Joaquín Pérez Rey (Madrid, 1973) ha saltado de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde es profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y director del Departamento de Derecho del Trabajo y Trabajo Social, al despacho del Ministerio de Trabajo como secretario de Estado de Empleo y de Economía Social, un sueño para cualquier jurista de derecho laboral. Su currículo como docente e investigador es denso en libros y artículos publicados y en distinciones. Recibe a ON ECONOMIA el día siguiente de que empresarios y sindicatos firmasen el acuerdo salarial y recién terminada la reunión de diálogo social sobre el Estatuto del Becario. Sobre su mesa, los papeles remitidos al Consejo de Ministros extraordinario por los efectos de la sequía. Repasa los temas pendientes que quedan para el resto de la legislatura, pero también valora su gran logro en el ministerio: la reforma laboral. Sobre Yolanda Díaz, dice que es intenso trabajar a sus órdenes, porque es una mujer “muy trabajadora”.

Esta semana se ha firmado el acuerdo salarial entre empresarios y sindicatos. ¿Cómo se valora desde el Ministerio de Trabajo?
Es una magnífica noticia, por lo que doy la enhorabuena a los interlocutores sociales, pues, una vez más, han vuelto a estar a la altura de lo que el país necesita en un momento crucial para defender los salarios del efecto de la inflación. Es evidente —e incluso la patronal al firmar la AENC lo reconoce— que los salarios eran víctimas y en ningún caso culpables del alza de los precios. Además, el acuerdo tiene una riqueza de contenidos más allá de la subida salarial, ya que incorpora elementos clave para el desarrollo de la reforma laboral. Así pues, decir que es una magnífica noticia, que el Ministerio de Trabajo venía muchísimo tiempo animando a los interlocutores sociales a que cerrasen ese acuerdo y desarrollasen algunas partes de la reforma laboral.

¿Cree que el acuerdo va a desbloquear los 1.300 convenios colectivos atascados?
Cuando se negocia en la cumbre, el mensaje que se traslada es que hay que poner fin a las dificultades de la renovación de los convenios y creo que el AENC lanza un mensaje positivo en esa dirección. Habrá que ver, pero tengo la esperanza de que consiga desbloquear los convenios. Y allá donde no se desbloqueen, hay que confiar en los elementos que la reforma laboral ha fortalecido de la negociación colectiva para que se puedan mantener unas condiciones de trabajo adecuadas para el conjunto de los trabajadores de este país.

¿Cree que hay ganadores y perdedores en la negociación del acuerdo salarial?
Ganan los trabajadores y las trabajadoras y ganan las empresas de este país, pero también gana la sociedad en su conjunto. Es un acuerdo que encuentra un equilibrio adecuado y no creo que se pueda plantear en los términos de ganadores y perdedores. Un acuerdo siempre es una victoria.

Sobre los temas pendientes en el Ministerio de Trabajo, ¿cree que al final de la legislatura se va a poder aprobar alguna reforma más?
Obviamente, estamos en un periodo muy avanzado de la legislatura y los trabajos parlamentarios son muchos y el tiempo escaso, pero confío en que estemos a tiempo de incorporar reformas importantes al mercado de trabajo, seguramente, en la época más reformista en el área laboral de la democracia. Pero todavía confío en sacar adelante un anteproyecto decisivo como el de la economía social, estoy convencido de que también lo hará el Estatuto del Becario y otros de formación para el empleo. Y, naturalmente, la reforma del nivel asistencial, que es uno de los compromisos con Europa, que debe aprobarse este año.

