Vueling, la aerolínea low cost del grupo IAG con sede en Barcelona, tiene claro que no pagará la multa de casi 40 millones de euros que el gobierno español le impuso el año pasado (también a otras empresas como Ryanair o easyJet) por cobrar el equipaje de mano y por otros servicios, como la elección de asiento. La compañía aérea, que ha recurrido la sanción e incluso ha presentado recurso ante la Audiencia Nacional, no espera noticias de la justicia hasta por lo menos, el 2026, de manera que seguirá con su política comercial: es decir, cobrando.

Así lo pone de relieve su matriz, IAG, en la memoria anual del 2024 en la que recuerda que el Ministerio de Consumo español a cargo de Pablo Bustinduy, sancionó a Vueling y otras cuatro aerolíneas con 179 millones porque su política de equipaje de mano infringe la libertad de precios de la Unión Europea. Sin embargo, el caso está siendo revisado judicialmente porque todas lo han recurrido.

En este sentido, el grupo de aerolíneas que dirige Luis Gallego señala que durante 2023, Vueling recibió varias solicitudes de información por parte del Ministerio de Consumo en España en relación con su política comercial de equipaje de mano. Y finalmente, el 12 de enero de 2024, Consumo remitió a Vueling un Pliego de Cargos afirmando que la política comercial de equipaje de mano de Vueling vulneraba los derechos de los consumidores en virtud del artículo 47.1 del Real Decreto Legislativo 1/2007 de España y del Reglamento (CE) n.º 1008/2008 del Parlamento Europeo sobre normas comunes para la operación de servicios aéreos.

Sin embargo, no fue hasta el 14 de mayo cuando el Ministerio de Consumo emitió una resolución sancionadora a Vueling, que reconfirmaba los detalles del Pliego de Cargos y multaba a Vueling con 39 millones de euros, además de solicitarle la rectificación de las supuestas infracciones. Es decir, que dejara de cobrar por la maleta de cabina o la elección de asientos. Algo a lo que la compañía no iba a renunciar, así que en junio apeló.

No espera noticias de la AN hasta 2026 o más

El 1 de diciembre de 2024, el ministerio que lidera Pablo Bustinduy confirmó la sanción a las aerolíneas y el 29 de enero de 2025, Vueling presentó un recurso contencioso-administrativo en relación a esta sanción ante la Audiencia Nacional en España. Al mismo tiempo, Vueling presentó una medida cautelar para suspender la sanción hasta que se dicte una sentencia firme.

Dados los tiempos de la justicia, IAG dice que no espera recibir resolución de la medida cautelar hasta mediados de 2025, mientras que sitúa la citación en la Audiencia Nacional en 2026, “como muy pronto”. Además, el conglomerado, que ha revisado la sanción junto a sus asesores considera que tiene argumentos legales sólidos para respaldar su política comercial de equipaje de mano y no considera probable que se produzca un resultado desfavorable en el futuro. Por ello, el grupo ni siquiera considera oportuno registrar provisión alguna.

Todas las aerolíneas low cost siguen cobrando

De sobra es conocida la campaña de desprestigio que Ryanair ha iniciado contra el ministro Pablo Bustinduy a raíz de la multa. La aerolínea, que es líder en España y Europa por número de pasajeros, ha pedido a Consumo que retire la sanción (que en su caso asciende a más de 107 millones) porque dice, son contrarias tanto a la legislación de la UE como a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE en un caso contra Vueling de 2014.

La irlandesa, incluso ha utilizado la imagen del ministro vestido de payaso para presionarle y que retire la multa que impuso a cinco compañías. Además de Ryanair y Vueling, easyJet, Norgewian y Volotea. Entre tanto, todas siguen cobrando por el equipaje de mano porque defienden que en sus vuelos se puede viajar con una mochila pequeña de 40 x 20 x 25 cm, que quepa debajo del asiento, sin coste.

Pero si se embarca con una maleta de cabina al uso se debe pagar, antes o en el instante. Precisamente esta política comercial es la que las distingue de otras aerolíneas que no son low cost, como Iberia o Air Europa en España, en las que se puede embarcar con una maleta pequeña. Y su modelo de negocio de precios bajos no podría sostenerse si dejan de recibir ingresos por este servicio, defienden.