La empresa de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex decidió en 2021 crear una fundación para "impulsar el compromiso social y aportar un valor diferencial a través de actuaciones orientadas a las personas y basadas en soluciones tecnológicas de conectividad" y confió la dirección a Àngels Ucero (Valladolid, 1969). La también directora de sostenibilidad de la cotizada está en Cellnex desde bastante antes de que se llamara Cellnex; de hecho, en sus 22 años en la empresa, ha visto ya tres nombres. Con la Fundación ha encontrado una nueva pasión, y se le nota cuándo habla.

¿Por qué una compañía que se dedica principalmente a gestionar torres de telecomunicaciones decide crear una Fundación? ¿Qué necesidades detectaron?
Las personas y las organizaciones vivimos actualmente en un contexto muy cambiante, de evolución muy rápida, incierto, frágil, hemos visto todos estos conflictos que hay socioeconómicos, geopolíticos, sanitarios, pero estamos viviendo en un contexto ya digital y las infraestructuras de telecomunicaciones juegan un papel clave en el desarrollo socioeconómico y del progreso humano, nos ayudan a conectar los territorios y equilibrar las posibles desigualdades que se puedan generar en educación, empleabilidad, actividad productiva, etc... En este paradigma, Cellnex pensó hace tres años que tenía que complementar la actividad que estaba haciendo con la rama de responsabilidad social corporativa y crear la Fundación. La Fundación tiene el objetivo de acercar la tecnología a las personas promoviendo una conectividad que nosotras llamamos efectiva y eficiente, que tenga un uso, que este uso sirva para reducir las brechas digital (que nadie se quede atrás), social (que podamos aportar soluciones que mejoran la calidad de vida de las personas), y territorial (que conecte el territorio y el progreso de este territorio).


¿Cuántos programas tienen actualmente en activo?
Definimos diferentes líneas estratégicas y en cada una hemos diseñado diferentes programas. Por ejemplo, la línea de emprendeduría basada en la tecnología, en el ecosistema social, donde tenemos actualmente dos proyectos en marcha, uno que es Cellnex Bridge y otro que es Digitaliza tu pueblo, con el vector de educación y la capacitación digital como herramienta de inclusión social: tenemos diferentes programas, algunos desarrollados por nuestros voluntarios, como el proyecto Youth Challenge, otros de capacitación digital en el mundo rural. En el vector de la empleabilidad, ponemos el foco en las personas vulnerables y aquí hemos diseñado también un programa a través de nuestros voluntarios en Portugal y trabajamos con entidades sociales para capacitar personas migrantes que después realizan actividades en nuestros emplazamientos. La parte de conectividad, que es clave para la compañía, la utilizamos para reactivar y conectar personas, edificios o áreas singulares, y aquí tenemos diferentes proyectos, como Smart Montserrat, colonias textiles o un proyecto que hemos desarrollado en Asturias. Después, la rama de la sensibilización ambiental también es muy significativa, con programas de preservación de la biodiversidad. Y por último, pero no menos importante, tenemos todo lo que tiene que ver con el compromiso social participativo y colaborativo de nuestros empleados a través del programa Solidary Gift.


Los programas propios están dirigidos principalmente al mundo rural. ¿Cuáles son las grandes líneas de trabajo en este ámbito?
Cellnex es un operador de infraestructuras de telecomunicaciones y su fundación basa su despliegue en la tecnología y conectar las áreas rurales. Hicimos un plan para ver a qué lugares no llegaba la conectividad, ni a corto ni a medio plazo, que era lo que llamábamos zonas blancas. Entonces propusimos soluciones en tres grandes líneas. Una es la educación, que aquí lo que hacemos es reutilizar espacios que no tenían uso, dotarlos de conectividad y que esta conectividad sirva para temas de educación o sensibilización. Otra es el bienestar social, utilizar esta tecnología para integrarla a vivienda social o de personas vulnerables y que esta conectividad optimice los recursos, les dé autonomía y les dote de servicios, como por ejemplo, a través de la aceleradora Cellnex Bridge, que tenemos algún programa que ayuda a temas de terapia a nivel de plataformas de wellbeing. Y por último, las líneas económicas, digitalizar el sector primario en las zonas rurales; tenemos algún ejemplo a través de Innogando, que es llevar la tecnología al sector ganadero.