El Estatuto del Becario está teniendo dificultades. ¿Los sindicatos se quejan de que la CEOE lo tiene bloqueado?
Hay un texto muy serio encima de la mesa que hace un tratamiento acorde a la complejidad de un tema con tantas aristas, pero el texto es un lugar de encuentro. Y, efectivamente, la patronal tiene que decidir, y hacerlo de manera rápida, si se involucra en un pacto que es esencial para avanzar en la formación dual, para garantizar formación de calidad, para garantizar que las empresas sean esenciales en el engranaje formativo que este Gobierno está construyendo, y dejar definitivamente atrás que la formación se convierta en una mera excusa para abundar en la precariedad, en las malas condiciones de trabajo o en la sustitución de trabajo productivo. Yo que llevo algunos años negociando con la patronal, no tengo duda que su espíritu es incorporarse de pleno derecho a un acuerdo que nos haga avanzar en ese tipo de formación, que evite cualquier rastro del uso de falsos becarios, de fraude; pero tiene que dar pasos decisivos y avanzar en la mesa. Queremos incorporar a la patronal a este acuerdo; creo que ha participado en todos los elementos decisivos que durante esta legislatura han alterado las reglas del mercado de trabajo: gestionamos la pandemia de manera conjunta, la reforma laboral y hemos ordenado la prevención de riesgos laborales. Y ahora queda la pieza esencial de la formación y las prácticas en las empresas y queremos hacerlo de manera conjunta. Pero es cierto que la patronal tiene que avanzar, que salir de ese elemento de inacción, de no tomar decisiones y tiene que comprometerse seriamente con unas prácticas de calidad, que huyan del fraude y que garantice a empresas y becarios condiciones adecuadas.

"Se echa en falta un poco más de claridad sobre la posición de la CEOE en el Estatuto del Becario"

En la mesa ya se ha aceptado, como pedía la CEOE, que se mantengan las prácticas extracurriculares, aunque limitadas a 450 horas. Entonces, ¿dónde está el problema de la patronal?
Es una pregunta que hay que hacer a la CEOE, porque es cierto que se echa en falta un poco más de claridad sobre cuál es su posición sobre el texto. Tras la reunión de este jueves, estoy seguro que hará un ejercicio de reflexión interna y logrará concretarnos en qué aspectos se separa del texto que está sobre la mesa que, insisto, es un texto muy equilibrado, muy trabajado, y muy dialogado tanto con los interlocutores sociales, como con las Universidades y con otros ministerios competentes. Concita buena parte de consensos y allí donde no los concite, y esto parece que es la posición de la patronal, pues hay que buscar claramente cuáles son los elementos de separación.

Sobre la reforma del “tiempo de trabajo”. ¿Se acabará imponiendo la jornada de 4 días?
Mantenemos un planteamiento bastante integral respecto del tiempo de trabajo. Es cierto que un país que lleva más de un siglo con la misma jornada, no puede seguir estando ahí. Y, por tanto, es necesario avanzar en sistemas de reducción de jornada, sobre todo en un momento donde estamos asistiendo a un crecimiento de la productividad de las empresas, que cada vez justifica menos esta jornada, inmutable desde hace un siglo. Pero es cierto que el planteamiento de jornada no solo se puede quedar en un elemento de reducción cuantitativa, sino que hay otros elementos cualitativos que son decisivos. Por eso nosotros hablamos de un planteamiento de usos del tiempo, no solo de la reducción de la jornada. Porque hay que avanzar, insisto, en la reducción de la jornada y evitar los excesos, pues en este país se hacen muchas horas extraordinarias y de ellas, muchas sin ser pagadas y que seguramente sería el primer elemento en el que tendríamos que avanzar. Precisamente, la Inspección de Trabajo está generando modelos informáticos y algorítmicos para luchar contra lo que es una costumbre de los excesos de jornada. Pero también hay que avanzar de manera cualitativa, porque muchas veces, a los trabajadores no les interesa tanto si trabajarán cuatro días a la semana o 5 o 3, sino colocar su tiempo de trabajo en momentos compatibles con su vida. Por lo tanto, la jornada no solo hay que tratarla desde el aspecto cuantitativo, sino del cualitativo.

Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Economía / Foto: Ana Beltrán

¿Ese factor cualitativo, en qué se concreta?

