El acuerdo de ERC con el PSOE para el traspaso de la gestión de Rodalies, tan reclamado por los partidos e instituciones catalanas en los últimos años, comportará que el Govern tendrá que gestionar, de golpe, más de 100 millones de viajeros más al año. Visto desde el otro lado, Renfe, empresa pública del Estado, cederá la gestión y renunciará a unos ingresos que superan los 130 millones de euros, pero que podrían rozar los 200 de no ser por las ayudas al transporte público.

Según datos oficiales de 2022, que todavía no se encuentran disponibles en la web de Renfe, pero sí en el Registro mercantil, Rodalies Catalunya transportó 108,6 millones de pasajeros el año pasado, cifra que con toda seguridad se pulverizará este año por los descuentos en los billetes. Se trata de un 31% más que en el 2021.

El tráfico de Rodalies Catalunya supone un 25% del total de Renfe Viajeros, que incluye las cercanías de Madrid y otras ciudades, así como los regionales y los de alta velocidad. Por lo tanto, la empresa perderá la gestión directa de uno de cada cuatro pasajeros, ya que cerró en el 2022 con más de 437 millones de pasajeros de todos sus servicios.

Rodalies Catalunya vivió un incremento de pasajeros del 31% el año pasado

Con respecto a los ingresos por venta de billetes –el único dato aparte de los pasajeros que ofrece la empresa pública española en sus cuentas de resultados–, cayeron en 2022 a pesar de dispararse el número de viajeros. Después de acariciar los 135 millones de euros en 2021, en plena recuperación de un 2020 marcado por la pandemia y el confinamiento, el año pasado cayeron por debajo de los 132 millones. Este mismo comportamiento, todavía más acusado, se vivió en el Cercanías de Madrid.

La causa de este descenso fue la aprobación en agosto del año pasado, por parte del Gobierno, de los descuentos en los trenes de cercanías, que llegaban a la gratuidad para los pasajeros habituales. Estas ventajas, que siguen vigentes y lo estarán el próximo año, pues es de las pocas ayudas contra la inflación que se mantendrán en 2024, hacen prever unos ingresos muy reducidos este 2023 y también el próximo año. Eso hará que la gestión económica del traspaso del servicio, que se destinen no solo las inversiones necesarias para las mejoras, sino las inyecciones de dinero público para suplir la falta de ingresos vía billetes, sea de vital importancia.

Como servicio público, se asume que el billete no pueda sufragar el coste real de un servicio que utiliza una infraestructura cara, pero aun así, hablamos de un potencial de facturación próximo a los 200 millones de euros. Si Rodalies hubiera mantenido precios en 2022, hubiera ingresado en billetes 172 millones de euros, si bien estos cálculos no tienen en cuenta que es probable que los pasajeros no se hubieran incrementado tanto al tener un precio más alto.

El traspaso de Rodalies, celebrado por Foment y Pimec

El ministro de presidencia, Félix Bolaños, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, el primero desde la sede del PSC y el segundo desde la de su partido, pero prácticamente a la misma hora, explicaron este jueves el traspaso parcial de Rodalies Catalunya. Incluye la gestión, a través de una empresa mixta participada por la Generalitat y el Gobierno –pero que según Junqueras, será con mayoría catalana–, y parte de la infraestructura, propiedad de otra empresa pública, Adif. En este caso, no será el 100%, sino solo las vías y catenarias por las que trabaran trenes de Rodalies y gestionados, por lo tanto, por la citada empresa mixta.

La noticia provocó la reacción favorable de los empresarios catalanes –tanto Foment del Treball como Pimec celebraron el acuerdo– y las demandas de los sindicatos. La organización que preside Josep Sánchez Llibre espera que el pacto sirva para acabar con el déficit de inversiones que sufre Rodalies y cree que "el principal beneficiado de este traspaso serán los 300.000 usuarios diarios de Renfe en Catalunya". La patronal presidida por Antoni Cañete espera que el traspaso se haga de forma "eficiente y efectiva" y que ayude a mejorar el servicio. UGT y CC. OO. quieren formar parte de la negociación del traspaso y confían en que no afecte negativamente a la plantilla.