La marca de yogures La Fageda ha decidido explorar nuevos mercados. Los productos de la marca de Olot se podrán adquirir en nuevos puntos de distribución fuera de Catalunya: llegarán a Madrid y Valencia. Es una estrategia para seguir apuntalando este proyecto social que, desde hace 30 años, fabrica y comercializa productos para la alimentación. Para empezar se distribuirán cuatro referencias de yogur (natural, limón, fresa y sin lactosa) después de los acuerdos cerrados con varias cadenas de la gran distribución.
En la Comunidad Valenciana será la cadena de supermercados Consum -cooperativa con una red de 830 establecimientos repartidos en toda la geografía española- la que dará la bienvenida a los yogures de La Fageda en los establecimientos que la enseña valenciana tiene en las provincias de Castellón y Valencia. Mientras que en Madrid la marca se encontrará en los hipermercados de El Corte Inglés.
La empresa quiere incrementar el número de consumidores que escogen su productos por la calidad y que son conscientes del proyecto social que hay detrás. Actualmente, La Fageda tiene casi tres millones de consumidores entre Catalunya y las Islas Baleares, y la producción anual de yogures supera los 90 millones de unidades anuales.
Detrás del proyecto empresarial hay una iniciativa de carácter social que nació hace justamente 40 años de la mano de Cristóbal Colón, un psicólogo que fundó la cooperativa La Fageda, para hacer realidad su principal convicción: el trabajo puede ser un elemento clave en la rehabilitación de enfermos mentales. Así, al cabo de 10 años, en las instalaciones que tiene el grupo en Olot (Girona), inició la producción de yogures con la incorporación de enfermos mentales.
Actualmente, cuando se cumplen 30 años de aquella aventura que empezó acogiendo a una quincena de personas, La Fageda reúne a unas 500. Por una parte, da trabajo a 350 personas en régimen de asalariados, un grueso importante de las cuales pertenece a colectivos vulnerables, con varias actividades (fabricación de yogures, postres, mermeladas). Otro centenar de personas, que en este caso no pueden ejercer una actividad laboral por las limitaciones de su discapacidad, forman parte del centro ocupacional de la entidad. Al mismo tiempo, hace años que disponen de una fundación para dar servicios de atención asistencial a personas vulnerables que emplea a una cincuentena de personas, la mayor parte de las cuales son profesionales terapeutas.
En 2022, por primera vez desde que se inició la aventura fabril, los responsables de La Fageda emprendieron la expansión fuera de Catalunya. Con las mismas referencias que ahora quieren conquistar Madrid y Valencia, los yogures de La Fageda llegaron a Menorca y Mallorca, a través de distribuidores locales. En Menorca, se venden también en la cadena Binipreu, y por medio de El Corte Inglés, Eroski y Agromart, en Mallorca.
La directora general del grupo, Sílvia Domènech, explica que en la coyuntura actual, con una espiral inflacionista que ha llevado a un incremento desmesurado de los costes de producción y por extensión a la reducción del margen, està en riesgo la obtención de ganancias y la reinversión en nuevas iniciativas de esta entidad sin ánimo de lucro para favorecer la inserción laboral de los colectivos más vulnerables. Eso "nos exige ser permeables y valientes y apostar por palancas que pueden fortalecer nuestro proyecto para seguir ofreciendo oportunidades a gente que tiene la vida muy difícil", asegura Domènech. En este sentido, apunta que a lo largo de este año se lanzarán al mercado "nuevos productos que responden a las demandas de las familias que cada día optan por La Fageda en sus desayunos, meriendas o postres". Bajo la marca La Fageda se pueden encontrar, además de los yogures, postres, helados y mermeladas para el consumidor final, productos para el canal Horeca y de Colectividades -hospitales, escuelas y empresas-.
La Fageda es un proyecto social que está integrado por cuatro entidades jurídicas que, a pesar de tener funciones diferentes, persiguen la misma finalidad social: conseguir que las personas de la comarca de la Garrotxa que tienen una discapacidad intelectual, un trastorno mental grave o se encuentran en situación de vulnerabilidad se integren plenamente en la sociedad a través de un trabajo digno y justamente remunerado. En su conjunto, los ingresos consolidados del grupo están en torno a los 28 millones de euros al cierre del 2022, con una cifra muy similar al año anterior, y sin capacidad para generar ganancias "por los fuertes impactos que sacuden las dinámicas empresariales, desde la pandemia al incremento de los costes energéticos y de las materias primas". El 80% del volumen total se obtiene de las ventas de yogures, el producto con más trayectoria y más penetración en los liniales de la distribución comercial.
La directora Silvia Domènech defiende que "como más fuertes somos en el ámbito empresarial más sostenible es el proyecto social" y pone de ejemplo la trayectoria industrial. "De la decisión de hacer yogures ahora hace treinta años, a la de hacer helados para salvar el empleo en un centro especial que había en Badalona o producir mermeladas para dar trabajo a personas del proyecto que por su perfil no podían trabajar en la fábrica de yogures", manifiesta.
En paralelo, la cooperativa también tiene un colectivo de personas a las cuales ha proporcionado formación en jardinería y que hacen tareas de mantenimiento de espacios ajardinados de varios municipios de la comarca de la Garrotxa. También acompaña a otras empresas de la zona en los trabajos para la inserción laboral en el mercado ordinario de personas discapacitadas.