El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado esta semana tres nuevos proyectos de economía azul, con socios tan importantes como el Port de Barcelona, la UPC o el CSIC, que suman una inversión de 142 millones de euros. Jordi Valls (Manresa, 1960), teniente de alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, nos explica los proyectos, cómo la Copa América los ha acelerado y nos habla de la oportunidad que supone la economía azul para la ciudad.
Todo ello a las puertas de la jornada 'Los retos de la economía azul', que El Nacional y ON ECONOMIA organizan junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la colaboración de Aigües de Barcelona, el viernes 18 de octubre en el Museu Marítim de la capital catalana.
¿Qué es la economía azul?
La economía azul es un concepto que apareció entre 2017 y 2018 en términos teóricos, pero en realidad es toda la actividad económica que tiene que ver con el mundo marino: desde el transporte marítimo hasta el deporte náutico, pasando por el que tiene que ver con la explotación de los recursos naturales del mar y también elementos como pueden ser la misma preservación del mar. Hay una condición: tiene que ser sostenible.
¿Cuánto aporta a la economía de la ciudad de Barcelona?
Hoy en día, aproximadamente es un 4,6% del PIB, muy centrado en el Port de Barcelona, una infraestructura que es estratégica para la ciudad de Barcelona y es estratégica para Catalunya y también para España y para Europa, y tiene un porcentaje muy alto de este PIB. Pero el 4,6% no es menor, el turismo representa un 14% y alguna actividad vinculada a lo que es el ecosistema de start-ups también representa en estos momentos un 13%. Y representa el 1,6% del empleo. No es que sea excesiva, pero es un porcentaje importante de todo el empleo de Barcelona. Y tiene elementos de crecimiento futuro muy importantes. Desde el punto de vista global representa aproximadamente unos 30 millones de puestos de trabajo a nivel global y, como dicen los americanos, 1.300 trillones de dólares a nivel global.
Han presentado tres nuevos proyectos relacionados con la economía azul. ¿Nos podría explicar qué proyectos son?
Hay diferentes proyectos vinculados a la economía azul, pero los que hemos presentado esta semana básicamente son tres proyectos Además, es muy importante los partners que tenemos, los socios que nos acompañan en estos proyectos. El primer proyecto es el que se llama el Parque de Tecnología Marina, que está a lado de lo que es la Nueva Bocana, al lado del Hotel W. Allí nuestra voluntad es, conjuntamente con la UPC, el mismo Port de Barcelona y el Govern de la Generalitat, hacer un edificio en el que pueda haber laboratorios marinos para hacer prácticas de modelización de la utilización de barcos náuticos, pero también de modelización del impacto del cambio climático en la costa y cómo eso puede afectar a los diferentes puertos del Mediterráneo e incluso los paseos marítimos. El laboratorio lo desarrollaría en la Universidad Politécnica de Catalunya y después introducimos aquí también espacios para diferentes start-ups que se quieran incorporar en un proceso de incubación. Y eso la voluntad es que lo pueda gestionar la Fundación de Navegación Náutica de Barcelona. Creemos que es un proyecto interesante porque vincula el mundo universitario con una infraestructura como el Port de Barcelona, y también lo que es la capacidad de emprendeduría que tienen las personas que quieren desarrollar un proyecto.
"La economía azul tiene que ser un motor económico de la ciudad de Barcelona"
¿El segundo proyecto?
El segundo proyecto es el de Ciencias del Mar, que va vinculado con el CSIC y el Instituto de Ciencias del Mar, que se desarrollaría en lo que nosotros decimos que es el dique de Marina, que es el dique que hay entre el Hotel Arts y la Torre Mapfre. La voluntad es que aquel dique pueda generar más porosidad entre el playa de Somorrostro y el Puerto Olímpico, de la misma forma que si hoy vienes de Bogatell puedes entrar en el Puerto Olímpico. Y allí haríamos dos intervenciones. Una, la de porosidad de Somorrostro en el Puerto Olímpico y la otra sería desde el punto de vista de divulgación de lo que es el océano, el mar, un proyecto de más de 2.000 metros cuadrados, conjuntamente con el Instituto de Ciencias del Mar
¿El tercero es con el Port de Barcelona, verdad?
Sí, es el Blue Tech Port, que son 30.000 metros cuadrados que están en el muelle de Sant Bertran, 6 naves. Es un proyecto liderado por el Port, en el que participamos el Ayuntamiento, el Govern de la Generalitat y la voluntad que compartimos son poder desarrollar proyectos vinculados al puerto y a la economía azul.
Pero no son los únicos, ya se estaban desarrollando otros proyectos.
Estos son los tres principales proyectos, pero todo lo que tiene que ver con la Copa América ha desarrollado otros proyectos. La recuperación como paseo de lo que hay delante del edificio de aduanas, la construcción del edificio de la Llotja de Mar, la remodelación de todo lo que tiene que ver con el Puerto Olímpico, la rehabilitación del Portal de la Pau, que tiene que ser el edificio corporativo del Port de Barcelona.
¿Cómo ha influido la presencia de la Copa América en Barcelona para desarrollar estos proyectos?
