo y parece que nunca vayan a terminar. A priori, este 2024 debe ser el año definitivo después de que la operación haya embarrancado en varias ocasiones y de superar las exigencias de la Comisión Europea. Sin embargo, aún quedan muchos flecos, pues la previsión es que se cierre a final de año, por lo que la compra aún puede volver a bloquearse. Iberia, además, está con un presidente provisional, Fernando Candela, que en julio sustituyó a Javier Sánchez Prieto, y en principio deberían encontrar uno definitivo pronto. Por si todo esto fuera poco, ha perdido el handling en varios aeropuertos, como el de Barcelona, lo que además de pérdida de negocio, le ha provocado una huelga que le ha obligado a cancelar cientos de vuelos para el fin de semana de Reyes en un conflicto que sigue abierto.

Ferrovial ha cerrado un 2023 clave para su futuro, con el cambio de sede social a Ámsterdam. Este 2024 no será tan intenso a nivel societario ni mediático para el grupo constructor que preside Rafael del Pino, pero sí será muy importante porque debe consolidar su movimiento. Tiene la presión de crecer a lomos de su internacionalización, demostrando que el cambio no tiene que ver con un ahorro fiscal, y de dar un exitoso salto a la bolsa estadounidense, algo que prevé hacer este trimestre. Todo ello mientras da un giro a su negocio, tras la venta de una de sus joyas de la corona, el aeropuerto de Heathrow.

A nivel internacional podríamos hablar de muchas empresas que se enfrentan a un año importante, pero nos centraremos en una: OpenAI. La empresa que lidera, al menos a nivel de exposición pública, el desarrollo de la inteligencia artificial ha vivido un final de 2023 convulso, pero su CEO, Sam Altman, ha salido reforzado y Microsoft ha doblado su apuesta por la compañía y por la IA.

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Sam Altman, CEO de OpenAI

Sin embargo, aún existen dudas sobre el futuro de la empresa y de la tecnología, sobre todo en lo que se refiere a su evolución y sus dilemas éticos. Altman es visto como un directivo que pone el negocio por delante de la ética, motivo por el que parte del consejo le quiso echar. Además, The New York Times ha denunciado Microsoft y OpenAI por el uso ilegal de sus artículos para el entrenamiento y la creación de contenidos de ChatGPT. Hay muchos retos en el sector y en OpenAI y en 2024 se deben dar pasos importantes.

Estas son las empresas que creemos que, de forma más clara, entran en un 2024 clave para ellas y lo vamos a seguir durante el año, pero la lista podría ser más larga. Por ejemplo, deberíamos ver como QEV y Ebro empiezan a producir en la antigua fábrica Nissan de la Zona Franca de Barcelona y cómo llega Chery de la mano de Btech. O cómo Cellnex sigue buscando socios en sus negocios internacionales para hacer caja y cómo se las apaña su nuevo CEO para dar al fin retorno a los accionistas. O si Wallbox consolida su negocio y consigue el ebitda positivo, Puig da el salto a bolsa o La Caixa vende finalmente Saba. También lo seguiremos y os lo contaremos en ON ECONOMIA.