¡El espacio, o lo ocupas o te lo ocupan! Esta es una de las máximas en boca del presidente de Pimec. Una consigna que está detrás de buena parte de las reivindicaciones que abandera para defender a las pequeñas y medianas empresas. Titulado en ingeniería electrónica industrial en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), Cañete asumió la presidencia de la patronal en febrero de 2021, después de ostentar la vicepresidencia durante 14 años. Defensor del activismo empresarial, su mandato se fundamenta en alzar la voz de las micro, pequeñas y medianas empresas desde Catalunya a Europa, donde ostenta la vicepresidencia de la patronal SME United. Un lobista nato.

Hoy por hoy, España es ingobernable. ¿Cómo valoran los empresarios esta situación?
La lógica de la economía y la empresa se ven directamente afectadas por la incertidumbre, que no es otra situación que la que atravesamos ahora mismo. Son miedosas. Por lo tanto, pedimos estabilidad lo más rápido posible para que no se retrasen decisiones o no se tomen algunas de equivocadas. Hay que configurar un gobierno cuanto antes y que sea un gobierno lo más estable posible.

¿Pero qué gobierno sería más beneficioso?
Nosotros tenemos un respeto máximo por lo que decide la ciudadanía, por la democracia y por sus reglas. Por lo tanto, no entraremos en cuál es el gobierno que habría que configurar, sino que entendemos que la democracia -una vez que el pueblo se ha expresado- da la posibilidad de múltiples combinaciones para configurar un gobierno. Como agente social y económico somos respetuosos con la mayoría que se cree para poder formar gobierno, que será con quien interpelaremos.

¿Y qué le pedirán al futuro gobierno?
Sea cual sea el color del gobierno, para nosotros es absolutamente trascendente y urgente, e incluso ineludible, resolver una anomalía estatal: que las pequeñas y medianas empresas, que son el motor de la economía, no tienen voz propia en el diálogo social. La pyme representa el 99,8% de las empresas del país, el 75% del empleo y más del 60% del PIB. Esta realidad explica muchísimas de las características de la economía española y, si no se comprende así, se generan anomalías. Es una cuestión de concepto, porque, hasta que las pymes no tengan voz propia en el diálogo social, España no habrá acabado su transición democrática. No es un eslogan, es una realidad. Además, es un aspecto que impacta en su dimensión de las mismas empresas, por eso en España hay más micro y pyme que en los países europeos.

Pero sí que hay organizaciones empresariales que dicen que la representan y tienen voz y voto...
Si alguien dice que hay una organización, Cepyme, que participa en el diálogo social, hace falta aclarar que no tiene voz propia, porque la suya es la voz de la CEOE. La de la gran empresa. Esta es una de las anomalías. Es uno de los aspectos a plantear al nuevo gobierno. Hace falta que legisle pensando en pequeño, para hacer grandes a los pequeños.

¿Por ejemplo?
Hay estados europeos que toman medidas en este sentido. Uno de ellos Holanda, cuando antes del verano determinó que las grandes empresas están obligadas a pagar a las pymes a 30 días. Otro Alemania, que ha decidido un paquete de medidas para las pymes, con la reducción de impuestos. Eso es legislar pensando en pequeño para poder hacer grande la economía y el tejido empresarial. Eso nos acercaría a la Unión Europea, donde la pyme tiene voz directa con la patronal SME United. Además, el próximo 12 de septiembre, se aprobará una legislación que favorecerá a las pymes porque modificará la directiva de morosidad, un propósito en qué Pimec -la única patronal que tiene una estructura propia en Bruselas- ha tenido mucho a decir.

El Gobierno se había comprometido a encontrar una fórmula para determinar esta representatividad que reclaman. ¿Cómo está este tema? ¿Ya han encontrado una calculadora?
Los caminos para establecer la representatividad pueden ser diversos. Y no renunciamos a ninguno de ellos. De hecho, una de las iniciativas que hemos hecho ha sido crear Conpymes, con otras entidades y organizaciones de todo el Estado. Ya estamos trabajando en muchos sentidos. Y a raíz de su configuración ya hemos hecho una denuncia en la Audiencia Nacional y en el Supremo porque nos dicen que, como no hay una calculadora para saber la representatividad que tiene esta organización, no nos podemos sentar en la mesa de diálogo. Recordemos que, en Catalunya, conseguir la representatividad que nos correspondía para estar en las instituciones al lado de Foment del Treball, fue un proceso de 15 años y 8 procesos judiciales, que resolvió un juez. Y se llegó al 50%. De hecho, Catalunya podría ser un buen ejemplo para España. También nos apoyan decisiones que está tomando la Comisión Europea, que en una recomendación del Consejo Europeo, ya ha advertido en España para que se establezcan procesos de transparencia y participación de las organizaciones empresariales.

¿Descartan un acuerdo entre patronales?
Sería bueno un acuerdo fruto del diálogo con la CEOE, pero el problema es complejo, porque la CEOE no lo tiene en consideración.

