Vueling surgió en 2004 como la primera aerolínea de bajo coste del sur de Europa, estableciendo su base, sede y centro de operaciones en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Ahora, 20 años después, la compañía se reconoce como el puntal para el crecimiento del aeropuerto de Barcelona con más de 219 millones de pasajeros transportados en Catalunya y como un gestor de rutas de medio y corto radio que han sido esenciales como feeder en las operaciones de larga distancia. Una contribución que se ha traducido en un 4,5% de crecimiento medio anual del aeropuerto de Barcelona, entre 2004 y 2023, y acapara el 41% de la operativa de esta infraestructura.

Con origen o destino en el Prat, Vueling ha operado más de 200 rutas a lo largo de su historia, y el 60% del total de pasajeros que ha transportado en estos 20 años. Desde 2004, en el espacio aéreo, Vueling ha operado más de 2,3 millones de vuelos y ha transportado a 352 millones de personas. En 2023, ha alcanzado la cifra récord de 36,8 millones de pasajeros, convirtiéndose en la segunda aerolínea por volumen total de pasajeros en España, de los cuales 20,5 millones pasaron por el Prat, como líder de la infraestructura y por delante de banderas como Ryanair, que tuvo 8,4 millones de clientes. De hecho, una de cada tres personas que viajan en avión en España lo hacen con esta aerolínea del grupo IAG, según los datos de la compañía a los que ha tenido acceso ON ECONOMIA.

Si hace dos décadas Vueling se inició con una flota de dos aviones, cinco destinos y un equipo de 120 personas, su estructura actual la forma un equipo de más de 4.600 empleados, de más de 60 nacionalidades, operando más de 215.000 vuelos anuales para 100 destinos. La compañía tiene una flota de unos 124 aviones, su central de operaciones en el Prat y a sede central en Viladecans (Barcelona), y 16 bases operativas, de las cuales cinco en Europa, en los aeropuertos de París-Orly, Ámsterdam-Schiphol, Londres-Gatwick, Roma-Fiumicino y Florencia. En 2023, cerró con el mayor beneficio operativo de su historia, 396 millones de euros y sus ingresos aumentaron un 22,6%, alcanzando los 3.189 millones de euros.

La historia viva de Vueling arranca a las siete y media de la mañana del primer día de julio de 2004. Un avión A320 con matrícula EC-IZD y nombre Barceloning despegó puntual desde el aeropuerto de El Prat con mucha ilusión a bordo y todos los asientos vendidos: 180 viajeros y seis tripulantes con destino a Ibiza. Fue la primera línea aérea con base, sede y centro de operaciones en el aeropuerto del Prat. Su apuesta fue atrevida, no únicamente por la relación precio, sino porque la estrategia de comunicación directa al cliente -el tú sustituyó al usted- y la uniformidad de los pilotos fue muy diferente a la clásica: corbata amarilla y pantalones en tono caqui.

Fusión con Clickair, entrada en IAG

Del total de pasajeros transportados, el 90% (316 millones de pasajeros) han volado desde o hacia España en las más de 550 rutas hacia el resto de Europa y el mundo. A esta expansión han contribuido dos de los hitos del grupo: su fusión con Clickair, participada de Iberia, en 2009 -coincidiendo con una etapa de dificultades financieras de Vueling- y la posterior incorporación al grupo aéreo británico-español IAG (International Airlines Group), en 2013. Su puesta en marcha vino precedida por la primera low cost en Europa, Ryanair, en 1985 y le siguieron otras como Norwegian en 1993, EasyJet en 1995, o la estadounidense JetBlue en 1999, y en 2009 tuvo que lidiar con la reflotada Spanair.

A lo largo de su trayectoria también ha jugado un papel clave en el desarrollo de los flujos aéreos de España con Francia, Italia y el Reino Unido, concentrando el 26% de los flujos entre España y Francia, el 18% entre España e Italia y el 6% entre España y Reino Unido. Especializada en vuelos domésticos y europeos, de corto y medio radio, conecta también con el Norte de África y Oriente Medio. Vueling ostenta el 31,9% del mercado de vuelos españoles, seguida por Ryanair, con un 17%, y Air Europa, con un 11,2%, con base a la información facilitada por la misma compañía. 