Hay que enriquecer las posibilidades de los trabajadores de ajustar sus jornadas a sus propios ciclos y a sus propios tiempos vitales. Hasta ahora, la jornada se ha tratado desde el punto de vista unilateral de los empresarios que ponen los horarios cuando a las empresas más les beneficiaban. Y de hecho, el Estatuto del Trabajador está lleno de referencias a la distribución irregular de la jornada por parte de las empresas. En este sentido, creo que hay que bilateralizar ese tratamiento de la jornada y que los trabajadores también puedan colocar la jornada cuando les venga bien. Por lo tanto, sí a la reducción, no a los excesos de jornada y horas impagadas; pero ¡ojo!, esto en el contexto de un marco también cualitativo de distribución de la jornada, acorde con las necesidades vitales y personales de los trabajadores y las trabajadoras.

En una supuesta reforma de la indemnización por despido. ¿Se esperará a la resolución del Consejo Europeo de Derechos Sociales o se abordará antes?
Sobre cómo reparar los elementos derivados del despido, el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de la Carta Social Europea es nítido, tanto que ha sido este Gobierno el que ha ratificado la versión reciente de la Carta, lo que, por cierto, ha posibilitado a las organizaciones sindicales canalizar su reclamación ante el Consejo Europeo de Derechos Sociales. Por lo tanto, es evidente que el Gobierno tiene toda la intención de cumplir con la Carta Social Europea y, en concreto, con lo que diga a propósito del despido reparatorio y disuasorio. Habrá que esperar a ver qué dice el Consejo Europeo de Derechos Sociales, que ya quizás se puede intuir, con lo que ha ocurrido en países de nuestro entorno. Y bueno, naturalmente habrá que cumplir fielmente con lo que diga la Carta Social Europea.

¿Qué se va a reformar del sistema de prestaciones asistenciales que abona el Sepe?
El compromiso que tenemos con Europa, y en el que estamos trabajando, es simplificar nuestro sistema, que tiene alguna complejidad, también administrativamente, para que las personas que tienen que recurrir al nivel asistencial les sea mucho más sencillo sin trabas burocráticas y, también hay que avanzar en garantizar una cobertura adecuada, evitando algunas de sus lagunas. Se está ultimando y es la última reforma de todas las que nos comprometimos a hacer con Europa. Y, con ella, el nivel asistencial saldrá reforzado, mejorado y simplificado.

Aumentar la “democracia en las empresas” es otra de las reformas de las que han hablado reiteradamente. ¿En qué va a consistir?
Es uno de los elementos pendientes de la regulación laboral en España. Uno de los compromisos constitucionales que menos está desarrollado es el que habla de la participación de los trabajadores en la empresa. España se ha conformado con una participación muy débil de los trabajadores, una participación a través de los comités de empresa o de los delegados de personal y es necesario avanzar más allá; pero avanzar por avanzar en democracia y que los lugares de decisión sean cada vez mayores, aunque también en avanzar en eficiencia de las empresas. De hecho, va a ser una de las prioridades de la Presidencia europea y ya estamos avanzando en este terreno, suscitando algunos debates. Hemos encargado un informe al Comité Económico y Social Europeo para que nos diga cuáles son los elementos de democracia en los que podemos avanzar en las empresas.

¿La modernización del Estatuto del Trabajo saldrá antes de que se acabe la legislatura?
Es el momento de que haya una regulación que contemple el conjunto de formas de la prestación de actividades profesionales y, por lo tanto, nos sentimos más cómodos en el marco de un Estatuto del trabajo que del trabajador por cuenta ajena. La incorporación del trabajo autónomo o de la economía social es una cosa decisiva y el compromiso es avanzar en ese Estatuto. En primer lugar, que es en lo que estamos, constituyendo los elementos de debate en el conjunto de la sociedad y con los expertos que nos ayuden a poder avanzar en una propuesta.

