Alberto Aza (Madrid, 1964) es el portavoz de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), la patronal que representa a CaixaBank, Unicaja y Abanca (entre otras muchas entidades, además de las fundaciones bancarias) y la que se encarga de negociar, junto a la AEB, todo lo que afecte a sector financiero español. Es el caso de los convenios colectivos, las ayudas a hipotecados vulnerables, los protocolos para mejorar la atención a los mayores en las oficinas, o soluciones para acabar con la exclusión financiera.

Aunque precisamente ahora tienen un nuevo objetivo, que no se haga permanente el impuesto a la banca. A priori era “extraordinario” e iba a durar dos años. El gobierno español se lo impuso a la banca por las subidas de tipos de interés y los grandes beneficios que iban a alcanzar. Pero se ha acabado alargado un ejercicio más y ahora, lo quieren hacer permanente. Al igual que el de las energéticas. Algo que CECA rechaza, más aún, la vía por la que lo quieren hacer. Ya que les impide negociar. 

Los tipos de interés han bajado tres veces desde junio, ¿es el momento acabar con el impuesto a la banca?
Nuestra posición no ha cambiado, desde el principio hemos mostrado un rechazo frontal al impuesto porque tiene un impacto negativo en el crédito y la economía. Además, es incongruente porque grava ingresos en lugar de beneficios, y, por tanto, no tiene en cuenta la rentabilidad. Seguimos pensando lo mismo. Está recurrido y contamos con un escenario de dos o tres años hasta que se pronuncien los tribunales.

Sin embargo, el gobierno quiere hacerlo permanente. Si esto es así, ¿qué piden, negociarlo?
La incorporación del impuesto a nuestro ordenamiento jurídico sería por la vía de un decreto ley o, alternativamente, a través de una enmienda al articulado de un proyecto de ley que se encuentre en tramitación en el Congreso. Estas opciones merman la calidad del debate público e imposibilitan que el sector bancario pueda manifestar su posición sobre normas que afectan a su actividad.

¿Puede la banca frenar el impuesto?
Desde CECA seguiremos defendiendo los intereses de nuestras entidades asociadas y expresando nuestro enérgico rechazo al impuesto. Gravar la actividad bancaria de forma permanente incide negativamente en la economía y en el empleo, con una merma estimada de 50.000 millones de euros en la capacidad de financiación del sector bancario. Además, seríamos la única jurisdicción europea con un impuesto de estas características, situando a la banca española en clara desventaja competitiva. Sin olvidar que no prevalecen hoy las mismas circunstancias que sirvieron al Gobierno para justificar el impuesto: entonces los tipos subían aceleradamente y hoy estamos en una senda de recortes de tipos.

¿La banca ha dado menos crédito por pagar el impuesto?
El impuesto claramente ha tenido un impacto en la rentabilidad de las empresas y en la capacidad crediticia. Sí ha tenido impacto, pero en el contexto actual, hemos visto una reactivación del crédito por los tipos.

Alberto Aza, CECA. Pablo Blázquez
Alberto Aza, CECA. Pablo Blázquez

Además del impuesto, hay mucha atención en la opa BBVA-Sabadell. ¿Sigue habiendo espacio para la consolidación?
El nivel de consolidación bancaria en España está ligeramente por encima de la media europea. Realmente, la asignatura pendiente son las operaciones transfronterizas, que se enfrentan a dificultades regulatorias por la divergencia que existe entre los distintos países. Y, por lo tanto, ahí lo importante es que podamos avanzar en la unión bancaria porque sería la manera de poder crear grandes bancos europeos capaces de competir internacionalmente.

¿Entonces no hay espacio para más fusiones en España?
Creo que la concentración del sector bancario en los últimos años ha sido intensa y buena para las entidades y los clientes. Las entidades hoy son más fuertes, más rentables, más solventes y más resilientes. La competencia, además, lejos de reducirse, ha aumentado. No forzosamente a mayor concentración en una industria, hay menor competencia. Y creo que el sector bancario español es un claro ejemplo.