Y los sindicatos, ¿cómo lo ven?
Opinan tres cosas. Que es un problema de los empresarios. Por lo menos es lo que dicen públicamente. Pero también que es necesario establecer procesos democráticos y participativos. Y admiten el gran drama que tenemos a nivel estatal: las pymes están infrarepresentadas en la negociación colectiva. Eso sucede desde el 2011, cuando se hizo una reforma de la negociación colectiva y se modificó los porcentajes sobre la representación de empresas y trabajadores, con un claro beneficio para la gran empresa. Eso es una paradoja ya que normalmente las empresas que se sientan a negociar un convenio colectivo sectorial tienen, casi todas, su propio convenio de empresa. Eso hace que la gran empresa sea la que negocia en representación patronal y quien condiciona la defensa de los intereses de las pequeñas y medianas empresas. ¿Y alguien ha visto a Cepyme denunciar esta situación? Eso demuestra que no tiene sentido tener una organización dependiendo de otra, porque no tiene voz propia. Cepyme es cautiva.

Las pymes están infrarrepresentadas en la negociación colectiva, solo negocia la gran empresa

¿Qué reclaman en materia de fiscalidad?
La fiscalidad es probablemente el elemento de competitividad más importante que puede tener un país y, por lo tanto, tiene que ser justa. Pero ahora mismo, la fiscalidad que tenemos es injusta, sobre todo para las pymes y la microempresa, porque sus especificidades no se contemplan o bien se contemplan con regímenes especiales o residuales. Ahora hay una regulación que permite hacer ingeniería financiera a según qué empresas. Reclamamos una fiscalidad justa y proporcional y concebida para hacer grandes a las pymes. Entre las medidas figura: la reforma de los impuestos que gravan la renta y beneficios de las empresas en función de las características y la dimensión de estas. Eso pasa por el establecimiento de un impuesto sobre sociedades dirigido exclusivamente en grandes empresas y grupos empresariales multinacionales, por un impuesto sobre sociedades para el resto de empresas y entidades que contemple las características y las especialidades de las micro y pequeñas empresas y por la reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas con respecto a la tributación de las rentas derivadas de actividades económicas. Entre otros aspectos, como la revisión de las figuras impositivas siguientes: IAE, Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones e Impuesto sobre el Patrimonio.

La regulación actual permite hacer ingeniería financiera a algunas empresas. Queremos una fiscalidad para hacer grandes a las pymes y un impuesto de sociedades para las microempresas

Pimec ha pedido una nueva ley estatal de industria, mientras que en Catalunya ha firmado el Pacto Nacional por la Industria. ¿Qué reclaman?
Se ha demostrado que los países más resilientes, los que liderarán los cambios, son aquellos que tienen una verdadera política industrial. En Catalunya hemos establecido el Pacto Nacional por la Industria y hemos conseguido, por primera vez, que 660 millones de euros, el 60% de todos los recursos destinados a políticas, se dediquen a las pymes; es la primera vez que se ha legislado en pequeño. Eso creará compromisos y acuerdos en un tema tan importante como es la industria, con una legislación pensando en los pequeños y poniendo recursos. Desde el año 2000, en Catalunya, se han perdido 14.000 industrias y 40.000 puestos de trabajo industriales. Un drama. El peso de la industria ha pasado del 29% al 19% en Catalunya, pero en España pasa exactamente lo mismo.

El peso de la industria ha pasado del 29% al 19% en Catalunya, en dos décadas

El Govern catalán basa parte de la política industrial y de reindustrialización en la identificación e impulso público de proyectos tractores. ¿Es una buena medida?
Todo lo que sea poner una tractora a la economía, a la industria, es importante. Por lo tanto, proyectos tractores, todos los que podamos. Pero no se tienen que dedicar todos los esfuerzos únicamente en estos proyectos. No tenemos que cometer el error de dejar al margen a todas las actividades que lo complementan y que están en su entorno para sacarlo adelante -proveedores, servicios, infraestructuras-; el impulso tiene que ir más allá del mismo proyecto tractor. Estos proyectos tienen que ser un punto de partida, pero no un punto de llegada.

¿Qué perspectivas económicas sopesan para el segundo semestre de este año?
La extrema situación de incertidumbre en que nos encontramos hace difícil hacer previsiones, porque pueden cambiar de un día para otro. Dicho esto, nos preocupa mucho el sector primario porque capilariza la economía, con una distribución territorial muy importante, y está muy tocado por temas como la sequía, y habría que dedicarle una especial atención porque no es solo una cuestión económica sino también estructural. Segundo aspecto, ya tenemos indicadores que evidencian que por el incremento de los tipos de interés y la energía, las familias tendrán menos capacidad de consumo, un elemento fundamental para el dinamismo de la economía. Por lo tanto, tendremos una ralentización, sí o sí. Eso afectará a dos elementos importantes: el trabajo y la competitividad/productividad de las empresas. Ya vemos como se incrementa el número de concursos de las microempresas, y parar esta situación será una de nuestras luchas, también.