También tienen programas conjuntos, colaborando con varias entidades. ¿Por ejemplo?
Sí, colaboramos con diferentes entidades, como podría ser Innuba, que es una empresa de innovación social que nos ha acercado al ecosistema social y de evaluación de impacto. Colaboramos con AticcoLab, que es una aceleradora de start-ups que nos ha permitido entender cuál es el funcionamiento de las start-ups y como podemos acercarnos a ellas. Estamos cerrando diferentes acuerdos y alianzas con entidades sociales que nos permitan desarrollar proyectos de empleabilidad y educación. Por ejemplo, con Save the Children estamos lanzando un piloto que nos permita dotar de formación en capacidad digital a jóvenes vulnerables de entre 16 y 25 años. También a través de Aldeas Infantiles estamos trabajando el ecosistema infancia-familia. Sabemos que para salir del entorno de la pobreza tienes que atacar el vector familiar y trabajar todo lo que son capacitaciones digitales.


Uno de los programas más importantes es el Cellnex Bridge, al que ya se ha referido varias veces, y están preparando ya la cuarta edición. ¿Es una aceleradora de start-ups, pero qué peculiaridad tiene con respecto a de otras aceleradores de start-ups?
Efectivamente, ya tenemos en marcha la cuarta edición y aquí aprovecho y hago un llamamiento a todas aquellas start-ups de innovación social para que apliquen a través de nuestra página web. La diferencia es que estamos focalizados en start-ups de innovación social. ¿Qué significa? Que con una vertiente tecnológica nos ayuden y desarrollen soluciones tecnológicas que, como he comentado, contribuyan a la reducción de las brechas social, territorial y digital. La diferencia fundamental con otros programas que hemos visto también es que nosotros trabajamos con estas start-ups ayudándolas a desarrollar su propia prueba de concepto. Entonces, en función de las necesidades específicas de cada una, diseñamos un programa de acompañamiento, que es a través de mentoring, a través de formación en habilidades blandas y también en aquellas habilidades más duras que vemos que no tienen, como puede ser quizás marketing, temas financieros, legales, etc... Este programa dura ocho meses y todos tenemos el mismo compromiso, tanto las start-ups como las empresas que nos ayudan a desarrollarlo, como nosotros, que es finalizar esta prueba de concepto, que tenga sentido y que tenga escalabilidad en un futuro.

"La Fundación Cellnex tiene el objetivo de acercar la tecnología a las personas, promoviendo la conectividad, para reducir las brechas digital, social y territorial"

¿Cómo funciona la selección?
Nosotros ahora estamos en el proceso de llamamiento. Todas aquellas start-ups que se presenten pasan por un proceso de cribado, porque para nosotros es muy importante su conocimiento y su prueba de concepto, pero lo más importante son las personas que hay detrás, porque al final son las que llevarán esta start-up a donde quiere ir. Entonces hacemos una primera selección, normalmente en torno a 15, creamos un comité de selección donde hay miembros de la alta dirección de Cellnex, personal de la Fundación y de las empresas que colaboran con nosotros, y de aquí seleccionaremos 5 o 6 que pasarán por este proceso de aceleración, que dura 8 meses. Medimos su impacto actual, una vez finalizado el programa y al cabo de un año. Hemos creado una comunidad con el fin de dinamizar este ecosistema de emprendeduría social y que entre todos podamos construir soluciones que nos ayuden a mejorar la calidad de vida de los colectivos vulnerables a los que se dirige la Fundación.

¿Con cuántas start-ups han trabajado?
Con 14: 3 de la primera edición, 6 de la segunda y 5 de la tercera. Seguimos trabajando con todas ellas, dinamizándolas a través de la comunidad de Cellnex Bridge.


Otro programa es el Youth Challenge, de voluntariado y enfocado a los jóvenes en riesgo de fracaso escolar, que llevan 5 ediciones...
Estamos en la quinta edición y también hemos podido exportar este programa a otros países donde Cellnex opera. Tiene éxito porque atacamos un problema, un reto real que hay en la sociedad y, concretamente, que identificamos en nuestra comunidad local, con lo cual nuestros trabajadores se sienten identificados con este reto, que es luchar contra el abandono escolar prematuro, y porque hemos diseñado un programa coliderando diferentes entidades. Nos hemos acercado a los centros educativos próximos a nuestras oficinas y hemos trabajado con entidades sociales, empresas y fundaciones que ya trabajaban en este problema. Con estos tres actores, más la comunidad local, hemos diseñado este programa, que lo importante es que está alineado con el compromiso y el propósito de la compañía y se basa en el conocimiento que tenemos.

