Los grandes fabricantes del sector de la automoción ven como se reducen sus beneficios por la caída de la demanda, la competencia feroz y la lenta implantación del vehículo eléctrico. Algunos como Volkswagen o Nissan han anunciado recortes de empleos y cierres de plantas.

Solo por lo que concierne a las tres principales automovilísticas alemanas – Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW– dejaron de ganar más de 10.000 millones de euros entre enero y septiembre de 2024 por el descenso de las ventas en China y una transformación hacia la movilidad eléctrica más lenta de lo esperado, según los datos recopilados por Efe. Pero el impacto de la crisis es diferente en cada fabricante. Esta es la situación de los principales grupos:

Volkswagen

La mayor automovilística de Europa ganó en los nueve primeros meses del año un 33% menos por la caída de sus ventas en China. Ahora se plantea cierres de plantas en Alemania que, según los sindicatos, afectarían a tres de sus diez fábricas en el país. Su director financiero, Arno Antlitz, ha señalado que la competencia se ha intensificado, la transformación a la movilidad eléctrica está siendo más lenta de la esperada y los precios están bajo presión, al haber una oferta elevada para una demanda mermada. Audi también anunció 4.500 despidos en Alemanya

En España, el grupo alemán, dueño de la marca Seat y con planta en Martorell (Barcelona), tiene también una fábrica de la marca Volkswagen en el polígono navarro de Landaben, donde el presidente del comité de empresa, Alfredo Morales, ve con preocupación la posible "onda expansiva" del anuncio de cierres en Alemania.

El ministro de Industria, Jordi Hereu, no cree que los problemas de Volkswagen puedan repercutir en la planta de Seat en Martorell porque las fábricas en España tienen una alta productividad.

Mercedes-Benz

Recientemente anunció que se centrará en aumentar la eficiencia y mejorar los costes en todas las categorías, incluido personal, después de que su beneficio se redujera un 30,7% hasta septiembre. Su director financiero, Harald Wilhelm, defendió tras la presentación de sus cuentas que la cotizada revisará la eficiencia en todos los lugares en los que está activa y en todas las categorías, incluyendo los costes por personal, pero también los de material, producción o fábricas. También han anunciado ajustes.

BMW

Esta marca alemana ganó un 35% menos hasta septiembre y ha firmado el peor trimestre del año, con un beneficio un 85,5% menor, ya que al desplome del mercado chino también sumó la paralización de la entrega de más de 1,5 millones de vehículos en todo el mundo debido a los problemas con los frenos. También se detectó hace meses supuestas manipulaciones en las emisiones de sus motores diesel. Su consejero delegado, Oliver Zipse, defendió que la empresa continuaba realizando inversiones en Alemania aunque algunos analistas pusieran en duda el futuro de este país como emplazamiento industrial.

Nissan

Esta marca ha anunciado esta misma semana un recorte de 9.000 empleos y una reducción de su capacidad de producción global del 20% para mejorar su rentabilidad, tras ganar un 93,5% menos en el semestre por el descenso de las ventas y una demanda decreciente.

El segundo mayor fabricante japonés del sector, e integrante de la alianza con Renault y Mitsubishi, tiene plantas de fabricación de autopartes en Ávila y Cantabria, que no se verán afectadas por esa reducción.

También hará cambios en su cúpula directiva, recortará la remuneración de sus altos ejecutivos y venderá una décima parte del 34,01% que tiene en su socio Mitsubishi Motors. Según analistas, Nissan se enfrenta en el mercado chino a una competencia cada vez más agresiva y a ello se une que acumula un inventario creciente de vehículos sin vender.

Stellantis

Desde este grupo, con marcas como Alfa Romeo, Fiat, Lancia, Maserati, Jeep, Chrysler, Dodge, Peugeot, Citroën y Opel, entre otras, la visión también es pesimista. Su facturación cayó el 18% en los nueve primeros meses del año, debido a la transición por la llegada de nuevos modelos y a la reducción de inventarios, sobre todo en EEUU.

Su consejero delegado, Carlos Tavares, decía en octubre al diario económico Les Echos, al ser preguntado si se planea cerrar plantas o vender alguna marca, que "no hay que excluir nada". "Si los chinos se hacen con el 10% del mercado en Europa al término de su ofensiva, eso son 1,5 millones de coches. Equivale a siete plantas de montaje. Los constructores europeos tendrán que cerrarlas o venderlas a los chinos", manifestó. A su juicio,"el cierre de fronteras a los productos chinos es "una trampa", porque "se saltarán las barreras invirtiendo en plantas en Europa" en parte con "subvenciones estatales" de su país "a bajo coste".

En este contexto, se intensifican las movilizaciones de los sindicatos en países como Italia, donde en octubre hubo una huelga para reivindicar la protección del empleo y denunciar la falta de inversiones en las fábricas italianas de Stellantis, que en 2021 absorbió Fiat. Desde octubre, Stellantis ha cesado temporalmente la producción de su modelo eléctrico Fiat 500 en Mirafiori (Turín), y este mes suspende la fabricación de vehículos en las plantas de Pomigliano d'Arco, Termoli o Pratola Serra.

En España, la Confederación Intersindical Galega ha anunciado un paro para el 28 de noviembre en Galicia, donde Stellantis tiene la fábrica de Citröen en Vigo, que afectará también a empresas de componentes.

En Estados Unidos, una de las tradicionales potencias automovilísticas, tampoco faltan los despidos y conflictos laborales. Stellantis despedirá en enero a 1.100 trabajadores de la planta de Jeep en Toledo (Ohio). El poderoso sindicato United Auto Workers (UAW) paralizó en 2023 durante meses la producción en las plantas de General Motors, Ford y Stellantis, los denominados grandes de Detroit, y lograron pronunciados aumentos salariales.

Tesla

Su propietario, Elon Musk, ha sido un gran apoyo del presidente electo, Donald Trump, en su retorno a la Casa Blanca y ahora está en condiciones de sacar provecho. Ganó en los dos estados que tienen al automóvil como principal motor económico: Míchigan y Ohio.

Pese su revalorización en la bolsa, sus resultados no son buenos: en los nueve meses ganó un 32,4% menos interanual y prepara lanzar nuevos modelos, incluidos algunos más asequibles, que empezarán a aparecer en la primera mitad de 2025.

Está previsto que, con Trump en la Casa Blanca, haya menos restricciones con las emisiones, se deje de promover la producción de vehículos eléctricos y se fortalezcan los aranceles a los vehículos chinos. También podría favorecer la conducción autónoma, en la que Musk tiene puestas sus esperanzas.

China

Por su parte, la industria automotriz china se está imponiendo, sobre todo en el vehículo eléctrico, en el que domina toda la cadena de valor, desde la fabricación de coches hasta baterías o semiconductores. Una de sus marcas señeras, BYD, ganó un 80% más en 2023 y llegó a desbancar a Tesla como mayor vendedor mundial de eléctricos puros.

Los modelos chinos ya llegan al mercado europeo y los fabricantes van instalando fábricas en el continente. Así, en la antigua fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona se va a producir el modelo eléctrico Omoda 5, del chino Chery, así como los modelos S700 y S800.

La pujanza china ha desencadenado una guerra comercial entre China y la UE, después de que ésta haya impuesto aranceles a la importación de eléctricos chinos por los subsidios que reciben. A su vez, China -donde fabricantes europeos hacen algunos de sus modelos por tener más próximas, por ejemplo, las fábricas de baterías- estudia imponer aranceles a vehículos de combustible de gran cilindrada que importa de la UE, a la que ha demandado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).