Pero el Banco de España está estudiando junto a la CNMC por qué no se han remunerado los depósitos…
Con los depósitos ha habido una particularidad del sector bancario español en este ejercicio y el anterior, y es el exceso de liquidez, que roza el récord histórico. Esto hace que no se necesite tanto acudir a los depósitos. Pero en cualquier caso, los datos que manejamos es que los depósitos a 1 y 2 años para familias y empresas están por encima de la remuneración de depósitos de la media europea.

Y con los tipos de interés a la baja, ¿se han acabado los resultados récord?
La previsión es que los resultados del 2024 superen los del 2023, pero también es cierto que el crecimiento de los beneficios se está moderando, influyen los tipos y el estrechamiento de los márgenes. Prevemos que se toque techo en 2025.

Se está viendo una reactivación importante de hipotecas, pero también de crédito al consumo, ¿debería preocupar a las entidades?
Los niveles de endeudamiento de las familias son adecuados y manejables, y más después de la amortización anticipada de muchos créditos, sobre todo de hipotecas en los últimos dos años. Estamos en una situación correcta y no nos preocupa la demanda de crédito porque venía muy lastrada en los últimos años por el entorno de tipos al alza.

En los últimos años, la banca ha mejorado la rentabilidad y la eficiencia, en parte por los cierres de oficinas y los ajustes de personal. ¿Veremos más?
De momento no creemos que vaya a haber más ajustes. Los esfuerzos de las entidades en los últimos años para optimizar su capacidad se han transformado en unas ganancias de eficiencia que son fundamentales para defender la rentabilidad. Por tanto, se está confirmando que esa optimización ha sido beneficiosa para las entidades.

Alberto Aza, CECA. Pablo Blázquez
Alberto Aza, CECA. Pablo Blázquez

Hay quien cree que la banca se pasó de frenada. De hecho, el Gobierno tuvo que obligar a la banca a buscar soluciones con los mayores y en las zonas rurales. ¿Se ha avanzado en esta materia?
En febrero del 2022 pusimos en marcha un decálogo para mejorar la atención de las personas mayores que requiere que se atienda de una manera más delicada y los resultados son muy positivos. En las encuestas de satisfacción, el 92% se sienten seguras y autónomas a la hora de operar. En cuanto a las zonas rurales, el objetivo planteado inicialmente era de enorme ambición. Lograr el 100% de acceso presencial a los servicios financieros en la totalidad de los municipios españoles es hablar de una inclusión financiera total y dudo que algún país pueda reconocerlo. Ahora, los avances son muy significativos. La población que reside hoy en un municipio que tiene acceso presencial a los servicios financieros es el 99,1%.

En paralelo, se está avanzando en soluciones como el euro digital, ¿cuánto tardará en llegar?
El euro digital avanzó en la anterior legislatura europea, en su fase de preparación. Pero se estancó en la fase legislativa y hay que esperar a ver el apetito de la nueva Comisión y del Parlamento para ver si impulsan este proyecto. Nosotros creemos que puede tener impacto en el sector bancario y, por tanto, es importante limitar las tenencias de euro digital a unas cantidades bajas, para garantizar que la función sea transaccional y no de inversión o de ahorro.

La digitalización avanza, pero hay quien no tiene información suficiente sobre determinados productos. ¿Cómo es nuestra educación financiera?
Todas las encuestas que se hacen en España ponen en evidencia que los conocimientos financieros en España son deficientes, suspendemos. El último euro barómetro situaba a España en el cuarto lugar por la cola. Y de ahí que para el sector bancario esto sea una cuestión prioritaria.

¿Y qué medidas está tomando CEA?
Desde CECA llevamos mucho tiempo comprometidos. Desde 2018, en este periodo de seis años, hemos invertido 18 millones de euros en programas de educación financiera y eso nos sitúa como el mayor inversor del país. Ahora bien, hay que hacer muchas cosas porque estamos ante un desafío estructural en nuestro país, y requiere de acciones de gran alcance. Una asignatura pendiente es incluir la educación financiera en el curriculum escolar desde edades tempranas y a lo largo de todo el ciclo formativo. Eso permitirá tener adultos con conocimientos adecuados.