La opa hostil lanzada por el BBVA al Sabadell este miércoles ha desatado todas las alarmas en los sectores económicos y políticos. La operación del banco que preside Carlos Torres tras el rechazo de la entidad catalana a una fusión amistosa ha provocado reacciones en su mayoría contrarias a lo que supondría un aumento de la concentración bancaria en el Estado, así como por la forma en la que el BBVA pretende hacerse con el control del Sabadell. Una fórmula que ya fracasó en el pasado, tal y como se vio reflejado en la opa hostil sobre Banesto que lanzó el antiguo Banco Bilbao antes de convertirse en el actual BBVA.
🔴 Opa hostil del BBVA al Banco Sabadell, DIRECTO | Reacciones y última hora
Se trata de un método denominado hostil al no haber un acuerdo previo entre las partes para cerrar la compra. No es una operación poco habitual en los mercados, que están llenos de casos en sectores como el energético, el inmobiliario e incluso el de alimentación, como fue la opa del fondo ruso LetterOne a la cadena de supermercados Dia. Pero son estrategias que en muchas ocasiones no dan resultado y acaban frenándose.
El fracaso del Banco Bilbao para hacerse con Banesto
En el sector bancario, la única opa hostil que ha tenido lugar en España hasta ahora no llegó a buen puerto. El protagonista fue el antiguo Banco Bilbao, antes de que se convirtiera en el BBVA con la integración de Banco de Vizcaya y Argentaria, cuando en 1987 quiso hacerse con el control de Banesto (más tarde absorbido por el Santander). Por aquel entonces, Banco Bilbao era el cuarto banco por tamaño del Estado y Banesto ocupaba el segundo lugar del ránking.
La dinámica fue similar a la de esta nuevo movimiento para comprar el Sabadell, puesto que primero inició conversaciones con la entidad para integrarse de forma amistosa y días más tarde confirmó el lanzamiento de la opa hostil al no haber podido llegar a un acuerdo. El principal objetivo del Banco Bilbao era crecer en tamaño para ser competitivo en Europa, tras la integración de España a la Comunidad Europea un año antes.
En este caso, la opa contaba con el aval del Banco de España y del gobierno socialista de Felipe González, con Carlos Solchaga a la cabeza del Ministerio de Economía. La oferta a los accionistas de Banesto consistía en ofrecer seis acciones nuevas más una antigua del Bilbao por cada diez acciones de Banesto, así como 15.000 pesetas en metálico (algo más de 57 euros actuales), lo que suponía una prima del 40%.
No obstante, el por entonces presidente de Banesto, Pablo Garnica, no estaba por la labor de ceder el control de la entidad a su rival. A finales del mismo año, el vicepresidente y consejero delegado, José María López de Letona, dimitió sorpresivamente de sus cargos en Banesto, dando lugar a la irrupción de uno de los personajes más controvertidos del sector financiero en el país.
Se trata de Mario Conde, quien a los dos pocos días de la dimisión de López de Letona accedió a la presidencia de Banesto, donde poseía un paquete de acciones junto a Juan Abelló, a propuesta del propio Garnica. El objetivo de este nombramiento era que Conde pudiera convencer a los accionistas de que no vendieran sus participaciones y así lo hizo.
A la semana de lanzar la opa, el Bilbao desistió en su estrategia, dando paso a una etapa, con Conde al frente de la entidad, que sería recordada décadas tras la intervención por parte del Banco de España en diciembre de 1993. El presidente del Banco Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín, declaró entonces que “alguien tendrá que responder algún día de este fracaso histórico, que frena la modernización en España”.
El BBVA pretende cerrar la compra del Sabadell en 2025
Si bien fue un caso fallido, Sánchez Asiaín lograría más tarde cerrar un acuerdo amistoso con el Banco de Vizcaya y posteriormente con el holding Argentaria para dar origen a lo que hoy conocemos como el BBVA. Ahora, la historia puede repetirse o significar finalmente el primer éxito de una opa hostil en el sector bancario del país. Aunque son pocas las voces favorables a que se acabe produciendo la absorción, BBVA confía en que podrá cerrar la operación a finales del año que viene.
Así lo ha confirmado este jueves durante una llamada con analistas para explicar sus planes con el Sabadell. El presidente del banco, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genc, han detallado que en el proceso de aprobaciones y autorizaciones hay varios pasos a seguir. Su consejo de administración ya lo ha aprobado, por lo que lo siguiente será convocar una junta extraordinaria de accionistas para aprobar una ampliación de capital y así poder comprar al Sabadell.
Posteriormente, el banco realizará distintos informes que debe ofrecer al Banco Central Europeo, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en España. Pero también a los reguladores británicos, en concreto al Prudential Regulation Authority (PRA) del Reino Unido, porque el Sabadell está presente en el país a través de su filial TSB.