Es un acelerador. Cuando una ciudad apuesta por un proyecto determinado, tiene que saber cuál es el propósito. El propósito de la Copa América era intentar que el mar se incorporara a la ciudad. El año 92 descubrimos las playas, descubrimos el mar, pero no incorporamos el mar a la ciudad como un vector clave de desarrollo económico, incluso de responsabilidad, de recuperación del mar y la actividad náutica como un elemento de popularización entre lo que son nuestros alumnos, los chicos y las chicas, pero también de responsabilidad, es decir, Barcelona tiene enormes responsabilidades respecto de la preservación del Mediterráneo. Por eso una de las cosas que estamos haciendo en estos momentos es pedirle en la Unesco que queremos ser uno de los centros de economía azul desde el punto de vista global. Porque es una forma de expresar nuestra responsabilidad respecto de un recurso natural como es el mar, que ha desarrollado nuestra cultura y nuestra capacidad de crecimiento y que forma parte de nuestra historia.
¿Qué papel tiene que jugar la economía azul en el futuro de Barcelona?
Tiene que ser un motor económico de la ciudad. Barcelona tiene varios motores, y está desarrollando proyectos de diversificación económica porque son muy importantes. El principal que tenemos de diversificación es todo lo que tiene que ver con la investigación. Somos muy buenos desde el punto de vista global en salud y biotecnología. Tenemos extraordinarios investigadores y extraordinarios centros de investigación, desde el Clínic, pasando por Sant Pau, pasando por el Parque Científico de Barcelona o el Parque de Investigación Biomédica. Y también tenemos un buen ecosistema de tecnología y de start-ups. La economía azul es un elemento más y será uno de los grandes proyectos de desarrollo. Conjuntamente con el puerto, creemos que se puede desarrollar una gran actividad vinculada a la descarbonización de las empresas náuticas. Se acaba de instalar ahora la Asociación Internacional de Electrificación de los Deportes Náuticos, que está en los Estados Unidos y que viene aquí, a Barcelona. Pero nos interesa diversificar mucho, cuanto más diversificada tengamos la economía, mucho mejor.
Ha hablado de descarbonización. Dado que la economía azul tiene que ser sostenible, pero algunas actividades que se desarrollan por ejemplo en el puerto, como el transporte de mercancías o los cruceros, no lo son, ¿la descarbonización es el gran reto?
Sí, sin duda. Y el Port de Barcelona está trabajando, tiene un proyecto de descarbonización realmente extraordinario. Hace cuatro años que se han puesto como uno de los principales objetivos la descarbonización y la electrificación del Port de Barcelona y ya han hecho inversiones muy importantes. Y además, algunas de las industrias navieras como Grandi Navi Veloci (GNV) u otros como Grimaldi, ya han hecho cambios del combustible convencional a hidrógeno. Probablemente todavía no es suficiente, pero estos cambios, o que Marina 92 tenga la electrificación de los grandes barcos como uno de sus vectores del cambio de la electrificación, es una gran oportunidad. En esta sociedad, sin duda en todos los sectores, la descarbonización es un vector importante, sobre todo en el ámbito de la movilidad. Cuando hablamos de ciudad, el vector principal de descarbonización es el transporte público. El puerto ha introducido un elemento de transporte público, que es la conexión entre Colón hasta la Nueva Bocana, y lo está haciendo en barcos eléctricos.
"Queremos incorporar el mar a la ciudad como proyecto de generación económica y cultural"
Cuando presentó los tres nuevos proyectos, dijo que quizás se financiaría una parte con fondos europeos. ¿A nivel de la Unión Europea, hay medidas de apoyo y se está apostando también por la economía azul?
La Unión Europea está apostando por la economía azul, sin ningún tipo de duda. Es verdad que en ciertos ámbitos está apostando por un tipo de economía azul que nosotros lo tenemos más difícil, como la generación de energía a través de las estructuras marinas con el tema de las mareas. Pero también eólica marina y eso probablemente como país tendremos que apostar tarde o temprano. Hay países que su vinculación con el mar es mucho más estrecha que nosotros, como Noruega, Dinamarca e incluso Alemania, por la cultura naviera, náutica y marítima que tienen. En el Mediterráneo, la ciudad más importante es Barcelona. Pero, curiosamente, Marsella y Génova tienen más cultura marítima y náutica que Barcelona. Por un tema histórico, siempre han sido dos ciudades muy vinculadas al mar, como Barcelona, pero han tenido más cultura que nosotros. Quizás es porque en nuestro caso, la ciudad vivió de espaldas al mar durante mucho tiempo, por cuestiones urbanas, y ahora lo hemos descubierto. Ahora lo que queremos es incorporar el mar a la ciudad como proyecto de generación económica, de generación cultural, de generación de capital cultural y capital natural. Y tener claro que esta ciudad tiene responsabilidades con el mar Mediterráneo. Y hacer la Copa América forma parte de estas responsabilidades.
¿Por qué?
La Copa América es tecnología. Y si hoy tenemos barcos con hidrógeno en el Port de Barcelona es gracias a la Copa América. Si hoy el Port de Barcelona ha puesto este transporte colectivo energético es gracias a la Copa América en términos de aceleración de proyectos. Y si hoy esta ciudad puede desarrollar tres proyectos con la UPC, con el CSIC o el mismo Port de Barcelona y con diferentes actores, es gracias a la Copa América porque hace que acelere todo este proceso. El tiempo es un vector de progreso importante. Aceptar retos hoy en 2024, o estos retos estés pendientes dentro de 2028, este gap de tiempo, cuatro años, no es un elemento menor.