Han puesto en marcha una estrategia para desarrollar el trabajo autónomo. ¿Se ha concretado en medidas?
Es la primera estrategia integral del trabajo autónomo y muchas de esas líneas ya las estamos  desarrollando en el terreno formativo, el asesoramiento, en el del emprendimiento con garantías, que es algo que la ley de empleo ha reforzado mucho. Pero también en el refuerzo del diálogo social con los trabajadores autónomos para seguir avanzando. Hemos dado pasos muy importantes en materia de formación, destinando cantidades muy importantes a los autónomos.

La reforma laboral es el mayor logro del Ministerio. ¿Es la reforma con la que soñaba como profesor de Derecho Laboral?
La reforma con la que uno sueña es una reforma excesivamente perfecta para tener cuentas con la realidad. Pero sí es cierto que ésta es la reforma, a mi juicio, que ha afrontado de manera eficaz, urgente y sin ninguna restricción, el problema más grave del mercado de trabajo en España: la excesiva temporalidad que nos hacía una anomalía con Europa, nos convertía en un bicho raro y arrastraba consecuencias perniciosas. Era un auténtico cáncer que la reforma laboral le ha dado un tratamiento de choque eficaz y en muy poco tiempo. Por lo tanto, es poco discutible que esta es la reforma laboral más eficaz de nuestra historia. Los resultados son espectaculares, que se anticiparon al primer día y se multiplicaron exponencialmente cuando entró en vigor de forma completa. Si alguien hubiera dicho que un año después de una reforma, en este país, uno de cada dos contratos iba a ser indefinido cuando antes de la reforma era uno de cada diez; que íbamos a tener una tasa de temporalidad en el sector privado del 13,7%, similar a la europea, o que íbamos a lograr tener más trabajadores indefinidos que nunca, muchos de ellos jóvenes; pues creería que estaba en un sueño.

"Estoy muy contento con la reforma de los fijos discontinuos"

Los fijos discontinuos han generado mucha polémica. ¿Han detectado si hay más despidos en los nuevos contratados o si los periodos de inactividad son más largos?
Estoy muy contento de la reforma de los fijos discontinuos, que ya existían, pero que no se utilizaban porque las empresas tenían la posibilidad de recurrir a trabajadores de usar y tirar y las labores estacionales siempre se han realizado con eventuales, a los que no se les garantizaba el trabajo. Ese panorama ha cambiado radicalmente. Hoy las labores estacionales garantizan la continuidad en el trabajo, la plenitud de derechos, la antigüedad, la protección frente al despido y una adecuada protección social. Dicho esto, el impacto de los fijos discontinuos en el empleo en España es todavía muy pequeño, pues el empleo que estamos creando tiene una vía preferente, que es el contrato indefinido ordinario a tiempo completo, y los fijos discontinuos constituye apenas el 3% de la ocupación, como nos dice la EPA, o el 7%, como mucho, de la afiliación. Pero, además, cualquier desviación que hubiera de este modelo que de momento no la detectamos, está siendo rigurosamente vigilado por la Inspección de Trabajo que tiene campañas específicas para el control de los fijos discontinuos.

¿El sector de la educación es uno de los sectores que podría tener más anomalías?
Vamos a controlarlo, no tanto el uso de los fijos discontinuos, sino el uso de la temporalidad en las actividades educativas a través de la Inspección, para ver si constituye una anomalía. Sabiendo las dificultades que tiene, que buena parte de ese empleo está vinculado a las administraciones públicas y, en concreto, responsabilidad de las comunidades autónomas. Pero bueno, eso no será óbice para que la Inspección haga un seguimiento riguroso de esas actividades.

El ministerio se ha enfrentado a una huelga de inspectores. ¿Cómo la están viviendo?
Primero, poner en valor el trabajo de la inspección, que desborda incluso lo que se le puede pedir a un servidor público. Luego, señalar que el compromiso del Ministerio con la inspección es decisivo, clave e intenso, sin excepciones. Después, recordar que este Gobierno ha incrementado o va a incrementar en los próximos meses el número de inspectores por encima de cualquier otra oferta de empleo público. Hablamos de aumentar la plantilla de actuantes en un 30% y el personal de apoyo en un 20%. Naturalmente hay que seguir incidiendo en la reforma de la relación de puestos de trabajo y la adaptación del organismo a los nuevos tiempos. Estamos trabajando intensamente con el Ministerio de Hacienda y Función Pública, que tiene las competencias sobre la reforma de los funcionarios públicos, para que haya una propuesta con carácter inmediato, que combine las cosas: una Inspección modernizada con una relación de puestos del trabajo adecuada a 2023 y con una remuneración adecuada al nivel de responsabilidades que vamos a exigir a esa Inspección.

