Oriol Guixà Arderiu (Barcelona, 1952) ha sido nombrado presidente de la Fundació d’Empresaris de Catalunya, más conocida por FemCAT, un lobby que reúne a más de 500 empresas. Advierte contra la falta de decisión de los gobernantes que se ven acondicionados por la expectativa de futuros votos o por las reclamaciones de determinadas minorías. Y reivindica el papel de los empresarios cuando dice que "no somos los malos de la película". También preside La Farga, grupo metalúrgico de Les Masies de Voltregà (Osona) pionero en la tecnología de reciclaje del cobre, y es miembro del pleno de la Cambra de Comerç de Barcelona.
Acaba de llegar a la presidencia de FemCAT. ¿Cómo ha sido este proceso?
FemCAT tiene una característica muy positiva, que es que cada dos años nombra a un nuevo presidente y, a la vez, este nombra cuatro vicepresidencias. Y por otro lado, también renueva un tercio de los patrones. Eso da una dinámica muy positiva desde el punto de vista institucional porque permite renovar el espíritu, aportar nuevas ideas y sacudir la entidad cada dos años con el consiguiente enriquecimiento para los propósitos de la Fundación.
¿Piensa cambiar alguna cosa de FemCAT?
En el anterior mandato del presidente David Marín se elaboró un plan estratégico para ver hacia dónde teníamos que orientar la Fundación a largo plazo. Evidentemente, yo tiraré adelante este plan estratégico, en el que han participado todos los miembros de FemCAT. Sin embargo, básicamente, me gustaría centrarme en una serie de cuestiones. Por un lado, intentar promover la territorialización de Catalunya. Creo que estamos demasiado centrados en la parte metropolitana e, incluso, diría que en el área metropolitana y no tenemos en cuenta la riqueza y los activos empresariales de todo el territorio. Por eso me gustaría promover y potenciar una red de interrelación entre los nódulos de las diferentes ciudades de Catalunya. Expansionar esta red puede dar muchísima riqueza y relevancia al país.
No pretendemos ponernos medallas, lo que buscamos es que las cosas se hagan
¿Qué relación mantiene FemCAT con otras organizaciones empresariales, ya sea con patronales como Pimec y Foment o asociaciones como Barcelona Global?
En nuestro ADN siempre hemos tenido la cuestión de 'hacer'. Si hay alguien que 'hace', nosotros nos aproximamos y lo acompañamos. Es decir, lo que realmente buscamos es que en Catalunya se hagan cosas, por el bien del país y por el bien del mundo empresarial. Y por lo tanto, la relación que tenemos con todas las patronales, cámaras de comercio o Barcelona Global es en positivo: si hay proyectos que entendemos que son buenos para el país, nosotros nos apuntamos y acompañamos. Hay colaboración. Nosotros no pretendemos ponernos medallas por realizar cosas, lo que buscamos es que las cosas se hagan. Si las ha hecho una entidad u otra no es importante.
¿Qué hace FemCAT que no hagan otras organizaciones?
Nosotros incidimos en tres grandes bloques de actuación. Uno es el desarrollo del talento. Creemos que es fundamental ayudar a que se desarrolle con fuerza y, por eso, estamos muy involucrados en los consejos sociales de las universidades. En este sentido, también nos interesa la formación profesional dual como generadora de talento. Otro bloque fundamental es la investigación, que en Catalunya está muy potenciada, pero creemos que hay carencias respecto a la transferencia de esta investigación básica hacia el producto, la industria o la sociedad. Estamos focalizados en la innovación y la emprendeduría. Y por último, un bloque que consideramos que debemos empujar es el que llamamos 'la administración de calidad'. Creemos que, para el desarrollo del mundo empresarial catalán, existen demasiadas trabas administrativas.
¿Han conseguido eliminar trabas administrativas?
Estamos empujando para conseguirlo. Una cosa son las trabas administrativas o la burocratización de la administración y, otra cuestión, son las carencias de los gobernantes para gobernar. A ver si me sé explicar: los ciudadanos elegimos a quien nos tiene que gobernar, pero, cuando han sido elegidos, hace falta que estos gobernantes decidan por el bien del país y no exclusivamente mirando los futuros votos que recibirán. Hay muchas cosas que requiere el país que están frenadas por falta de decisión de los mismos gobernantes y eso, en el fondo, es no asumir la responsabilidad de gobierno.