Como el resto de los operadores, la Covid también pasó factura a la compañía, pero fue a la vez un revulsivo y sirvió para replantear la manera de actuar como aerolínea, hasta conseguir revertir los niveles de estacionalidad de la demanda, del 40% al 20%, y ofreciendo tarifas flexibles para incrementar la ocupación de las aeronaves. A lo largo de estos 20 años, ha tenido que superar algunos incidentes como el de 2006 con la huelga del personal de servicio de tierra de Iberia, que acabó con la ocupación de las pistas, impidiendo el tráfico aéreo en el Prat; y el caos operativo con que se inició el verano de 2016, a raíz de una huelga de controladores en Francia, que ocasionó numerosas cancelaciones, que dañaron la imagen de la compañía. Vueling salió resarcida: al año siguiente alcanzó los 100 millones de pasajeros en Barcelona.

Actualmente, la compañía está capitaneada, desde el pasado mes de abril, por Carolina Martinoli que ejerce de presidenta y consejera delegada, tomando el relevo de Marco Sansavini quien, tras cuatro años al frente de Vueling, ha asumido la presidencia de Iberia. En sus primeras semanas de mandato, la directiva ha afrontado la sanción del Ministerio de Consumo, que dirige Pablo Bustinduy, que ha impuesto una sanción de 150 millones de euros a Ryanair, Vueling, EasyJet y Volotea por cobrar a los pasajeros el equipaje de mano, tras las denuncias recibidas por distintas asociaciones de consumidores, ente ellas Facua. Una sanción que la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) recurrirá por considerarla desproporcionada. Martinoli tiene el objetivo de impulsar la transformación estratégica y consolidar el papel de la compañía en la conectividad española y europea, impulsando su presencia en otros hubs internacionales como Londres, París y Ámsterdam.

Edificio de Vueling en Viladecans (Barcelona)
Edificio de Vueling en Viladecans (Barcelona). / Foto: Vueling

Innovación y sostenibilidad

Vueling se ha comprometido con la innovación y la sostenibilidad, no en vano siempre ha sido una aerolínea digital, de tal manera que llegan al aniversario con una parte de los deberes realizados, según destacan en sus comunicaciones. Vueling ha utilizado la tecnología para mejorar la experiencia de sus pasajeros. Por ello, Vueling fue la primera aerolínea en ofrecer el check-in online vía Smart Watch o la primera en Europa en apostar por el pago vía wallet (Apple Pay, Google Pay).

La innovación la ha centralizado en dos espacios de desarrollos, en la misma sede central de Viladecans y en Zaragoza, con un equipo de más de 500 personas. De sus profesionales ha surgido, entre otros, el sistema biométrico de reconocimiento facial que, de manera voluntaria, los pasajeros pueden usar para evitar sacar su documentación desde el control de seguridad hasta acceder a su vuelo y agilizar así el proceso de embarque. Los equipos de desarrollos trabajan en colaboración con diversas compañías tecnológicas del territorio español.

Por delante quedan aún retos como el fomento de la sostenibilidad aérea. El objetivo de emisiones netas cero, se trabaja en base a tres grandes ejes en materia de sostenibilidad medioambiental: la eficiencia de las aeronaves, la planificación y eficiencia de las operaciones y el uso de combustibles sostenibles de aviación, como el SAF que ya se suministra a las aeronaves en el aeropuerto de Barcelona.

Como parte del grupo IAG, Vueling tiene un firme compromiso con la descarbonización del sector de la aviación y forma parte de la estrategia climática Flightpath Net Zero, a través de la cual el grupo se ha comprometido a alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2050. Además, su colaboración con ENAIRE contribuye al proyecto del Cielo Único Europeo, optimizando las rutas de vuelo para reducir las emisiones.