El sector primario está muy tocado, hace falta una atención especial porque es estructural

¿Qué actuaciones haría falta?
Entendemos la política del BCE, los incrementos de tipo para controlar la inflación, pero la medicina no puede ser la misma para todo el mundo si tenemos en cuenta que en Europa hay países, como España, que no tienen un paro del 6%, sino que es del 12% -y en Catalunya del 9%. Por lo tanto, reclamamos efectos correctores para armonizar la situación que provocan las políticas fiscales y monetarias porque no generan un ajuste de la economía real. Pedimos reglas de mercado justas, con configuración de precios justos y que faciliten la toma de decisiones ante el proceso de ralentización de la economía que se nos viene encima.

El mercado laboral está cambiando -el teletrabajo, la jornada de 4 días...-, ¿son aspectos que puede asumir la pequeña y mediana empresa?
Estamos ante populismos. Por ejemplo, para la jornada de 4 días, el gran problema que tenemos es la productividad y la competitividad, que las estamos perdiendo. Atentos a países como Francia donde eso ya ha tenido consecuencias. Lo que no se puede hacer es aplicar este tipo de políticas con ayudas públicas, porque mientras hay ayuda funcionan, pero cuando dejan de llegar los recursos públicos derivan en un grave problema. Hay que ir con cuidado y plantear y hacer las cosas bien. Quizás se podría hablar de sectores, de actividades... pero el handicap es aplicarlo sin perder productividad, porque si no nos engañaremos. Alerta con algunos experimentos porque también hay cuestiones legales a tener en cuenta. Por ejemplo, en Bélgica quieren hacer 4 días semanales pero con jornadas de 10 horas y eso es estresar el trabajo y se pueden provocar problemas de salud, de estrés. Todavía quedan muchas otras cosas que resolver antes que adentrarnos en aspectos como este.

¿Centrándonos en Catalunya, qué pasará con la Ley de Cámaras, que no está consensuada?
Pimec es el primer interesado en que haya una Ley de Cámaras, pero se tiene que hacer bien. Pero tal como se ha redactado el proyecto de ley -que todavía no ha entrado en trámite parlamentario porque ni los mismos partidos políticos han encontrado puntos de consenso- se rompen las reglas de la democracia en Catalunya. Las cámaras son entidades de derecho público tuteladas por la administración, por lo tanto, tienen una forma jurídica clara y recogida en el artículo 46.7 del Estatuto: las cámaras son entidades consultivas y las organizaciones empresariales de derecho privado son participativas. Entonces, en el momento en que se quiere hacer una ley para cambiar las reglas del juego del diálogo social, siempre encontrarán la oposición de Pimec, que no admite que se cambie las reglas de juego de lo que es público y de lo que es privado. No nos oponemos a la Ley de Cámaras, pero advertimos de las consecuencias que puede tener con el actual borrador. Explicamos que si se hace un reglamento como el que ahora está sobre la mesa se distorsionarán las normas del diálogo social y participativo.

¿Por lo tanto, tendremos Ley de Cámaras en 2023?
Confiamos en que en el momento que se configure el nuevo mandato de las cámaras, con diálogo y con la voluntad de querer hacer las cosas bien, tengamos una Ley de Cámaras del siglo XXI. Que ordene las funcionas de las entidades de derecho público y de los agentes sociales más representativos. Tener una ley que genere confusiones nos abocará a muchos años de litigios.

A quince días de las elecciones, ¿cómo valoran la campaña de las dos candidaturas que se presentan?
Respeto total para el proceso electoral de las cámaras. Pimec ni ganará ni perderá las elecciones en las cámaras. Por una parte, porque Pimec ya es parte de las cámaras, con nuestra representatividad. Sobre las candidaturas, decir que desde el primer momento alentamos a los socios de Pimec a que se presentaran por sus epígrafes, para que puedan ocupar los espacios del pleno de la Cambra con el objetivo de defender sus intereses, los de las micro y pymes catalanas. Nos consta que muchos empresarios y gremios de Pimec se han presentado y los apoyamos.

¿Pero hay más empresarios y gremios de Pimec vinculados a una de las dos candidaturas, no?
No exactamente. Tenemos representantes en las dos. Sí es cierto que hay una candidatura con un sesgo político, independentista, y la otra es una candidatura más empresarial y más transversal. Creo que los gremios y las organizaciones se sienten más próximas a la segunda.

En Catalunya, está pendiente la firma del Acuerdo Interprofesional, ¿cuáles son los puntos que los separan de Foment?
Sería muy interesante conseguir renovarlo para potenciar el marco de relaciones laborales y nos volveremos a sentar y a dialogar en los próximos meses para conseguirlo. Es un marco laboral de las relaciones y de los acuerdos sectoriales. Pimec considera que la negociación colectiva, cuanto más próxima está al territorio y a la empresa, mejor es para dar respuesta a la idiosincrasia de las diferentes realidades que hay en Catalunya, es más adecuado, y Foment lo rechaza.