Desde determinados medios se ha hablado mucho de que el procés ha perjudicado a la economía catalana, otros ponen énfasis en la bipolarización o en las malas políticas. ¿Determinadas políticas perjudican a la empresa?
A nosotros no nos gusta hablar de política, no es nuestra tarea. Nuestro objetivo es contribuir a desarrollar Catalunya desde un punto de vista empresarial y como país sostenible. Pero debemos aproximarnos a los políticos para darles nuestra opinión empresarial. ¿Entonces, la influencia del procés nos ha hecho bien o nos ha perjudicado? Más que esta influencia, lo que realmente está haciendo daño al país desde un punto de vista económico y empresarial es esta indefinición, o sea, esta falta de gobernanza. Es necesario que los que están en el gobierno definan las políticas de expansión del país, que no pueden estar condicionadas, como muchas veces lo están, por los futuros votos que puedan obtener. Hay cosas que hay que decidirlas y quien lo debe hacer es el gobierno.
¿El problema es que no se gobierna?
Hay una falta de claridad hacia donde quieren llevar el país. Eso le corresponde al gobierno, por eso ha sido elegido y, por lo tanto, es su responsabilidad.
¿Se refiere al gobierno de España o de Catalunya?
Nosotros estamos centrados en los planteamientos que creemos que se deberían hacer desde Catalunya. Hay una cuestión que me gustaría activar que son los viajes de benchmark de FemCAT. Hemos realizado nueve viajes a diferentes países del mundo para ver cosas concretas que son excelentes. Hemos estado en Baviera analizando la formación profesional dual. Hemos estado en Israel analizando la excelencia de sus start-ups. Hemos estado en Estonia por la digitalización de la administración, que es el país más digitalizado del mundo. Hemos estado en Boston por la investigación de sus centros de salud. El último viaje ha sido a Suiza para ver cómo aplican la innovación. De cada viaje se han sacado aprendizajes. Nos gustaría recopilar todas estas conclusiones y llevarlas a los partidos políticos para decirles lo que pensamos. Creo que podría ser una ayuda importante: exponer las buenas prácticas que se podrían aplicar.
¿Por ejemplo, en formación profesional, que proponen?
Se podría avanzar mucho más de lo que lo hemos hecho. Por ejemplo, aplicando un poco el modelo alemán de la formación profesional dual, que está muy relacionado con la administración y las empresas a través de las cámaras de comercio. Es un montaje de gran éxito realizado con el concepto alemán.
Para evolucionar la economía, la unión de la parte pública y la privada puede dar grandes resultados
¿Este planteamiento tiene aceptación en la administración de aquí?
Se han dado pasos para incorporar el mundo empresarial. Pero debería haber una gobernanza pública-privada, cosa que aquí no se está planteando en este sentido. Uno de los espíritus de FemCAT desde su constitución es el concepto público-privado. Creemos que, para evolucionar la economía, la unión de la parte pública y la privada puede dar grandes resultados.
¿Y tienen una posición sobre la energía?
Sin duda, la energía es fundamental para el país y se están poniendo muchos impedimentos para desarrollar una filosofía energética propia en Catalunya. Nos encontramos con trabas para desarrollar parques eólicos o fotovoltaicos. Sobre la energía nuclear, de momento, la debemos mantener, eso no quiere decir que, a la larga, tenga que desaparecer, pero, transitoriamente, la necesitaremos. El problema energético es realmente preocupante. Por ejemplo, ahora nos encontramos con una situación que, para mí, es un contrasentido: se nos está diciendo que no utilicemos productos que vengan de Rusia a causa de la guerra en Ucrania, pero casi el 80% del gas que importa España es ruso. Con respecto a la energía, hay que meditar muy bien cuáles son los pasos que se deben dar. Ha habido una falta de planificación global, ya no digo a España sino en toda Europa.
Hace unos años, Catalunya era líder en renovables y ahora se encuentra en la cola del Estado. ¿Cuál es el motivo?
Las líneas rojas y la falta de decisión del gobierno, o sea, la angustia de definirse en proyectos.
¿Eso también pasa con el aeropuerto del Prat?
Sí, con el aeropuerto y con infraestructuras pasa lo que decíamos antes: hace falta que el gobernante gobierne y no puede ser que esté acondicionado por cuestiones de futuros votos o de reivindicaciones de una parte de la comunidad relativamente pequeña, que eso condicione a todo el resto de la población. Y, además, debemos tener en cuenta que la administración está compuesta por dos grandes bloques: la parte política y la parte técnica. Y esta última, debido a muchas cosas que han pasado en el país, tiene miedo a asumir las responsabilidades que le tocan.
