Joaquín Andrés (Caracas, Venezuela, 1971) fue la principal cara visible de la huelga de riders de Glovo Market que en agosto del año pasado denunció la precarización en la empresa, poco después de que se aprobara una ley rider que obligaba a contratar los falsos autónomos que trabajaban de repartidores. Solo hacía un año que había llegado de Venezuela cuando se puso a liderar manifestaciones. La empresa reaccionó enseguida y lo contrató a él (fue uno de los primeros) y a un grupo más. Lo primero que hizo cuando cumplió seis meses en plantilla fue liderar la creación del primer sindicato de este tipo de plataformas en España, y ahora preside el comité de empresa de Glovo Market de la mano de Comisiones Obreras.

Un año y medio después de la creación de la ley y tres meses después de que Yolanda Díaz anunciara una multa de 79 millones a Glovo por no cumplir la ley, asegura que "la mayoría de trabajadores todavía son autónomos y falsos autónomos" en el reparto de restauración, a diferencia de los supermercados. Y, más allá de que se cumpla la ley o no, "después de regular la  situación del repartidor, hay que sacarlo de la precariedad", afirma. Andrés, de baja porque le salió una vértebra en una caída mientras trabajaba, todavía ejerce como líder sindical. Está contratado también con Getir—-hacía jornada partida— y también participó en la creación del sindicato de la plataforma turca, que acaba de comprar Gorillas.

¿Un año y medio después de la aprobación de la ley, todavía existe la figura del falso autónomo en Glovo?
Sí, Glovo todavía no cumple la ley rider. Solo tienes que preguntar a la gente que está trabajando en la calle. Los que trabajamos en Glovo Market estamos contratados, pero los que trabajan para restaurantes mayoritariamente son autónomos, y algunos también falsos autónomos.

¿No se ha llevado a cabo, entonces, la regularización de 10.000 trabajadores que se anunció, 8.000 de ellos en Barcelona?
Esta era la intención, pero ahora mismo no hay esta cantidad de trabajadores contratados, ni mucho menos. En Barcelona somos 270 personas contratadas, 210 trabajadores, 52 pickers y seis administrativos de recursos humanos y fleet manager, esto en supermercados. Los repartidores de restaurantes todavía son autónomos. ¿Cuántos son? Eso no lo sabemos. Todavía hay intermediarios que tienen cuentas abiertas y tienen trabajando a gente que no es autónoma, y se quedan con parte de lo que ganan. Son como una mafia. Algunas cuentas las desactivan por esta práctica, pero no todas. Después hay repartidores que prefieren ser autónomos porque ganan más, y es cierto que a algunos trabajadores que no están regularizados los ayuda el hecho de poder trabajar de esta forma.

Todavía hay intermediarios que cobran para tener trabajando por su cuenta a repartidores sin papeles, son como una mafia

Entonces, aunque se cumpliera, la ley rider no es suficiente para estos trabajadores sin papeles.
No, no lo es. Lo que hace falta, primero, es que tengan documentos y permiso de trabajo para poder trabajar de manera formal y pagar sus impuestos. Y en eso Glovo tampoco no se ha implicado. Nosotros hemos podido ayudar a algunas personas desde Comisiones Obreras, pero no a todas.

¿Cómo es la mediación sindical con Glovo?
Bueno, ellos son nuevos en este proceso, como yo. Siempre les digo que yo no quiero golpearlos, sino que ayuden al personal a trabajar con eficiencia. Si a un trabajador lo cuidas más y le pagas mejor, trabajará mejor y no se irá a la mínima que le ofrezcan 50 euros más en otro trabajo. Falta que humanicen al trabajador, que muchas veces lo ven solo como un número. Más allá de alcanzar o no el contrato, es una empresa con la cual cuesta comunicarse, los supervisores muchas veces no están presencialmente y falta mucha transparencia. Con la ley, que es muy positiva a pesar de todo, nos hemos laboralizado, pero ahora nos toca salir de la precariedad.

Joaquín Andrés, presidente del comité de empresa de Glovo Market | Fotografia: Montse Giralt

¿Y consiguen avances en este sentido?
Sí, ahora hemos conseguido que nos pongan motos, a los que tenemos carnet de conducir, y que nos paguen todos los festivos y domingos, con el precio de la hora extra que toca, que no se nos pagaron el año pasado. ¿Pero qué pasa con los que no tienen moto y van en bicicleta? Todavía la pone el trabajador. También nos prometieron que nos darían un teléfono móvil, y todavía voy con el mío (lo enseña, con la pantalla rota), como la mayoría de trabajadores. La ropa que nos están dando para la lluvia no funciona cuando vas en bicicleta, es demasiado fina...Y la presión para hacer las entregas a tiempo es muy estresante. Tenemos un 18% de bajas médicas sobre el total de la plantilla, que cada día sube más por los pesos excesivos de las entregas, por los accidentes y por el estrés laboral.

¿El suyo es un ejemplo, verdad?
Sí, me caí cargando dos cajas con seis botellas de agua y la mochila. Me dijeron que se me había salido una vértebra, y ahora estoy esperando a que me operen.

¿El caso de un repartidor que fue despedido después de morir en Italia es una muestra de esta deshumanización que denuncia?
Sí, una de las cosas que reclamamos es que haya y se cumpla un protocolo de accidentes. Hace dos meses, tuvimos un trabajador en Barcelona que fue atropellado, y después supimos que estaba siendo perseguido por su superior, que insistía en decirle que no llegaba a tiempo a las entregas; tenía amonestaciones y todo. Después del accidente, nadie se enteró. Tuvo que ser su mujer, que recorrió todos los hospitales de la ciudad, quien lo enconrtó ingresado en el Vall d'Hebron. Todavía está de baja.

