Wayne Griffiths, CEO de Seat y Cupra, ha advertido este jueves que "la industria del automóvil está en riesgo, y Seat, también" por la baja demanda del coche eléctrico y la “falta de compromiso” de los representantes políticos. Ha vinculado esta advertencia a los aranzeles impuestos al modelo Cupra Tavascan.
En un durísimo mensaje a través de su cuenta de Linkedin, Griffiths subraya que “la baja demanda del coche eléctrico, sumada a la falta de compromiso de los representantes políticos en el impulso de políticas de concienciación, los incentivos fiscales y la infraestructura de carga han hecho que sólo el 13% de los coches vendidos en Europa este año sean eléctricos. Y en España apenas alcanzamos el 5%”.
Griffiths enmarca estos comentarios en los resultados económicos que acaba de presentar su grupo y que, en su opinión, muestran el “riesgo al que nos enfrentamos”. Así, el grupo automovilístico Seat ganó 415 millones de euros en los primeros nueve meses de 2024, que suponen 86 millones menos de los 501 del mismo período del año pasado, un descenso del 17,2%. Las ventas se han reducido progresivamente a lo largo de este año y, previsiblemente, la caída se agravará en el último trimestre por el efecto Tavascan: este modelo de SUV totalmente eléctrico de la gama Cupra está sujeto a un arancel del 20,7% desde este 30 de octubre, al estar fabricado en una planta del grupo Volkswagen en China.
“La industria está haciendo los deberes. SEAT está haciendo los deberes. Tenemos el producto (Cupra Born, Cupra Tavascan y, a partir de 2026, el Cupra Raval), tenemos las instalaciones (más de 3.000 millones de inversión sólo en Martorell), pero no vemos la respuesta necesaria por parte de las administraciones públicas. Las instituciones españolas y europeas deben estar a la altura”, indica Griffiths.
El primer ejecutivo de Seat y Cupra advierte que “la inacción o el proteccionismo mal entendido, manifestado en última instancia con la imposición de aranceles al Cupra Tavascan, sólo inducen a hacer dudar al consumidor, a disuadirle de que la electromovilidad es parte de la solución”. Pero añada que esta situación va más allá porque se está pasando por alto la repercusión que estas políticas podrían tener en la producción industrial. Indica que “una reducción de volúmenes del Cupra Tavascan pondría en peligro la capacidad de SEAT de cumplir los objetivos europeos de reducción de CO2, teniendo que hacer frente a multas inasumibles. Esto supondría la necesidad de reducir una cuarta parte de la producción prevista de vehículos de combustión en Martorell”.
Asegura que seguirán apostando por la electromovilidad y que no tienen “plan B”. Pero carga contra el absentismo laboral, del que dice que ha aumentado un 40% desde 2018, y “la falta de una política de impulso y acceso a energías renovables y de precio competitivo, que ponen además en riesgo nuevos proyectos”.
Recalca que estos factores se traducen en “pérdida de estabilidad financiera” de la compañía y, en consecuencia, de un “importante riesgo para el empleo”. “Nos jugamos el 10% del PIB de nuestro país y más de dos millones de puestos de trabajo”. El CEO de Seat y Cupra exige “soluciones ya”.