¿Para cuándo esperan la propuesta?
Nos hablaron de que quizá esta misma semana podríamos tener una propuesta.

El teletrabajo va perdiendo terreno. ¿Supone un fracaso de la ley del teletrabajo?
La ley establece un marco mucho más adecuado y moderno de relaciones laborales a distancia, basado en la voluntariedad, que es el capital más importante de esa ley, que dice que cuando el teletrabajo es voluntario, se tiene que llevar a cabo en un entorno de garantía de derechos, de compensaciones adecuadas, de garantía de participación y, por lo tanto, es una ley decisiva que transpone la normativa europea. Que el teletrabajo se use más o menos no tiene que ver con la ley. Además, el hecho de que los interlocutores sociales en el acuerdo de negociación colectiva se hayan comprometido a desarrollar esta ley, generará un impulso al trabajo a distancia, aunque no fuese uno de los objetivos fundamentales de la ley.

"Es muy satisfactorio trabajar con Yolanda Díaz"

 

¿Cómo es trabajar a las órdenes de Yolanda Díaz?
Es intenso porque es una mujer muy trabajadora, pero una gran conocedora de esta materia y, por lo tanto, hablamos el mismo lenguaje por lo que a las relaciones laborales se refiere. La vicepresidenta tenía muy claro que su paso por el Ministerio de Trabajo debía ser decisivo para recuperar derechos y, en ese sentido, es muy gratificante trabajar con ella porque tenía la convicción de que podía usar el Ministerio de Trabajo para cambiar definitivamente alguno de los grandes males del trabajo en nuestro país. Hoy, casi 3 años y medio después, podemos decir con completa contundencia que es una legislatura que, en materia de trabajo, ha supuesto un revulsivo, con cambios estructurales y que esto se haya hecho con diálogo social y sin ninguna huelga. Lo que hace muy satisfactorio trabajar con alguien que sabe tanto y con tanta convicción y firmeza para sacarlo adelante.

¿Cuál sería la virtud y el defecto que resalta de ella?
La virtud es que trabaja mucho y con mucha convicción y, el defecto, pues que trabaja mucho, y debería descansar más.

¿Cuál ha sido el momento más tenso, entre las relaciones de Unidas Podemos y el PSOE como gobierno de coalición?
En cualquier Gobierno de coalición se producen muchas tensiones, es evidente, y sobre todo en un país que no ha estado acostumbrado a gobernar en coalición. Si me pregunta personalmente, cuál es el momento de mayor tensión en el seno de la coalición de los que yo haya vivido, pues sin lugar a dudas, diría que la negociación de la reforma laboral. En algunos momentos, las perspectivas sobre cuál debería ser la reforma laboral adecuada, no se compartían por los socios de la coalición. Pero bueno, afortunadamente terminó bien.

¿Más tensión que con el salario mínimo interprofesional​, SMI?
El SMI fue también otro momento importante de tensión. Sí, yo creo que, por lo que al Ministerio de Trabajo se refiere, tanto el salario mínimo interprofesional como la reforma laboral han sido dos momentos intensos entre ambos socios de la coalición. Pero, lo importante es que ahora nadie discute los efectos absolutamente beneficiosos de la subida del SMI que han sido decisiva rara combatir la brecha de género, para evitar la pobreza salarial, para recuperar un trabajo digno en los deciles más bajos de las escalas salariales. Y, por supuesto, tampoco nadie se cuestiona las virtudes de la reforma laboral como el gran cambio estructural del mercado de trabajo en España.