Hace dos meses, tuvimos un trabajador en Barcelona que estaba siendo perseguido por su superior y fue atropellado. Nadie lo supo hasta que su mujer recorrió todos los hospitales y lo encontró ingresado en el Vall d'Hebron

Glovo, como otras empresas del sector, han presentado pérdidas en los últimos meses después del crecimiento irreal de la pandemia. ¿Cómo afecta a eso a los trabajadores?
Hace tiempo que pido la información económica y no nos la dan. [En el último informe publicado por la matriz, Delivery Hero informó de que Glovo, con sede en Barcelona, habíaperdido 478 millones en el año 2021, cinco veces más que el año anterior]. Siempre hablan de números rojos, pero no son concretos. La precariedad estaba y sigue, haya o no haya caídas en la bolsa, y los despidos son continuos y con pocas justificaciones, o que se dan después de que el jefe (infleet manager) les cambiaba constantemente de turno o de tienda para reclamar cosas naturales. En esta empresa, si reclamas te montan una buena. Hemos perdido un 30% de nuestra plantilla de contratados por despidos diversos.

¿Y otros movimientos como la compra de Getir de Gorillas?
Eso nos fastidió, porque siempre hablan de pérdidas, pero después van y compran otra empresa. Los compañeros de Getir, donde también trabajo, también estamos al límite, nos falta mantenimiento de las herramientas y trabajamos con una presión sobre el tiempo de entrega que no podemos cumplir. Además, Getir no está funcionando. Siempre que lo pruebo, no me deja pedir compra porque hay demasiada cola de pedidos, y entonces no te deja entrar. Eso en Glovo no pasa, porque acumula pedidos aunque todos los repartidores estén ocupados.

¿Por eso a veces la comida llega frío? ¿No hay un control de donde está el repartidor para enviarlo a hacer otra entrega?
Sí, por eso a veces llega frío. Hay un control, lo intentan automatizar todo con las herramientas de inteligencia artificial, pero es habitual que te avisen de una próxima entrega cuando todavía estás a seis kilómetros del lugar adonde tienes que ir a hacer otra.

¿Y no les importa perder a los clientes?
No, porque pierden a uno y ganan tres más.

Antes hablaba de quién prefiere seguir de autónomo y a la vez que la ley rider es positiva. ¿Es porque hace falta un modelo intermedio?
No, la ley rider es positiva porque nos reconoce laboralmente, y eso es positivo. Muchos de los que prefieren ser autónomos en verdad acaban ganando menos porque tienen que pagar mucho a Hacienda, pero no siempre son conscientes de ello. La clave, en primer lugar, es que la gente pueda trabajar con documentación para salir de la ilegalidad y pagar sus impuestos, en los casos de repartidores que tienen contratados los intermediarios. Y, después, además de estar reconocido laboralmente, hay que salir de la precariedad. Si dejo de ser autónomo pero gano el salario mínimo interprofesional, en ciudades con los costes que tiene Barcelona, por ejemplo, pues tampoco te da para vivir. Tenemos que salir de la precariedad. Nos gustaría entrar en el convenio de los supermercados y cobrar sueldos decentes, de como mínimo 1.500 o 1.600 euros.

Joaquín Andrés / Foto: Montse Giralt

Es un sueldo al cual hay mucha gente de muchos sectores que no llega.
Sí, este es el problema de España, que los empresarios no quieren pagar a sus trabajadores como es debido. Si pagas bien a un trabajador y está sano, está contento, te defenderá. En cambio. Glovo ni siquiera conoce a sus trabajadores. Hay repartidores que son médicos, que son arquitectos, yo tengo un máster en finanzas... Hace falta que nos humanicen y nos paguen mejor. Si parte de lo que ganan lo pagan en impuestos, ¿no es mejor pagar salarios que pagar impuestos?

Hace unas semanas, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, bloqueó la ley rider europea, que quería regularizar 5 millones de autónomos en toda Europa, porque la consideraba poco ambiciosa. ¿Qué opina?
¿Si no cumplen una ley vigente en España, tú crees que harán caso a una normativa europea? No, aquí hacen lo que quieren, y una de las cosas que reclamé a la ministra Yolanda Díaz cuando me invitó a las jornadas Sumar en Sabadell fue que refuercen la inspección a fin de que sean más rápidos al dictaminar y hacer cumplir las leyes. Y que las empresas se peguen al convenio que les corresponde, no al que les apetece para enriquecerse.

¿Si no cumplen una ley vigente en España, crees que estas empresas harán caso a una ley europea?

Usted se marchó de Venezuela y es opositor de Maduro. ¿Le reprochan algunos compatriotas que se alinee con la izquierda aquí?
Yo no soy ningún cordero que sigue a un pastor. El que me ayude a mí y a mis compañeros es quien marca el camino. Me dicen que Comisiones Obreras es de izquierdas, y les digo, ¿y qué pasa? No me han dicho qué tengo que hacer, ni como pensar. Me dan apoyo para mejorar las condiciones y la vida de la gente. Tengo muchos amigos independentistas; mi abuelo, español, era de izquierdas... Y no pasa nada.

¿Cómo surgió la posibilidad de presidir el primer comité de Glovo?
Hicimos las huelgas del año pasado, que tuvieron mucho éxito, conseguimos que cerraran ocho tiendas y que todos los trabajadores de los supermercados nos uniéramos en una tienda de la calle Girona. Vino Carmen Juares, activista de Comisiones Obreras, y nos ayudó a organizar las movilizaciones a fin de que no fuéramos todos despedidos. Intentamos a hablar con Glovo, no nos quisieron escuchar, y poco a poco, de aquellas conversaciones con los sindicatos surgió la idea de que yo presidiera el primer comité de empresa que conseguimos sacar adelante.