¿Qué hacen?
Intentamos que los jóvenes no abandonen sus estudios, en nuestro caso, tecnológicos. Yo creo que el éxito es que hemos diseñado un programa con un acompañamiento a través de coach, formación curricular, visitas a nuestros emplazamientos, con lo cual ligamos conocimiento y práctica, después hacemos talleres y por último los orientamos profesionalmente. Una vez pasado por todo este recorrido, ven qué pueden hacer en una empresa tecnológica.

"La sostenibilidad y la protección de la biodiversidad están en el ADN de Cellnex, no podía ser que desde la Fundación no tuviéramos programas para el medio ambiente"

También hacen el Senior Challenge. ¿Las personas mayores son un colectivo especialmente vulnerable?
Lo hemos enfocado en dos líneas. Por un lado, nosotros entendemos que en este mundo digital todo lo que tiene que ver con la digitalización para las personas mayores es una barrera importante y les tenemos que ayudar a atravesarla. También sufren vulnerabilidad en todo lo que gira en torno al mundo sanitario y la soledad no deseada y diseñamos programas en esta línea. Y la segunda línea, también enfocamos el Senior Challenge como una oportunidad para que personas que han desarrollado toda su trayectoria profesional en Cellnex y que ahora están retirados participen en programas de voluntariados donde pueden seguir desarrollando su actividad personal y profesional.

¿Han encontrado implicación de la plantilla de Cellnex?
Estoy muy orgullosa de la gente que forma parte de Cellnex Telecom. Tenemos unas ratios de voluntariado muy altas, el 8% de la plantilla participa, que es una ratio muy alta, normalmente está entre el dos y el cinco. Yo creo que la clave del éxito es el compromiso a largo plazo que tiene la compañía, no es un programa aislado. Ya llevamos cinco años, no lo hacemos porque esté de moda ni hacemos voluntariado sin sentido, sino que tiene una continuidad y un hilo conductor y va alineado con el propósito de la compañía. Y también déjame decir que ven ejemplo, en este caso yo soy voluntaria muy activa de la Fundación, soy la directora pero participo en todos los programas que desarrollo en primera persona y yo creo que cuando ven un liderazgo participativo, colaborativo, la gente se involucra porque ve que hay un compromiso detrás.

Àngels Ucero, directora de la Fundación Cellnex / Foto: Irene Vilà Capafons

Además de los programas de cariz tecnológico y social también los tienen relacionados con la naturaleza y el medio ambiente, contra el cambio climático, por el estudio de la conservación de las aves, del territorio... ¿Cómo están yendo estos programas?
Bien. Dentro del ADN de Cellnex está todo el tema de la sostenibilidad y de la protección de la biodiversidad. Estamos en parques naturales, con lo cual, como compañía, ya preservamos la biodiversidad de los espacios donde estamos y no podía estar de otra manera que a través de la Fundación impulsáramos también programas relacionados con el medio ambiente. Tenemos un programa que es de sensibilización ambiental, en el cual llevamos a estos espacios emblemáticos, donde nosotros tenemos actividad, como puede ser Montserrat, a niños y niñas con capacidades diferentes, intelectuales o motrices, les acercamos a la naturaleza, les decimos cómo cuidamos nosotros la naturaleza y cómo la naturaleza nos cuida a nosotros. Y también colaboramos con otras entidades que ayudan a regenerar los ecosistemas y a la protección de la bifauna.

También hacen programas en el extranjero.
En los países donde Cellnex tiene presencia, hemos querido hacer llegar la Fundación, desde la actividad de voluntariado, porque queremos que las personas que forman Cellnex participen de manera muy activa. Hemos extendido el Youth Challenge a ocho países, teniendo en cuenta en cada uno de los países cuáles son sus necesidades. Estamos en ocho países, en los que impactan a entre 1.200 y 1.300 estudiantes. Tenemos más de 6.000 horas de intervención y participan más de 250 voluntarios a nivel global. En Polonia hicimos un programa muy bonito, dirigido a niños y niñas que viven en orfandades. Allí la situación es diferente, hay muchos niños y niñas en orfandades que no tienen la posibilidad de conocer el contexto y acercarse a las empresas. Lo que hacemos es que entiendan las realidades de las empresas, que es importante estudiar, el rol de la tecnología, les explicamos qué hace Cellnex y cómo pueden llegar a hacer ellos la actividad que hacemos nosotros. Sobre todo nos enfocamos mucho en la formación, que es muy importante, que necesitan formarse y que no tienen que abandonar los estudios.