Eso comporta paralización...
Exacto. Está claro que la responsabilidad es de ellos y, por lo tanto, lo que hace falta es encontrar la fórmula para poder desencallar estas trabas que acaban afectando al mundo empresarial. Deberíamos conseguir una Catalunya mucho más ágil en todos los sentidos.
FemCAT mantiene que su objetivo es "hacer de Catalunya uno de los mejores países del mundo". Eso ha provocado que desde determinados medios se les acuse de independentistas, soberanistas... ¿Se les puede situar en alguna posición?
Dentro de FemCAT hay corrientes en todos los sentidos, pero una cosa está clara: todos sus miembros intentamos sacar adelante Catalunya y hacerla potente, internacionalizada y fuerte en la vertiente empresarial. No hay dudas al respecto. Pongo un ejemplo, que para mí es muy significativo: Isabel Ayuso pretende hacer de la Comunidad de Madrid un polo potentísimo, mundial, y nadie dice que es independentista. Con eso ya está todo dicho. O sea, nosotros pretendemos que Catalunya sea un polo importantísimo, pero eso no significa que debamos ser independentistas.
No somos los malos de la película
¿Sobre el mundo de la empresa, cuáles son los principales problemas en este momento?
Al empresario lo tendríamos que dejar hacer, que su espíritu emprendedor, su capacidad innovadora, no se vea coartada por dificultades, digamos, administrativas a la hora de conseguir los permisos que correspondan. Por otro lado, otra dificultad a la que se enfrenta el mundo empresarial es una cierta inestabilidad jurídica: con el volumen de normativa que tenemos es imposible. El espíritu latino es el de decir 'yo lo reglamento todo porque no me fío del ciudadano'. En cambio, el espíritu anglosajón es de decir 'pongo las normas globales y el ciudadano ya las cumplirá bajo su responsabilidad'. Y si no las cumple, entonces cae el peso de la ley. Yo creo que esta diferencia de espíritu genera una traba importante para el desarrollo empresarial. Deberíamos conseguir que se aceptara que el ciudadano no es un delincuente. No somos los malos de la película. Siempre digo que el mundo empresarial y la empresa es la cosa más progresista que existe. Para desarrollar un país, hacen falta empresas y empresarios. Y, por lo tanto, protejámoslos, ayudémoslos, porque eso es lo que realmente crea progreso. Pero en muchos países, concretamente aquí, el empresario está mal visto.
¿En esta opinión, cree que las posiciones de Yolanda Díaz tienen alguna cosa que ver?
La ministra se dedica a hacer su trabajo. En el fondo, defiende sus ideas y su posición.
¿Cómo valora la propuesta de Yolanda Díaz de reducir la jornada laboral pero manteniendo el salario?
Es una filosofía que se está aplicando un poco por todas partes. Para mí, el problema está en el absentismo, en cómo se puede motivar el trabajo, en cómo conseguimos que las horas que trabajamos sean realmente efectivas.
¿Hay un problema de productividad?
Sí, claramente. Antiguamente, el trabajador era el débil, pero ahora lo es la empresa. Deberíamos intentar equilibrarlo. Por ejemplo, una de las cosas que me horroriza es que si yo estoy circulando y he bebido más de la cuenta, si me paran, me pueden sancionar. Pero yo, como empresario, si veo que un trabajador ha bebido más de la cuenta, no puedo hacer nada. Y si tiene un accidente dentro de la compañía, será culpa mía. Eso no tiene ningún sentido.
Sobre los fondos europeos, ¿continúa la sensación de que no están llegando?
Con los fondos europeos también pasa lo que comentaba antes que el administrador no se fía del ciudadano. De hecho, la administración central no se ha fiado ni de la propia administración. Eso ha provocado que todos los procesos hayan sido muy farragosos y con una gran descoordinación. No se han fiado ni de los mismos ministros y optaron por coordinarlo desde la presidencia. Y dices, si la organización del Estado se sustenta en ministerios y con muchas transferencias a las comunidades, lo lógico sería que se hubiera coordinado e implementado desde cada una de las comunidades.
Cuando se encuentre con el presidente Pere Aragonès, ¿cuál será la primera cuestión que le planteará?
Insistiré en extraer de los viajes de benchmark de FemCAT lo que realmente se debería implantar como país. Estos viajes han sido muy potentes desde un punto de vista de mirar cómo debería ser la Catalunya del futuro.